Acción de gracias de los periodistas en
el Camarín de la Virgen del Valle
El domingo 7 de junio, en la
Solemnidad de la Santísima Trinidad, los periodistas celebraron su día poniendo
sus intenciones en las manos de la Madre del Valle, en este Año Jubilar por los
400 años de su presencia entre nosotros. Lo hicieron durante la Misa de las
20.00, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, en el Camarín que
resguarda la Sagrada Imagen, con transmisión por youtube y las redes sociales
de la Catedral Basílica y del Obispado de Catamarca.
Periodistas del medio
tuvieron a su cargo la proclamación de las lecturas bíblicas y se unieron a la
acción de gracias de los colegas por su trabajo, sus familias, también se
elevaron súplicas por quienes están atravesando alguna enfermedad y por el
eterno
descanso de aquellos que ya partieron a la Casa de Padre.
En el inicio de su homilía, Mons.
Urbanc destacó la participación de periodistas que oficiaron de lectores en la
Liturgia, quienes “han venido a pedir a la Virgen por todos los periodistas de
Argentina y en especial de nuestra querida provincia”, dijo, exhortando a todos
los fieles a que “recemos por todos ellos que tienen una noble tarea”. Recordó
que “ya el día de la Ascensión de Jesucristo hemos tenido la celebración de la
Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, los periodistas están al
servicio de las comunicaciones, y decíamos entonces que tiene que ser una
comunicación en la verdad, en la caridad, y siempre transmitiendo lo que es
noble, lo que es bello, lo que engrandece la vida humana”.
Invitó a que no “busquemos
solamente lo negativo” de las noticias, que muchas veces “enferman la mente y
el corazón”, apuntando que “es lindo ver cómo en este tiempo de pandemia hay
mucha gente que ha ido aprendiendo a buscar lo bueno, a tapar los oídos a las
malas noticias, que hacen cada vez más angustiosa la vida de los seres humanos”.
Por ello, llamó a que “recemos
mucho por nuestros periodistas, para que tengan el valor de buscar aquellas cosas
que son saludables”.
Luego se introdujo en “el misterio
fundante de nuestra fe cristiana: la Santísima Trinidad: ‘Un solo Dios
verdadero, en tres Personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo’”.
“Este Misterio de perfecta unidad
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo lo invocamos cada vez que nos
santiguamos, confesando lo esencial de nuestra fe cristiana: la Santísima
Trinidad y la cruz de Cristo. Sin embargo, este misterio de Un solo Dios en
Tres personas distintas, nos resulta extraño o lejano; siendo tan esencial y
cotidiano en nuestra vida cristiana”, señaló.
A partir de dos ejemplos, manifestó
que “Dios quiere tener con cada uno de nosotros una relación de amistad. Él
quiere que lo conozcamos en su intimidad y que nosotros también nos abramos a
Él, revelándole nuestra intimidad”.
“Es preciso reconocer que
Dios ha tomado la delantera y se nos ha dado a conocer
obrando la historia de
la Salvación y revelándose en ella a través de acciones, gestos y palabras, que
hemos estado celebrando a lo largo de la cuaresma y del tiempo Pascual: la
pasión, la muerte, la resurrección, la ascensión de Jesús y la efusión del
Espíritu Santo a la Iglesia. Así pudimos ver que es un solo Dios, pero en
comunión de Tres Personas distintas: el Padre Creador; el Hijo Redentor y el Espíritu
Santo Santificador”, reflexionó.
“Ahora pues, la respuesta
del hombre, como lo indica el evangelio - Jn 3,16-18-, es la
aceptación de este amor salvífico mediante la fe dejándonos amar y abrazar por
este amor eterno que supera todo conocimiento”, remarcó.
Y concluyó: “Si crees que el
ser humano es imagen y semejanza del
Dios, Uno y Trino,
habrás de saber que sólo alcanzarás tu mayor
realización como persona en la medida en que vivas la comunión y tu entrega
sincera a los demás por amor, ya que si hubieses sido creado a imagen y semejanza
de un ‘dios unipersonal’ tu perfección radicaría en ser autónomo, en no darte a
nadie, en no depender de nadie, en no dar ni recibir nada, en ser y estar solo”.
Finalmente, invocó a “la querida Madre del Valle, tú has vivido
y entendido que Dios es Amor, que es Comunión de Personas y que en Ti se humanó
el Hijo para que todos los que quisieran, pudieran, con la ayuda de la Divina
Gracia y el concurso de su libertad, llegar a esa plenitud de Vida y Amor; es
por eso que te pedimos, nos ayudes a aceptar lo que nos enseña la fe, a confiar
lo que nos propone la esperanza cristiana y a gustar y a hacer gustar el amor
de Dios”.
Antes de la bendición final,
se rezó la oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús, a quien se
dedica este mes.
También, el Obispo invitó a
vivir, el próximo domingo, la Fiesta de Corpus Christi, y a participar de la
Colecta Anual de Cáritas.