Una jornada histórica vivió hoy la comunidad del barrio La Tablada y sectores aledaños con la celebración de las Bodas de Oro de la parroquia San José Obrero, conformada por un amplio sector de la zona sur de la ciudad capital.
Esta gran fiesta
preparada con esmero por toda la comunidad contó con la presencia de la Señora Gobernadora,
Dra. Lucía Corpacci, el Señor Intendente, Lic. Raúl Jalil, legisladores, entre
otras autoridades civiles, ex párrocos, numerosos sacerdotes de Capital y
departamentos del Valle Central, y una gran cantidad de vecinos, que a pesar
del frío reinante dijeron presente en el festejo.
Los actos centrales
comenzaron antes de las 10.00 en la plaza ubicada frente al templo parroquial,
donde se procedió al izamiento de la Bandera Nacional,
dando paso luego a la
Solemne Eucaristía, presidida por el Vicario Episcopal de
Pastoral, Pbro. José Antonio Díaz, y concelebrada por el Párroco, Pbro. Héctor
Salas, el Vicario Parroquial, Pbro. Santiago
Granillo, y sacerdotes de Capital,
Valle Viejo, Fray Mamerto Esquiú y Capayán.
En memoria del
primer párroco, el Pbro. Daniel Zelarayán, y del Sr. Sergio “Coco” Díaz, destacado
colaborador de la parroquia, se descubrieron sendas placas recordatorias
colocadas en el ingreso a la sede parroquial. Seguidamente, se dejó inaugurado
el salón de usos múltiples, que servirá también como sala velatoria.
Ubicadas en el
palco oficial, las autoridades junto con el párroco Héctor Salas presidieron el
desfile previsto para este gran acontecimiento, que se vio reducido debido a
las condiciones climáticas. A pesar del viento frío y los copos de nieve que
caían en la capital
catamarqueña, los asistentes le pusieron el calor de la
alegría y acompañaron con el aplauso el paso de los efectivos de Infantería y
del grupo especial Kuntur de la
Policía de la Provincia. La marcha se realizó bajo los acordes
de la Banda de
Música de la Policía
de Catamarca, cuyos integrantes interpretaron luego el Feliz Cumpleaños,
cantado al unísono por los presentes.
Como corolario de
esta jornada festiva, los parroquianos degustaron un sabroso locro y compartieron
las 50 tortas preparadas para este feliz acontecimiento, que marca un hito en
la rica historia de fe escrita desde aquel 21 de julio de 1963.