Durante
la tarde del viernes 12 de diciembre, la comunidad de Nuestra Señora de Guadalupe,
en Valle Chico, celebró con mucha alegría a su Santa Patrona en el cierre de
las festividades en su honor.
Los
actos litúrgicos dieron inicio con la procesión que recorrió las calles de ese
amplio complejo urbanístico ubicado en la zona sudoeste de la ciudad capital.
A
su arribo al templo, se celebró la Santa Misa, presidida por el obispo
diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el padre Juan Antonio Cabrera
Ruiz, sacerdote misionero español, quien brinda su servicio pastoral en esa
comunidad, jurisdicción de la parroquia San Pío X.
En
su homilía, el Obispo destacó la presencia de la Virgen María en todo el mundo a
través de distintas advocaciones, señalando que “la de Guadalupe es la primera manifestación
de la Virgen en Continente Americano. Al año siguiente que México se hace Obispado,
el primero en América, en el año 1530, el franciscano Juan de Zumárraga asume
como obispo, y en el 1531, ya la Virgen se aparece y le va a pedir a San Juan
Diego que le diga al obispo que ahí, en el (cerro) Tepeyac, le construya un
templo. Así que 39 años después de que Colón llega a estas tierras americanas
en 1492, la Virgen dijo: ‘Acá debo trabajar’. Y así se manifestó a un nativo,
que es San Juan Diego, a quien le dice: ‘¿Acaso no estoy aquí, yo, que soy tu
Madre?’. Cuántas veces tendremos que escuchar eso cuando andamos preocupados,
angustiados. Tenemos que escuchar lo que María le dice a San Juan Diego”.
Luego
afirmó que “María es la Mamá del Cielo, la que ha asumido el rol de ser la
Madre de todos los hombres, por los poderes que le da Jesucristo… Tenemos que
ser agradecidos con Dios que nos ha dejado a la Virgen como Madre, a la que hay
que escuchar y de quien hay aprender, ya que María es Maestra de la fe, del
amor cristiano, y nosotros tenemos que estar siempre a su lado para que nos lleve
a Jesús, quien es el Salvador del mundo”.
Al
referirse a los textos bíblicos proclamados apuntó que según “la profesía de
Isaías, Jesús es el Emmanuel ‘Dios con nosotros’”, destacando “el rol principalísimo
de la Virgen, quien es el trono del Dios por quien se vive, porque Jesús nació
de María, fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, gestado en sus
purísimas entrañas, alumbrado y educado por María”.
Más
adelante, expresó que “acá, en Valle Chico, María asumió la tarea de hacer una
gran comunidad con todos los que han venido y vendrán a vivir aquí… Es un gran
trabajo que tiene María en esta advocación de Guadalupe, así como lo hizo en
los orígenes de la evangelización en América, lo está haciendo en los orígenes
de esta gran comunidad que Dios quiere formar en Valle Chico. María tiene esa
misión de atraernos a todos a Jesús”.
Finalmente,
Mons. Urbanč le rogó a la Virgen “que seamos discípulos misioneros, discípulos
de Jesús y enviados por Jesús a atraer a otros a que vengan a estar con Él, que
lo conozcan, lo amen, se pongan a su servicio y que puedan alcanzar un día la
vida eterna. Que en esta fiesta en honor de Nuestra Señora de Guadalupe podamos
abrazar este mandato misionero de transformar esta realidad en una gran comunidad
de hermanos que alaban y bendicen a Dios y que viven de acuerdo con las
enseñanzas de Jesucristo, que construyen el Reino de Jesús acá, en Valle Chico,
que forman familias sanas, según el proyecto de Dios”.
Luego
de la Comunión, toda la asamblea se consagró a la Virgen y la alabó con el
canto.
Fotos y videos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat