26 octubre 2025

Las familias celebraron su Jubileo peregrinando desde la parroquia Sagrada Familia hasta el Santuario Catedral

Bajo el lema “Con la Familia de Nazaret, peregrinamos en esperanza”, durante la tarde de este sábado 25 de octubre se celebró el Jubileo Diocesano de las Familias, en el marco del cierre de las fiestas patronales en honor de la Sagrada Familia, que se desarrollaron en la parroquia puesta bajo su patrocinio.

La peregrinación jubilar se inició en la sede parroquial ubicada en el barrio Villa Cubas, donde se dieron cita matrimonios, niños, jóvenes, abuelos, para caminar con espíritu sinodal en este año que nos invita a la conversión y la misericordia. Portando la imagen de Jesús, María y José, la Sagrada Familia de Nazaret, mientras entonaban cantos de alabanza matizados con oraciones, los peregrinos culminaron su trayecto en el Santuario de la Virgen del Valle y Catedral Basílica, donde atravesaron la Puerta Santa para recibir las indulgencias plenarias que otorga la Iglesia en este Año Santo.

En el interior del templo participaron de la Santa Misa, presidida por el padre Marcelo Amaya, responsable de la Pastoral Familiar en la diócesis, y concelebrada por el padre Oscar Tapia, párroco de la parroquia Sagrada Familia.

En el inicio de su homilía, el padre Tapia afirmó: “Dice un pasaje de San Pablo que Dios dispone de todas las cosas para el bien de los que Él ama. Y realmente la Providencia de Dios nos ha conducido a esta peregrinación y a esta culminación de nuestra fiesta patronal, y digo la Providencia porque el padre Marcelo me llamó cuando estábamos organizando nuestras festividades, y junto con la gente del Movimiento Familiar Cristiano y de la Pastoral Familiar querían caminar con nosotros y venir desde la Sagrada Familia hasta la Casa de Nuestra Madre. Así que nos hemos sumado a esa hermosa iniciativa, y acá estamos”.

Comentó que “el Señor Obispo deseaba acompañarnos, pero como es un gran pastor y peregrino, está en la sierra en El Alto” terminando su visita pastoral, a la vez que agradeció “de modo especial al padre Juan Ramón Cabrera, el rector del Santuario, que nos ha cedido la Catedral en este horario en que podemos disfrutar junto a la Madre Santísima y la Sagrada Familia”.

Respecto de la Palabra de Dios proclamada expresó: “Hemos revivido, por la gracia de Dios, una escena que está solamente en el Evangelio de Lucas en el capítulo 2, del versículo 42 en adelante, una escena preciosa porque es la única en que contemplamos a Jesús Niño, como nuestros niños de la Catequesis. Jesús, dice el texto bíblico, y sus padres iban todos los años a Jerusalén”, ya que “en la ley dice que un creyente judío tenía que peregrinar tres veces a Jerusalén. Como José y María eran creyentes suben a Jerusalén con el Niño, y cuando regresan se dan cuenta que no lo tenían al Niño…lo buscan algo angustiados, y Jesús les dice: ‘¿No sabían que debo estar en las cosas de mi Padre?’. Pero, dice el texto, ellos no comprendieron, María tampoco, guardaba estas cosas y las meditaba en su corazón”… “Él regresó con ellos en obediencia y crecía en estatura, en sabiduría y en gracia. Y ahí termina el Evangelio de la infancia, lo que sabemos del Niño”.

 

“Caminar juntos guiados por el Señor”

“Hoy hemos caminado con José, con María y con el Niño en peregrinación, cantando, rezando, a la Casa de la Madre. Miren qué interesante en ese pasaje dice: ‘Caminaban juntos’, esto que nos pidió tanto el Papa, pero no se camina solo a la casa, caminar guiados por el Señor, caminar con un sentido, iban al templo a celebrar la vida”.

Tras resaltar que Dios debe ocupar el centro de nuestras vidas, tomó el testimonio de un joven de la Comunidad Cenáculo de recuperación de chicos con adicciones -quien participó de las fiestas patronales de la Sagrada Familia-, para extrapolar los tres pilares de la vida esa comunidad: oración, trabajo y amistad verdadera, al ámbito familiar, señalando que “necesitamos que el Señor salve nuestra familia, y para eso pone estos pilares. En primer lugar, la oración, la oración en familia, la bendición de los padres, la oración diaria, la Misa dominical en familia…; el trabajo, recuperar y enseñar el valor del trabajo; y el tercer valor que dicen los chicos del Cenáculo, los vínculos verdaderos, la corrección fraterna, el diálogo por encima de los gritos y de la violencia”.

En este sentido puntualizó que “nuestra oración tiene que ser sincera, humilde, desde adentro”, e imploró “por la paz para nuestra Patria, porque las agresiones mutuas de uno o de otro, las descalificaciones, no nos educan democráticamente. Para eso también deberíamos ir cambiando en el hogar con esta ayuda del Señor. Pedimos esta gracia y que nos encontremos acá al Niño, que es la sabiduría, y que nos dejemos enseñar nuevamente para una oración sincera y para una vida cristiana plena”.

 

Oración común y ofrendas

En el momento de la oración común se rogó por la Iglesia, por el Papa León XIV, nuestro obispo Luis Urbanč y los sacerdotes, por las familias, los jóvenes, niños y abuelos.

Al presentar las ofrendas del pan y del vino, representantes de la Pastoral Familiar y del Movimiento Familiar Cristiano acercaron objetos que representan a la familia: flores, como expresión de lo más hermoso de sus vidas; una Biblia, la Palabra que ilumina los hogares; una vela, signo de la fe que crece en el hogar; las alianzas, símbolo del amor de los esposos; y un rosario, símbolo de la oración en familia.

Las familias también participaron de los otros momentos de la ceremonia litúrgica, guiando y proclamando la Palabra de Dios.

Luego de consagrar a Nuestra Señora del Valle a todas las familias, el padre Amaya agradeció “al padre Juan Cabrera, rector del Santuario Catedral, a la parroquia Sagrada Familia, a los movimientos y a la Pastoral Familiar, por apostar a la familia, ese núcleo tan importante para la vida del ser humano. Jesús ha querido tener una familia, entonces nosotros trabajemos por las familias”.

#JubileoDeLaFamiliaCatamarca

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat