En la noche del viernes 16 de febrero, la comunidad parroquial de San Juan Bautista, con sede en la ciudad de Tinogasta, recibió con mucha alegría a su nuevo párroco, el padre Martín Melo. La ceremonia de asunción del nuevo oficio se concretó durante la Santa Misa presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el párroco saliente, P. Humberto Carrizo; los párrocos de Nuestra Señora de la Candelaria (Pomán), P. Sergio Chumbita, y de Nuestra Señora del Rosario (Paclín), P. Martín Brizuela; y el vicario parroquial de Nuestra Señora de Fátima, P. Javier Cisternas.
Participaron
de la celebración eucarística autoridades municipales encabezadas por los
intendentes de Tinogasta, Ernesto Andrada, y de Fiambalá, Raúl Usqueda;
familiares de los párrocos saliente y entrante, agentes de pastoral y fieles de
las comunidades que componen la jurisdicción parroquial.
Luego
de la lectura del decreto de designación del nuevo párroco, el Obispo bendijo
el agua con la cual el padre Melo roció a los presentes, y luego le hizo
entrega del Evangeliario, para que proclame la Palabra de Dios.
En
su homilía, Mons. Urbanč comenzó agradeciendo al padre Humberto Carrizo por el
trabajo pastoral que hizo en la comunidad parroquial y en el Colegio Sor
Pierina, y a la comunidad que supo acompañarlo.
Luego
afirmó que el padre Martín Melo “tiene muchísimas ganas de trabajar, es muy
preparado, se forma permanentemente y sigue muy de cerca la espiritualidad
ignaciana”.
“Ésta
es una comunidad muy linda, ha tenido grandes sacerdotes que han prestado su servicio,
y el padre Martín se pone en la fila de estos grandes pastores que han tenido
acá y han entregado su vida por ustedes”, manifestó.
Les
pidió a los fieles que “lo reconozcan y lo cuiden como un padre, pastor y
maestro, que orienta, corrige, anima, consuela, guía, conoce a sus ovejas y
sana las heridas, a ejemplo de Jesús”. Como servidor, el sacerdote “tendrá que
ayudarlos a que vayan creciendo en todos los aspectos de su vida. Él les va a
administrar los sacramentos, que son los canales por los cuales llega la gracia
de Dios a cada uno de nosotros”, apuntó.
Llamó
a valorar los sacramentos, a participar de los espacios de formación y a consolidar
el Consejo de Pastoral Parroquial, los Consejos de Pastoral Filial y el Consejo
de Asuntos Económicos, como organismos de participación.
Recordó
que “estamos en la Cuaresma y el mensaje de la Palabra de Dios de hoy profundiza
sobre una de las patas del trípode que Jesús recomienda, al igual que toda la tradición
bíblica, para este tiempo, que es el ayuno. Esto es privarme de la comida o de
algo que me gusta, para estar más disponible a la conversión de la mente y del corazón”.
Continuando
con la celebración, el padre Melo hizo la profesión de fe y renovó las promesas
sacerdotales.
El
Obispo le hizo entrega de los Óleos Sagrados con los que bautizará y
confirmará; y el Cáliz, la Patena y las vinajeras, para la celebración de la Eucaristía.
También recibió la llave del Sagrario donde queda reservado el Santísimo que
fue llevado en procesión.
Durante
la ceremonia litúrgica se escucharon palabras de bienvenida al nuevo párroco y
de despedida al saliente por parte de una representante de la comunidad.
Del flamante párroco
El
flamante párroco agradeció “a Dios por el don de la vida y la vocación, a mi
padre Obispo, a mis hermanos curas que han venido a compartir esta Eucaristía y
a la comunidad”.
Destacó
la importancia de la parroquia que ahora le es confiada, “una comunidad con
tanta historia, marcada por la figura de sacerdotes que se hicieron carne en la
vida y el recuerdo de ustedes”, manifestó, señalando que “el lema de mi
ministerio es ‘Amar y servir’, eso es lo que voy a intentar hacer entre
ustedes, siempre atento a aprender, porque me ha quedado marcado a fuego no sólo
la experiencia de caminar como Iglesia sino también el saberme discípulo en
permanente aprendizaje”.
Le
agradeció al padre Carrizo “el trabajo inmenso que hizo dejando no sólo una
casa renovada sino también una comunidad en camino”.
Pidió
orar por las vocaciones y enfatizó que “Tinogasta, que ha sido tierra fecunda
de sacerdotes, tiene que reverdecer. Esta gracia de misericordia le pedimos al
Señor”.
Por
su parte, el padre Carrizo expresó su gratitud a los fieles “que me han
acompañado con la oración, a las autoridades presentes, al Colegio Sor Pierina que
me ayudó a formarme para guiarlos como representante legal, al Instituto Fray
Mamerto Esquiú que comenzó como una extensión áulica y hoy es sede en Tinogasta.
Gracias a las comunidades que nos están acompañando, al Coro, a los medios de comunicación
y a las familias”. Finalmente, se encomendó a la oración de toda la comunidad.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat