Cada jueves, estamos invitados a rezar por los sacerdotes y las vocaciones sacerdotales, como una extensión del Jueves Santo en el que el Señor instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Las familias están llamadas a ser promotoras y semillero de vocaciones sacerdotales.
Por
eso, le pidamos a Dios por las familias, para que cada uno de sus miembros
crezca en su compromiso de bautizados y entre todos apoyen las vocaciones
sacerdotales que puedan tener algunos de sus hijos. Porque la familia influye
decididamente en el descubrimiento y seguimiento de la vocación sacerdotal.
Es
muy importante que un niño que tiene esa inquietud, o un joven que se plantea
dicha vocación más abiertamente, encuentre en la familia el apoyo necesario
para seguirla. Porque hay situaciones en las que la misma familia se opone a
que el joven pueda seguir un llamado de Dios al sacerdocio, especialmente
padres que quieren orientarlo por otro camino más rentable o más cómodo, o
menos comprometido, y con más “prestigio social”.
Un
joven llamado a dedicar totalmente su vida a Dios, elige un camino que puede
hacerlo muy feliz, razón por la cual necesitará el apoyo de su familia y amigos
para que no vea truncada su vocación.
Pidamos,
entonces, especialmente en este Jueves Sacerdotal, por los niños, adolescentes
y jóvenes que se están planteando la vocación sacerdotal, para que sean
valientes si van viendo que el Señor los llama por el camino del sacerdocio y
respondan con generosidad: «Aquí estoy, Señor».
Imagen: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat