“Que
tu rostro bendito sea el recuerdo que nos anime y sostenga”, dijo el Obispo.
También se refirió al Año Jubilar Diocesano que viviremos en el Bicentenario
del Nacimiento del Beato Esquiú.
En una tarde diáfana, luego de
jornadas lluviosas que atenuaron el intenso calor reinante, este lunes 8 de
diciembre, miles de corazones palpitantes vivieron el cierre de las fiestas en
honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, enmarcadas en el Año Jubilar de
la Esperanza y en el camino hacia el Bicentenario del Natalicio del Beato
Mamerto Esquiú.
Con un multitudinario marco de
peregrinos que arribaron al valle de Catamarca desde distintos puntos del país,
la plaza El Maestro fue el escenario donde se inició el peregrinaje junto a la
Madre Morena, que llegó en brazos del obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, quien
la colocó en la urna procesional. A su lado se ubicaba la imagen del Beato
Mamerto Esquiú, hijo de esta tierra bendita y fiel devoto de la Reina del
Valle.
Inmediatamente, comenzó el paso
de las 96 delegaciones de peregrinos con banderas y alegres misachicos,
instituciones y movimientos eclesiales, instituciones civiles y organismos
públicos de Catamarca, ante la Sagrada Imagen.
Concluido este tradicional
rito, se comenzó la marcha procesional con la Imagen cuatro veces centenaria de
Nuestra Señora del Valle, llevada en andas por representantes de distintos
sectores en sucesivos relevos: Gauchos, Defensa Civil y Brigada de Lucha contra
Incendios Forestales, EC Sapem, Vialidad Provincial, Guardia Urbana de Valle
Viejo, Guardianes de la Virgen y Paracaidistas del Ejército de Córdoba.
La Madre Morena fue precedida
por la imagen del Beato Esquiú y detrás se ubicaron el obispo diocesano, Mons.
Luis Urbanč, sacerdotes del clero catamarqueño de los cuatro decanatos:
Capital, Centro, Este y Oeste, entre ellos el vicario general, padre Julio
Murúa, y el rector del Santuario Catedral, padre Juan Ramón Cabrera; sacerdotes
visitantes, consagrados y consagradas.
Junto al pueblo fervoroso caminaron
el Gobernador de Catamarca, Lic. Raúl Jalil; el Intendente de Capital, Dr.
Gustavo Saadi; los jefes comunales de Fray Mamerto Esquiú e Icaño, Prof.
Alejandra Benavidez y Franco Carletta, respectivamente; demás autoridades provinciales,
legislativas, judiciales y de las fuerzas de seguridad.
Se destacó la presencia de
Paracaidistas Militares del Ejército Argentino de Córdoba, quienes llegaron a
honrar a su Santa Patrona, en una peregrinación en postas. También arribaron
durante este día integrantes del Regimiento de Infantería de Montaña N° 15 de
La Rioja, con la misma modalidad.
El recorrido abarcó avenida
Virgen del Valle hasta el Paseo General Navarro o La Alameda, lugar donde fue
coronada la imagen de la Inmaculada Concepción del Valle. Luego Continuó por Camilo
Melet, Mariano Moreno, San Martín, Rivadavia y República hasta el Paseo de la
Fe. A lo largo del trayecto los fieles devotos se apostaron a la vera del
camino y en los hogares se observaban altares con imágenes sagradas y frentes
adornados para homenajear a la Santísima Virgen María, mientras en algunos
tramos coloridos papelitos surcaban en cielo.
A medida que avanzaba la
caminata de miles de peregrinos y devotos se desgranaron los misterios del
Santo Rosario intercalados con reflexiones y cantos. Acto de piedad al que se
sumaron otros miles a través de la transmisión en vivo por las redes sociales y
los medios de comunicación que se sumaron a esta fiesta de fe mariana.
Cuando las luces del día se
habían apagado, ya en el Paseo de la Fe, las campanas echaron a vuelo
anunciando la llegada de nuestra amada Madre, mientras los sones de la Banda de
Música de la Policía de la Provincia realzaban este momento y los corazones
palpitaban ante tan amorosa Presencia.
Mensaje
del Obispo
Mons. Urbanč comenzó su
mensaje agradeciendo a la Virgen en este final de las fiestas en su honor. “Gracias,
Madre -dijo-, por tu amor incondicional, por la fe que has renovado en nuestros
corazones y por las bendiciones que hemos recibido en tu Santuario…por la
alegría de encontrarnos como hermanos y peregrinos, por la paz y la esperanza
que nos regalas y por atender nuestros ruegos... por tantos devotos
catamarqueños que, pronta, incondicional y generosamente, han compartido lo que
tienen con los hermanos peregrinos, brindándoles algo caliente para beber,
comida, emparedados, fruta, agua, cuidado corporal, acogida, orientación,
hospedaje…”, agregando su gratitud a las autoridades provinciales y municipales
por su colaboración.
“Ahora, que nos toca regresar
a nuestros hogares y a la vida cotidiana, te pido que acompañes en el camino de
regreso a los que vinieron de lejos; protégelos, para que continúen honrándote
allí donde estén y te proclamen abiertamente como Madre e intercesora en sus
hogares, pueblos y ciudades”, expresó el Obispo.
Luego elevó diversas súplicas
y cuando pidió a la Madre por los cautivos mencionó expresamente a Nahuel
Agustín Gallo, prisionero en Venezuela.
“Que la luz que hemos
encendido en tu presencia no se apague nunca. Que tu rostro bendito sea el
recuerdo que nos anime y sostenga, hasta que volvamos a encontrarnos en tu
casa”, imploró.
Camino
al Bicentenario del Natalicio del Beato Esquiú
A continuación manifestó: “De
un modo particular, te pido que todos los argentinos nos preparemos muy bien
para celebrar el bicentenario del nacimiento del Beato Mamerto Esquiú, obispo:
ilustre catamarqueño, lirio del jardín franciscano, diamante de la política,
padre de los pobres, infatigable misionero, peregrino de esperanza, orador de
la constitución, cantor de tus bondades, fiel discípulo de Jesucristo y
abnegado pastor de su pueblo, que iniciaremos el 10 de enero de 2026 y que
culminará el 11 de mayo de 2027”.
Y elevó más peticiones
especiales, expresando entre ellas: “Te suplico, Madre del Dios por quien se
vive, que insufles en el corazón de cada argentino un verdadero compromiso por
la vida. Para ello, despierta en los corazones de varones y mujeres el
propósito de vivir en casto y estable matrimonio, según los eternos designios
de Dios, única garantía para formar familias unidas, educadoras de creyentes y
ciudadanos responsables; abiertas con generosidad a la vida y cuidadoras de la
vida desde la concepción hasta su partida natural. Sabemos, Madre de la
Esperanza, que la vida está amenazada por el consumismo, las adicciones, los
vicios, la violencia, la apología del sexo libertino e irresponsable, las
ideologías ateas, las políticas inescrupulosas, las economías exitistas, el
egoísmo, etc., por eso, ayúdanos a vivir la fe recibida en el bautismo de
manera coherente, asumiendo todos los desafíos que nos propone”.
“Por último, te ruego que
despiertes en los jóvenes el deseo de ponerse a total disposición de Jesús para
abrazar la vida consagrada de total dedicación a la salvación eterna del
hombre. Que las familias valoren el llamado divino y lo secunden, ayudando a
discernir a los hijos y animándolos a dar su ‘sí’ como Tú”, imploró cerrando
con la invocación: “¡Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios!”.
Al concluir la alocución final
del Obispo, se entonaron el Himno Nacional Argentino y el Himno a Catamarca, y
se procedió al arriamiento de la Bandera en el mástil de la plaza 25 de Mayo.
Luego, el canciller y
secretario general de la Curia Diocesana, padre Diego Manzaraz, leyó el decreto
mediante el cual se concede la indulgencia plenaria, según
la forma acostumbrada por la Iglesia, a todos los presentes y a quienes
siguieron la transmisión de la ceremonia por las redes sociales y los medios de
comunicación social.
Entre vivas, pañuelos al aire
y corazones desbordantes de amor, la imagen de la Pura y Limpia Concepción del
Valle volvió al Camarín donde recibe las súplicas y la acción de gracias de sus
hijos a lo largo del año.
TEXTO
COMPLETO DE LA ALOCUCIÓN FINAL
¡Madre Morena de Catamarca,
Virgen Bendita del Valle!
Al finalizar esta fiesta en la
que nos has cobijado bajo tu manto, como a hijos e hijas muy queridos, elevamos
nuestros corazones llenos de gratitud y alabanza.
Gracias, Madre, por tu amor
incondicional, por la fe que has renovado en nuestros corazones y por las
bendiciones que hemos recibido en tu Santuario.
Gracias por la alegría de
encontrarnos como hermanos y peregrinos, por la paz y la esperanza que nos
regalas y por atender nuestros ruegos.
Gracias por tantos devotos
catamarqueños que, pronta, incondicional y generosamente, han compartido lo que
tienen con los hermanos peregrinos, brindándoles algo caliente para beber,
comida, emparedados, fruta, agua, cuidado corporal, acogida, orientación,
hospedaje, etc.
En tu nombre agradezco a las
autoridades provinciales y municipales que pusieron muchísimo personal y
logística para hacer frente a los imponderables climáticos y para cuidar el
orden y la seguridad.
Ahora, que nos toca regresar a
nuestros hogares y a la vida cotidiana, te pido que acompañes en el camino de
regreso a los que vinieron de lejos; protégelos, para que continúen honrándote
allí donde estén y te proclamen abiertamente como madre e intercesora en sus
hogares, pueblos y ciudades.
Sé la guía de nuestros pasos,
ilumina nuestras decisiones y fortalécenos para vivir según el Evangelio cada
día.
Consuela a los que sufren,
libera a los cautivos, entre ellos a Nahuel Agustín Gallo, asiste a los
enfermos, haz que haya comida en cada hogar, que encuentren un trabajo
remunerado quienes lo buscan y protege a nuestras familias.
Que la luz que hemos encendido
en tu presencia no se apague nunca. Que tu rostro bendito sea el recuerdo que
nos anime y sostenga, hasta que volvamos a encontrarnos en tu casa.
De un modo particular, te pido
que todos los argentinos nos preparemos muy bien para celebrar el bicentenario
del nacimiento del Beato Mamerto Esquiú, obispo: ilustre catamarqueño, lirio
del jardín franciscano, diamante de la política, padre de los pobres,
infatigable misionero, peregrino de esperanza, orador de la constitución,
cantor de tus bondades, fiel discípulo de Jesucristo y abnegado pastor de su
pueblo, que iniciaremos el 10 de enero de 2026 y que culminará el 11 de mayo de
2027.
Te pido, también, que envíes
abundantes lluvias para tantos sedientos campos, exhaustos manantiales y diques
vacíos. Y, con ella, que el Espíritu Santo reviva los corazones que están
calcinados por causa del pecado y la falta de confianza en la misericordia del
buen Dios.
Te suplico, Madre del Dios por
quien se vive, que insufles en el corazón de cada argentino un verdadero
compromiso por la vida. Para ello, despierta en los corazones de varones y
mujeres el propósito de vivir en casto y estable matrimonio, según los eternos
designios de Dios, única garantía para formar familias unidas, educadoras de
creyentes y ciudadanos responsables; abiertas con generosidad a la vida y
cuidadoras de la vida desde la concepción hasta su partida natural. Sabemos,
Madre de la Esperanza, que la vida está amenazada por el consumismo, las
adicciones, los vicios, la violencia, la apología del sexo libertino e
irresponsable, las ideologías ateas, las políticas inescrupulosas, las
economías exitistas, el egoísmo, etc., por eso, ayúdanos a vivir la fe recibida
en el bautismo de manera coherente, asumiendo todos los desafíos que nos
propone.
Por último, te ruego que
despiertes en los jóvenes el deseo de ponerse a total disposición de Jesús para
abrazar la vida consagrada de total dedicación a la salvación eterna del
hombre. Que las familias valoren el llamado divino y lo secunden, ayudando a
discernir a los hijos y animándolos a dar su ‘sí’ como Tú.
¡Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios!
Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de N.S. JESUCRISTO. Amén.
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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat