“Le pidamos a San Cayetano que nos ayude a ponernos la patria al hombro”
Durante la fresca y ventosa
tarde de este lunes 7 de agosto, cientos de fieles manifestaron su devoción a San
Cayetano en distintas comunidades de Capital y del interior diocesano.
En la capilla de la zona sur,
perteneciente a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, los actos litúrgicos contaron
con la presencia del obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, quien presidió la
Sagrada Eucaristía de cierre de las fiestas patronales.
A las 17.00, la imagen del Patrono
del Pan y del Trabajo salió del interior de la capilla siendo recibida con
vivas y aplausos de los fieles y devotos reunidos desde temprano para vivir
esta esperada fiesta de la fe. Inmediatamente se dio inicio a la procesión por calles
Fortunato Rodríguez, 9 de Julio, Santa Fe, 1 de Mayo, regresando al sector lateral
sur del templo, donde se levantó la tarima con el altar para la Santa Misa. El
clima de fiesta se vivió a lo largo de todo el recorrido con los cantos y los frentes
de las casas adornados por los vecinos, pasando frente a lugares como el
cementerio municipal, la escuela N° 353 General San Martín, la Comisaría de la
Mujer, entre otras instituciones ubicadas en el sector. El párroco, padre
Salvador Acevedo, presidió la caminata y bendijo panes y a los fieles apostados
en las puertas de sus hogares.
Tras el arribo a la esquina de
calles Gobernador Rodríguez y Tucumán, la sagrada imagen fue colocada sobre el
altar dispuesto para ello, y luego se entonaron las estrofas del Himno Nacional
Argentino y el Himno a Catamarca interpretados por la Banda de Música de la
Policía de la Provincia.
Seguidamente, se celebró la
Santa Misa, presidida por Mons. Urbanč, y concelebrada por el padre Acevedo, en
la que se rogó “a la Providencia divina que conceda la sabiduría necesaria a
nuestros gobernantes para que puedan dar una solución duradera al problema de
la inflación” y por “la creación de trabajos dignos y estables para los muchos
hermanos necesitados”. También se elevaron súplicas “para que realicemos las próximas
elecciones con compromiso ciudadano, participando responsablemente, con respeto
y tranquilidad”.
En su homilía, el Obispo afirmó
que “San Cayetano exhortaba a todos a que amen mucho a Jesús, porque quien ama
mucho a Jesús va a recibir siempre su protección, irá allanando el camino”,
ayudándonos a “llevar la cruz, a hacer nuestros deberes, cumplir con nuestras
obligaciones y servir a los demás”.
Al referirse a la situación actual,
manifestó que “nos encontramos en este tiempo con muchos problemas en nuestra
patria. Desde que tengo uso de razón, venimos de problema en problema. Parece
que nos hemos ido acostumbrando a vivir con dificultades, cuesta arriba, que
nunca despegamos”.
Al indicar que “el fin de
semana que viene habrá elecciones”, invitó a que “le pidamos a San Cayetano que
nos ayude a ponernos la patria al hombro. A nuestro país lo vamos a sacar
adelante si todos cinchamos juntos, si no, no. Si cada uno cree que va a venir
un mago y nos va a resolver los problemas con la varita mágica, estamos
equivocados”. Y apuntó que “todos los problemas se comienzan resolviendo desde
el hogar. Si en nuestros hogares hay amor, respeto, honestidad, confianza, diálogo,
si rezamos juntos, estamos construyendo una patria nueva, una patria que será
inclusiva, una patria donde habrá lugar para todos, habrá trabajo. Porque si
todas las familias están sanas, van a hacer brotar en la sociedad aquellas
cosas que tanto necesitamos”.
Más adelante pidió “que San
Cayetano nos ayude a ser ciudadanos responsables, porque a la patria la
construimos día a día. Sumando la energía, la buena voluntad, la buena
disposición, el trabajo, el esfuerzo de cada una de nuestras familias, nuestra
patria se da vuelta”. En este sentido, llamó a “aprender a unirnos en nuestros
barrios, ayudarnos entre todos, cuidarnos los unos a los otros. Y si eso lo
hacemos con la ayuda de San Cayetano y con la presencia de Jesús en nuestros
hogares, verán que todo cambia”.
Hacia el final de la celebración
eucarística, el pastor diocesano bendijo las imágenes de San Cayetano y demás objetos
de devoción, e impartió la bendición final a todos los devotos que llegaron a
los pies de San Cayetano, para implorar su intercesión por tantas necesidades
materiales y espirituales.
Como corolario de la fiesta se
repartieron los tradicionales pancitos y se sirvió un chocolate caliente.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca