El viernes 3 de enero, a las 19.00, en la Iglesia María Madre de Dios, del Noviciado Internacional en la ciudad de Catalão, municipio del estado de Goiás, en Brasil, se celebró la Santa Misa en la que cinco novicios emitieron sus votos simples en la Orden de Frailes Menores, entre ellos el catamarqueño Juan Sosa Guzmán.
El joven comprovinciano tiene 22
años y fue alumno del colegio Padre Ramón de la Quintana. Es hijo de Mario Sosa
Guzmán y de Gabriela Dre, quien perteneció a la Juventud Franciscana y fue
Presidenta de la Sub Comisión Pro Canonización del Beato Mamerto Esquiú, quienes
compartieron emocionados esta importante ceremonia. Estuvieron presentes sus
otros hijos: María Florencia, Mario Gabriel y José Alejandro.
Presidió la Santa Misa Fray
Fernando Aparecido, Custodio de la Custodia Franciscana Sagrado Corazón de
Jesús de São Paulo y el Triángulo minero; el Ministro Provincial de la
Provincia de la Asunción, Fray Emilio Andrada, quien recibió los votos de
pobreza, obediencia y castidad de fray Juan; participaron otros frailes de
Brasil, Fray Carlos Paz, quien es Ministro Provincial de la Provincia Santísima
Trinidad de Chile; Fray Ronén Espósito Strauss, Fray Fredy Vega, Fray Arnol
Aquino, Fray Salvador Vilar y Fray Gonzalo Collipal; numerosos sacerdotes del
clero y de otras congregaciones.
Los otros novicios que
hicieron sus votos son: Fray Francisco
Mauricio, Fray Guilherme Cruz, Fray Naedson Marques y Fray Rafael Gomes.
“Damos gracias a Dios por
estas nuevas vocaciones franciscanas. Pedimos por la perseverancia en el
seguimiento de Jesucristo de estos hermanos. Que la Virgen del Valle y el Beato
Mamerto Esquiú, les concedan las gracias y bendiciones que necesitan”, expresó
Fray Pablo Reartes, sacerdote franciscano catamarqueño, quien nos compartió
esta hermosa noticia.
También dijo que “es una
alegría para todos los catamarqueños, ya que un hijo de la Virgen del Valle
sigue las huellas y la espiritualidad de San Francisco de Asís y del Beato
Mamerto Esquiú, para el bien de la Iglesia y la salvación de las almas”.
Como Iglesia Diocesana nos unimos
a la alegría de la comunidad franciscana por este regalo en el Año Jubilar
Ordinario 2025, que comenzamos a transitar con fuerza renovada.