Durante la noche del lunes 15 de diciembre, el Salón Calchaquí de la manzana franciscana, fue el escenario elegido para la presentación del libro “El Amor siempre es más fuerte. Para familias que conviven con la adicción”, autoría de la laica misionera María Jimena Herrera, quien desde hace 25 años viene acompañando a los hermanos necesitados en el oratorio Divino Niño Jesús, ubicado en el barrio Villa Eumelia.
El acto se desarrolló en un
clima ameno y de cercanía, con la presencia de la Dra. Miriam Lourdes Urioste,
secretaria del Juzgado de Familia y colaboradora del oratorio ubicado en el mencionado
barrio del sur capitalino, quien tuvo a su cargo unas breves palabras,
manifestando que el libro “les va a dar muchas fuerzas a los que lo lean,
porque es un eco hacia la sociedad de esta problemática tan grande como es la
adicción, que ella aborda desde un enfoque de la familia”.
También estuvieron presentes
familiares, amigos, vecinos del barrio Villa Eumelia, a quienes ella considera
como su familia; gente del Hogar de Cristo y del Oratorio Divino Niño Jesús,
catequistas, misioneros, fieles de la parroquia San José Obrero donde
actualmente se realizan los coloquios de la Comunidad Cenáculo.
A su tiempo, Jimena agradeció
“a todos los presentes, me transmiten tranquilidad, porque son rostros que
están allí para acompañar, para agradecer, ya que todo lo bueno viene de Dios”.
“Este cuadro -dijo señalando
la imagen colocada en la escenografía junto con otra de la Virgen del Valle-
refleja a Jesús, el Buen Samaritano que nos da el ejemplo de cómo encontrarnos
con cada hermano herido por las adicciones”.
Asimismo, hizo hincapié en el
día y el lugar dispuestos para esta presentación, comentando que “mis padres, a
mi mamá la tengo, mi papá ya falleció, se casaron acá, en San Francisco, hace
casi 60 años. Al año, un 15 de diciembre, nació mi hermano, fruto de este amor;
luego vino quien les habla, y después mi hermana, quien también como mi papá
siempre creyó en lo que Dios me pedía; y cuando me pidió escribir, ella me
regaló esta lapicera con la que voy a hacer la dedicatoria de los libros”.
Continuando con su relato,
explicó que “les hablo de mi familia porque el enfoque que doy en esta obra es
la familia; y este lugar fue impulsado por el padre Narváez, de los
franciscanos, quien los casó a mis padres. Además, a San Francisco lo tengo
como modelo de inserción entre los hermanos pobres, tan queridos por Jesús, al
igual que la Madre Teresa de Calcuta y tantos santos que remaron mar adentro y
se lanzaron a ese amor que cobija, que libera”.
Con relación al momento
elegido para la presentación del libro, puntualizó que “tenía que ser en
vísperas de la fiesta de Navidad y del Año Nuevo, porque es un momento de
gracia que nos da Dios para recuperar los vínculos, para sanar heridas, para
decirnos lo mucho que nos queremos, no por mensajitos sino cara a cara, de
corazón a corazón. Esos vínculos son los que muchos de nuestros jóvenes
necesitan fortalecer”.
Trabajar
en red
Al referirse a la salud
mental, remarcó la necesidad de trabajar en red, con un abordaje interdisciplinario,
“necesitamos la ciencia, la espiritualidad, la familia…es la familia la que nos
pone los límites, la que nos valora, la que nos cobija, es la familia donde
podemos volver siempre y ser auténticamente nosotros”, manifestó.
También trajo a la memoria
anécdotas que vivió a lo largo de estos 25 años de acompañamiento desde la fe y
con el corazón a los hermanos de barrios periféricos, a la vez que agradeció “a
los que han colaborado para que podamos ser ese abrazo para los hermanos”,
reconociendo que “no siempre hemos tenido el resultado que hemos querido al
acompañar, hemos tenido muchas bajas… Hace 25 años me tocó a mí también pelear
en otro campo, y no puedo creer que hoy estoy aquí brindando mi afecto desde el
corazón. Y es porque puse toda mi esperanza en Aquel que nunca nos abandona y
no nos defrauda, Él es el ejemplo más perfecto a seguir”.
Recordó al padre Raúl
Contreras, con quien trabajó en el Hogar de Cristo, y al padre Antonio Bulacio,
impulsor de la Comunidad Cenáculo en Catamarca, ambos ya fallecidos.
Luego de responder algunas
inquietudes, Jimena recibió los saludos y las felicitaciones de los presentes,
y estampó su firma con una dedicatoria en los ejemplares. En este sentido se
destacó que la obra literaria tiene un fin solidario ya que lo recaudado a
voluntad será destinado a instituciones como el Hogar de Cristo y Cenáculo.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat