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06 septiembre 2023

En el último día del triduo mariano

A los pies de la Madre del Valle, se rogó por los fallecidos por el Covid 19

 

En la noche de este miércoles 6 de septiembre, tercer día del triduo en honor de la Virgen del Valle por su protección durante el sismo de 2004, se rogó de manera especial por el eterno descanso de todas las personas fallecidas por el Covid 19, algunas de las cuales fueron recordadas con una foto colocada a los pies de Nuestra Madre Morena y del Beato Mamerto Esquiú. También se agradeció al personal de Salud que trabajó denodadamente durante la pandemia.

Durante la Santa Misa rindió su homenaje la Unidad Pastoral 3, constituida por Cáritas, y las pastorales Bíblica, Social, Salud, Adicciones, Penitenciaria y de las Fuerzas de Seguridad, siendo presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el rector y el capellán del Santuario mariano, presbíteros Gustavo Flores y Ramón Carabajal, respectivamente, y el padre Daniel Pavón, responsable de la Pastoral de la Salud de nuestra diócesis.

En su homilía, Mons. Urbanč  animó a todos los que sirven en esta unidad pastoral “a que sean creativos para poder llegar con la fuerza y consuelo del Evangelio a tantos hermanos y hermanas que sufren por diversas carencias y la violencia. Es una tarea de nunca acabar y que permanentemente desafía a la caridad que debe ser el distintivo de nuestra fe cristiana”.

Tomando el mensaje de la primera lectura y del Evangelio se preguntó: “¿Está dando la Palabra de Dios fruto entre nosotros? Porque, tal vez, la caída de la fe cristiana tiene que ver con una existencia estéril por parte de los que nos declaramos cristianos”. Y consideró: “Para que esos frutos empiecen a verse entre nosotros y en el mundo entero, debemos permitir que Jesús entre de verdad en nuestra vida y nos cure de las enfermedades espirituales que nos mantienen postrados”.

Más adelante indicó que “cuando alguien se sabe y se siente curado por el amor incondicional de Dios, se siente también capacitado e impulsado a vivir al estilo de Jesús, que nos muestra que el sentido de una existencia plena está íntimamente vinculado con el servicio”. Y rescató las expresiones de Benedicto XVI: «En la enfermedad todos necesitamos calor humano. Para consolar a una persona enferma, más que las palabras, cuenta la cercanía serena y sincera».

Para concluir, invitó a rezar en presencia de nuestra Madre del Valle y del Beato Mamerto Esquiú la oración que se viene haciendo “para profundizar y enraizar el camino sinodal en la vida de todas las comunidades diocesanas”.

Antes de la bendición final, se rezó un responso cantando el Salmo para pedir por el descanso eterno de los hermanos fallecidos en la pandemia.

Después de la ceremonia litúrgica, el Obispo se dirigió al Paseo de la Fe donde bendijo las ambulancias que se usan para la atención de los enfermos, con la presencia del director del SAME, Dr. Nicolás Orellana, quien participó de la Eucaristía en la jornada previa al día en que conmemoramos la protección de la Virgen durante aquel terremoto de hace 19 años.

#FiestaDeLaProtección #MadreDelValleProtectora #ProtecciónSismo2004

 

 

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos devotos y peregrinos:

En este tercer día del triduo rinde su homenaje a la Virgen del Valle la Unidad Pastoral 3, que está constituida por Caritas, y las pastorales Bíblica, Social, Salud, Adicciones, Penitenciaria y de las Fuerzas de Seguridad.

Como tema del día hemos tomado el contenido de la sexta Línea de Acción Pastoral, es decir, que nuestras comunidades sean sensibles ante los hermanos en situación vulnerable.

Cabe recordar que las otras líneas de acción que debe animar la unidad 3, son la 4: “Comunidad comprometida con los pobres y necesitados”, la 8: “Comunidad atenta e involucrada en las problemáticas sociales”, y la 10 que es común a las tres unidades: “Comunidad que rechaza la violencia y busca construir la paz”.

Bienvenidos, hermanos, a esta celebración en las vísperas del 19° aniversario del sismo, que recordamos como Día de la Protección.

A todos los que sirven en esta unidad pastoral los animo a que sean creativos para poder llegar con la fuerza y consuelo del Evangelio a tantos hermanos y hermanas que sufren por diversas carencias y la violencia. Es una tarea de nunca acabar y que permanentemente desafía a la caridad que debe ser el distintivo de nuestra fe cristiana. También quiero decirlo parafraseando la primera lectura: “En mis oraciones doy siempre gracias por ustedes a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por la fe que tienen en Cristo Jesús y por cuanto aman a sus semejantes, animados por la esperanza de lo que Dios les tiene reservado en los cielos” (Col 1,3-4). Y no se cansen de confiar en la Misericordia de Dios y de proclamar que Él es Bueno (cf. Sal 51,10.11).

Del mensaje de la primera lectura y del Evangelio nos podríamos hacer la siguiente pregunta: ¿Está dando la Palabra de Dios fruto entre nosotros? Porque, tal vez, la caída de la fe cristiana tiene que ver con una existencia estéril por parte de los que nos declaramos cristianos. Para que esos frutos empiecen a verse entre nosotros y en el mundo entero, debemos permitir que Jesús entre de verdad en nuestra vida y nos cure de las enfermedades espirituales que nos mantienen postrados. Sólo podremos comprobar que hemos sido curados, como la suegra de Pedro, en nuestra disposición al servicio, si realmente vivimos no para nosotros mismos, sino ayudar y acompañar a nuestros hermanos más vulnerables, enfermos y necesitados. Recordemos que la caridad y el servicio alegre comienzan por la propia casa, como en el caso de Pedro, y luego los frutos del Evangelio se van multiplicando. Es por eso que la gente busca a Jesús y su Palabra se va transmitiendo de casa en casa, de pueblo en pueblo, de nación en nación, hasta alcanzar el mundo entero.

Otro matiz importante es la expresión “mensaje de la verdad” (Col 1,5.6), que es lo enseñado por Jesús. En efecto, vivimos rodeados de información masiva, elaborada no siempre de buena fe, en la que nos hacen llegar -sin que nosotros lo solicitemos- todo tipo de mensajes, y muchos deliberadamente falsos…   ¿Qué criterios de verdad nos orientan?

¿Nos ocupamos y preocupamos por no dejarnos envolver por la mentira? ¿Estamos atentos a tratar de no dejar paso a aquello que supone presencia del mal, del odio, de la división, de la muerte? En definitiva ¿qué implica para ti, para mí que el Evangelio es el mensaje de la verdad?... Por favor, hazte en serio y a fondo la pregunta y toma una decisión.

También es importante tomar en cuenta que san Lucas hace notar que la actividad de Jesús en aquel momento incluía curar, sanar, salvar, consolar y liberar a todos los que acudían a él. Así expresaba la voluntad de Dios hacia todos sus hijos, porque lo que buscaba era el bien para todos. Sin condiciones. Ni siquiera parece necesario que la persona tome la decisión, bastaba con que alguien se acercara a Jesús para recibir su bendición sanadora… Dios no comercia ni negocia con nosotros, simplemente nos sana porque nos quiere bien. No caigamos en el error de pensar que curó a la suegra de Pedro para que pudiera servirles, ¡no! El objetivo es curar. Lo que ocurre es que, cuando alguien se sabe y se siente curado por ese amor incondicional de Dios, se siente también capacitado e impulsado a vivir al estilo de Jesús, que nos muestra que el sentido de una existencia plena está íntimamente vinculado con el servicio.

«En la enfermedad todos necesitamos calor humano. Para consolar a una persona enferma, más que las palabras, cuenta la cercanía serena y sincera» (Benedicto XVI).

Para concluir, los invito a que recemos en presencia de nuestra Madre del Valle y del Beato Mamerto Esquiú la oración que venimos haciendo para profundizar y enraizar el camino sinodal en la vida de todas las comunidades diocesanas:

Estamos ante ti, Espíritu Santo, transitando como Iglesia este tiempo de profunda sinodalidad.

Hemos vivido nuestra Asamblea Diocesana con mucha alegría, como una experiencia de comunión, participación y misión, y con tu asistencia, en un clima de discernimiento, para escuchar tu voluntad en el camino de los próximos años.

Que las líneas pastorales que hemos asumido nos ayuden a ser:

*Una comunidad abierta y acogedora, que escucha y dialoga.

   *Una comunidad que anima y atiende las necesidades de su pueblo.

   *Una comunidad que acoge y acompaña a la familia y a la juventud.

   *Una comunidad comprometida con los pobres y necesitados.

   *Una comunidad que Evangeliza con una Catequesis kerigmática y en salida.

   *Una comunidad sensible y al servicio del hermano en situación vulnerable.

   *Una comunidad que promueve el protagonismo alegre de los jóvenes.

   *Una comunidad atenta e involucrada en las problemáticas sociales.

   *Una comunidad organizada que articula y planifica la tarea pastoral.

   *Una comunidad que rechaza la violencia y busca construir la paz.

Que en este caminar con estilo sinodal nos sintamos acompañados por nuestra Madre del Valle y el Beato Mamerto Esquiú, intercesores de nuestra querida Diócesis.

Esto te lo pedimos a Ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / twitter @DiocesisCat