El 25 de marzo de 2009, un
grupo de jóvenes fue convocado por el Padre Gustavo Flores a formar parte de la
celebración del Día del Niño por Nacer, necesitando de varias reuniones previas
para lograr el objetivo. Sin darnos cuenta, detrás de todo esto, estaba Jesús
diciéndonos: “Ven y sígueme”.
Pasaron 10 años donde en
cada reunión, cada jornada y cada momento que pasamos juntos con nuestro Amigo
Jesucristo nos ha hecho más fuertes y más maduros para afrontar las diversas
pruebas encontradas durante este tiempo, y así poder entender que desde nuestra
juventud también podemos evangelizar y llegar a más jóvenes de nuestra
comunidad.
Sin embargo, no siempre fue
fácil, pues como todo grupo, y en especial en un grupo de jóvenes, hemos tenido
diferentes crisis. En ocasiones, no teníamos claro nuestra razón de ser,
nuestro horizonte; nos encontramos en momentos con la pregunta: ¿Vale la pena
seguir? Los cambios generacionales nos mostraban la realidad de que hemos sido
hasta más de
cuarenta jóvenes y en otros momentos éramos sólo 5.
No es fácil la perseverancia
en un grupo parroquial, ya que se sufre mucho los vaivenes en el camino,
cambios de sacerdotes, de metodologías de trabajo, de chicos, de criterios, hasta
de lugares y horarios de reuniones. Pero principalmente las emociones, ellas sí
que entran en juego aquí, cada uno con su mochila y el otro tratando de ayudar,
a veces era fácil, otras, no. Por éstas y muchas otras cuestiones difíciles,
que con el paso de los años nos han ayudado a madurar y mirar hacia delante con
actitud positiva, porque nada estaba perdido, menos un joven.
Y así llegamos a la primera
década de nuestro querido grupo, que nos da a entender que toda esta gran
iniciativa fue, es y siempre será voluntad del Señor, que todavía nos sigue
llamando.
Estos años que han pasado
nos han dejado una buena colección de recuerdos, de momentos alegres y otros en
que nuestra amistad y apoyo fueron puestos a prueba. Pero ante todo, estos 10
años han sido para nosotros un camino, un camino que hemos
recorrido con el
Señor y que ha dejado profundas huellas en nuestro ser. Todos hemos sentido
cómo Dios nos ha ido transformando, cómo el grupo ha sido un llamado a la
conversión de todos nosotros.
Es un año más con nuevos
retos que sabemos que vamos a afrontar juntos y guiados por nuestro Padre Dios
y nuestra Madre María.
En nuestros corazones están
grabadas profundamente las palabras de la persona que fundó el grupo, el Padre
Gustavo Flores, quien siempre decía: “Jesús, te seguiré, donde quieras iré.
Gracias padre por haber sido el motivador de todo esto, estamos completamente
agradecidos por tu testimonio de fe y amor a Dios.
A los que formaron parte,
les decimos GRACIAS, porque cada uno dejó su huella y una enseñanza, GRACIAS
por haber caminado junto a nosotros y dejarlo todo, siempre con el corazón, y
de más está decir que las puertas del grupo y más que todo del corazón de Jesús
siempre van a estar abiertas para ustedes.
A los que hoy forman parte
un gigantesco GRACIAS, gracias por caminar todos juntos de la mano, tirando
para el mismo lado, corrigiéndonos con caridad y cuidándonos. Sigan así que
Dios siempre va a estar de su lado, en su corazón, no dejen de luchar jamás.
Agradecemos también a todos
los sacerdotes, diáconos, seminaristas y coordinadores que pasaron por nuestro
grupo dejando semillas para que a la larga den frutos, ahora a nuestro párroco,
el Padre Domingo Chaves, con cuyo acompañamiento aprendemos cada día a madurar
y profesar bien nuestra Fe.
Somos un grupo de jóvenes
para jóvenes y lo que le pasa a los demás jóvenes de nuestra ciudad, también
nos conmueve, nos interpela, nos compromete.
Desde nuestro pequeño
espacio, desde nuestras limitaciones, queremos aportar a transformar la
historia con Jesús.
Por eso, confirmamos en este
momento nuestro compromiso de convocar a los jóvenes que más nos sea posible,
de consolidar una propuesta interesante para que se sientan interpelados y parte
de esta familia; que descubran junto con nosotros que con Jesús vale la pena
caminar y vivir.
Rezamos por todos, cada uno
fue muy importante para la vida de nuestro grupo.
JÓVENES MISIONEROS DE
LA FE