El sábado 18 de octubre se llevó a cabo la reunión ampliada del Consejo Diocesano de Pastoral (Codipa), que convocó a representantes laicos, sacerdotes y religiosas de parroquias, pastorales, movimientos e instituciones, que realizan su tarea evangelizadora en la diócesis.
El encuentro se desarrolló en
las instalaciones del Colegio Santa Rosa de Lima y Cristo Rey de Capital, con
la presencia del obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y del vicario de pastoral,
padre Julio Murúa, responsable la coordinación de la convocatoria.
La jornada se inició con la Adoración
Eucarística, en la capilla, presidida por el Obispo, quien agradeció la
presencia de los participantes llegados desde distintos puntos del territorio
diocesano. Luego hizo referencia a San Lucas, a quien la Iglesia recordó en este
día, afirmando que “escuchamos este texto sobre la elección que hace Jesús de
72 discípulos que envía por delante para que vayan preparando los corazones de
la gente para acoger el mensaje de salvación, el mensaje del amor de Dios”. En
este sentido, dijo que “en el texto les deja a los discípulos una consigna muy
importante y que nosotros lo tenemos que trabajar ahora en nuestro tiempo, los
envía como mensajeros de la paz. El mundo está muy necesitado de paz, probablemente
los primeros necesitados somos nosotros, tener paz en el corazón, y solamente
tendremos esa paz si lo tenemos a Jesús porque Él es la paz”.
“Que
podamos ser en verdad esa Iglesia sinodal, que camina unida”
Invitó a “aprovechar esta
jornada para escuchar al Señor con una actitud de gran docilidad y de apertura
del corazón al Espíritu Santo, para que podamos discernir en este momento qué
nos pide a todos como conjunto y qué me pide a mí como persona. Nosotros
tenemos que responder a ese llamado que Jesús nos y me hace, para que nos
comprometamos con su causa, que es la felicidad de todo ser humano, y lo vamos
a concretar en nuestra querida Diócesis de Catamarca, en la entrega de cada uno
allí donde estamos, en una institución, parroquia, movimiento, en algún
servicio eclesial”.
“Que San Lucas, el evangelista
-pidió- nos entusiasme hoy con la palabra de Jesús, que seamos personas que
meditamos la palabra del Señor todos los días; que podamos ser en verdad,
testigos de esa Palabra con nuestras acciones, enseñanzas, y disponibilidad.
Que esto nos ayude a ser verdaderamente esa Iglesia sinodal, la Iglesia es una
familia que camina unida, es una comunidad, es un pueblo que peregrina siendo
peregrinos de esperanza. La esperanza nos sostiene, nos motiva, nos llena de
alegría, nos hace ver que Dios sigue obrando en este mundo muy fuertemente. Que
Lucas, el evangelista, nos haga a cada uno también evangelios vivos para
nuestros hermanos”.
La
vida del Beato Mamerto Esquiú en clave pastoral
Seguidamente, en el patio del
colegio, el padre Murúa dio la bienvenida a los delegados y las pautas para la reunión,
que estuvo centrada en el Bicentenario del Natalicio del Beato Mamerto Esquiú y
el camino sinocal con las Asambleas Parroquiales de 2026.
En torno al primer eje, el padre
Juan Ramón Cabrera, rector del Santuario Catedral, brindó su exposición sobre
“La vida del Beato Esquiú en clave pastoral, su legado”.
Después de algunas
consideraciones sobre la acción pastoral en la diócesis, destacó que “la vida
pastoral de Fray Mamerto Esquiú se caracterizó por su profunda fe”, en torno a
la cual gira la primera Carta, que dirige al clero y a toda la comunidad de ese
tiempo, subrayando la vigencia de su mensaje.
También indicó que “es
importante la característica de las Sagradas Escrituras dentro de la pastoral”,
apuntando que “para alcanzar firmeza y estabilidad en la fe nos ayudan
muchísimo dos cosas: pedir al Señor el Espíritu Santo y hacer continuos actos
de fe”.
Como síntesis afirmó que la
vida del Beato Esquiú “se caracterizó por su profunda fe, su labor incansable
como fraile franciscano, sacerdote y obispo, su cercanía a los pobres y
necesitados, teniendo en cuenta que una de las patas que nos indicó el Obispo
es la Caridad, las otras son la Liturgia y la Catequesis; su entrega a la
promoción de la paz, la unidad nacional a través de sus predicaciones y su
ejemplo de humildad y austeridad”.
Enfatizó que “Esquiú fue un
hombre contemplativo en la acción, que iluminó su ministerio con el Evangelio y
se dedicó a asistir a los enfermos y administrar los sacramentos”, a la vez que
ponderó “su gran amor a la Virgen, siempre que podía, sus homilías terminaban
invocando a la Inmaculada Concepción del Valle”.
Trabajo
en grupos y explicación del Diaconado Permanente
Dentro de las dinámicas
previstas para la jornada, se trabajó en grupos para realizar aportes en torno
a la celebración del Bicentenario del Natalicio del Beato Esquiú y, en otro
momento, a las Asambleas Parroquiales que se desarrollarán el año próximo continuando
con el camino sinodal iniciado en la diócesis.
Asimismo, se presentó el Diaconado
Permanente que se implementará en la Iglesia local, su significado y los
requisitos para abrazar este servicio.
También hubo espacio para
tratar el Calendario Diocesano y la página web de la Diócesis como nuevo servicio
comunicacional.
En el cierre, Mons. Urbanč
guió la oración de despedida con el rezo del Ángelus y la bendición final.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat