“Que, por intercesión de San Cayetano, el Señor nos otorgue los medios que necesitamos para poder vivir dignamente, con una verdadera esperanza”, dijo el Obispo.
Durante
la tarde de este jueves 7 de agosto, cientos de fieles y devotos vivieron el
cierre de festividades en honor de San Cayetano, en la capilla que lo tiene
como patrono ubicada en la zona sur de Capital, jurisdicción de la parroquia
Sagrado Corazón de Jesús.
A
pesar del frío y la intensa llovizna, se dieron cita para honrar al Santo
Patrono del Pan y del Trabajo, que fue recibido con vivas y aplausos a su salida
del templo, acompañado por el Beato Mamerto Esquiú.
En
un clima de fiesta, se inició la procesión por calles Tucumán Sur, pasajes
Córdoba y Obispo Colombres, Mardoqueo Molina, 1 de Mayo y Gobernador Fortunato
Rodríguez. A medida que avanzaba la caminata se podía observar los frentes de
las casas adornados con globos y gallardetes y altares con las imágenes de San
Cayetano y de la Virgen del Valle dispuestos en las veredas de los hogares, en
adhesión a esta manifestación pública de fe
Durante
el trayecto se invitó a caminar con el espíritu propio del Año Jubilar cuyo eje
es la esperanza, y se elevaron súplicas y cantos mientras la columna de fieles se
desplazaba junto con el párroco, Pbro. Salvador Acevedo.
Los
sones de la Banda de Música de la Policía de la Provincia y el tañido de las
campanas del templo anunciaron la llegada de los peregrinos a la esquina de
calles Gobernador Fortunato Rodríguez y Tucumán, donde se ubicó el altar para
la celebración de la Eucaristía al aire libre.
Luego
de la colocación de las sagradas imágenes en la tarima, se entonaron las
estrofas del Himno Nacional Argentino y el Himno a Catamarca.
La
Santa Misa fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y
concelebrada por el padre Salvador Acevedo. A pesar de la llovizna que se hacía
cada vez más intensa, los fieles permanecieron en sus lugares participando de
la celebración eucarística.
Se
rogó de manera especial por las personas que no tienen trabajo y por quienes están
atravesando situaciones difíciles. También se pidió el compromiso ciudadano en
las próximas elecciones participando responsablemente con respeto y
tranquilidad. Y para que este Año Santo podamos conseguir la gracia de la
conversión para poder vivir más santamente la condición de hijos de Dios.
“Un santo que caló profundamente
en la devoción de nuestro pueblo”
En
su homilía, el Obispo expresó: “Una vez más tenemos la gracia de poder honrar a
nuestro santo patrono San Cayetano, patrono de toda esta comunidad. En
distintos lugares del país, de nuestra provincia, siempre hay alguna gruta, capilla,
algún templo en honor a San Cayetano, un santo que caló profundamente en la
devoción de nuestro pueblo, de nuestros creyentes, sobre todo acá en Argentina,
con esta particularidad que lo llamamos el santo del pan y del trabajo. Le
vamos a pedir entonces a él que nos ayude a trabajar por el pan de cada día”.
En
este sentido, afirmó que “no es sólo el pan material sino, fundamentalmente, el
pan bajado del Cielo, que es Jesús. Un verdadero creyente sigue a Jesús. Si
queremos ser de verdad creyentes tenemos que seguir a Jesús como lo hizo San
Cayetano. Miren de qué manera seguía a Jesús, que le regaló la dicha de tenerlo
en brazos como niño. Y así queda perpetuada esta imagen”.
Resaltó
que San Cayetano “se ocupó muchísimo de los niños, de los pobres en su tiempo.
Y así es como nosotros tenemos que aprender a buscar el pan de cada día, con la
oración, con nuestro trabajo, con nuestro servicio a los demás, hecho con
alegría, con amor. De esa manera estaremos honrando bien a San Cayetano, y él
estará consiguiendo para nosotros eso que tanto necesitamos, el pan nuestro de
cada día, pan material, pero sobre todo el pan espiritual, que es Jesús, que
nosotros lo debemos recibir cada día meditando su palabra, porque la Palabra de
Dios es verdadero alimento para el peregrino”.
En
esta línea señaló que “somos peregrinos de esperanza, nos dijo el Papa
Francisco para este Año Jubilar 2025. Y el peregrino necesita comer, si no
desfallece de hambre. Y el alimento no sólo para su cuerpo, sino para su
espíritu, para su alma, que es el que nos sostiene verdaderamente en la
esperanza: Jesús. Y pedimos también a él por el trabajo”.
Rogó
“que el Señor asista a todos aquellos que están pasando particulares
necesidades; que por intercesión de San Cayetano nos otorgue los medios que
necesitamos para poder vivir dignamente, con una verdadera esperanza, con la esperanza
de que un día podremos llegar al Cielo, pero después de haber sembrado el bien
acá, en la tierra, después de haber vivido a ejemplo de Jesús, sirviendo,
amando, decía el Santo Cura de Ars, a quien lo hemos recordado el día 4 de
agosto”.
En
este punto pidió “de un modo especial, por ser el primer jueves de mes, para que
haya muchas y santas vocaciones sacerdotales, a ejemplo de San Juan María Vianney.
Él decía siempre: ‘Mi obligación es orar y amar’. Orar, hablar con Dios, que es
la fuente de todo bien, de nuestra existencia y el término de nuestra
existencia. Dios es amor y hemos sido creados a ejemplo de Él, que es amor.
Entonces que nosotros recemos mucho y amemos mucho”.
Luego
de la bendición final, los fieles saludaron a San Cayetano, y compartieron un
chocolate calentito para aliviar el frío de este día en que, a pesar de las
inclemencias del tiempo, honraron con fervor a su santo patrono.
El
padre Acevedo agradeció a todas las personas e instituciones que colaboraron
para la realización de las festividades.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat