En este 1 de mayo en que la comunidad católica celebra a San José Obrero, saludo con afecto y cercanía de pastor a todos los que trabajan en su día.
Deseo reconocer y expresar mi
gratitud por la contribución de cada uno de ustedes a la construcción de
nuestra sociedad catamarqueña y de la Patria grande de los argentinos. Ofrezco
mi oración confiada de manera especial por quienes han perdido sus fuentes
laborales y por aquellos que no han accedido aún a un puesto de trabajo digno.
Quería recordar que Pío XII
instituyó el 1 de mayo de 1955 la memoria litúrgica de San José Obrero,
proponiendo su ejemplo y protección para todos los trabajadores, “con la
intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo, y que éste inspire
la vida social y las leyes, basadas en el reparto equitativo de derechos y
deberes. Así el 1 de mayo... lejos de ser un despertar de la discordia, el odio
y la violencia, es y será una invitación recurrente a la sociedad moderna a
hacer lo que aún falta, a la paz social”, expresa en su declaración.
Junto a San José, el humilde
carpintero de Nazareth, y a Nuestra Madre del Valle, los bendigo a cada uno de
ustedes y sus familias.
Mons. Luis Urbanč
8° Obispo de Catamarca
1 de mayo de 2024 - Año de la
Oración