08 mayo 2025

Habemus Papam ¡Bienvenido León XIV! ¡Aleluia!

Este jueves 8 de mayo, día de la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina, a las 18.07 hora de Roma, 13.07 de Argentina, la fumata blanca de la chimenea de la Capilla Sixtina anunciaba al mundo que había sido elegido el nuevo Obispo de Roma, sucesor de San Pedro.

Las campanas de la Basílica de San Pedro y de los templos del mundo entero repicaban a todo vuelo para transmitir la alegría de la noticia, para muchos inesperada para el segundo día del Cónclave.

La plaza de San Pedro reunió una multitud, que fue acrecentándose con la llegada de más personas que colmaron la Vía de la Conciliación. Fue notoria la presencia de gran cantidad de jóvenes.

En Catamarca, las campanas de la Catedral y de los templos de la Diócesis tañeron dando la noticia al Pueblo de Dios que habita en esta tierra de la Virgen del Valle.

Las pantallas, de celulares, tabletas, notebooks y televisores multiplicaban la difusión de este acontecimiento histórico, evidenciando que la noticia conmovía a bautizados y no bautizados.

En medio de aplausos y vivas para recibir al nuevo Papa, la expectativa crecía, esperando la aparición del flamante Pontífice.

Con la formación de la Guardia Suiza y la Banda de Música tocando el Himno Papal, llegaba el momento en el que el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, anunció el nombre del nuevo Papa, pronunciado después del “Habemus Papam” desde la Logia de las Bendiciones de la Basílica de San Pedro, el balcón hacia donde estaban puestas las miradas de todo el orbe.

Su nombre es León XIV, el cardenal estadounidense Robert Prevost, de la orden los agustinos.

“La paz esté con todos ustedes. Queridos hermanos y hermanas. Éste es el primer saludo de Cristo Resucitado y Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios", inició su mensaje.

"También quisiera que este saludo de paz, llegue hasta sus corazones, les alcance a sus familias, a todas las personas, donde quieran que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra. La paz esté con ustedes", dijo.

El Pontífice se tomó unos minutos para retomar el discurso. Momentos en los que se le vio emocionado y con lágrimas en los ojos.

También mencionó a su predecesor el Papa Francisco, a quien agradeció su testimonio y su servicio a la Iglesia.

Cerró sus palabras iniciales con la bendición papal, y otorgó indulgencias plenarias según las condiciones que pide la Iglesia.

Foto: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat