En
la tarde del jueves 15, Día de la Asunción de la Virgen María a los cielos, se
celebró una misa en la Catedral Basílica con la participación de los alumnos de
la promoción 2013, quienes se consagraron a Nuestra Madre del Valle.
En
un emotivo ambiente, los futuros egresados de 9 colegios del Valle Central
compartieron la Eucaristía presidida por el Pbro. Víctor Hugo Vizcarra,
responsable de la Pastoral Juvenil en Catamarca, y concelebrada por el Pbro.
Humberto Toloza y un sacerdote peregrino.
Los
jóvenes llevaron sus banderas a los pies del altar y participaron con profundo
respeto y alegría de la liturgia, leyendo lecturas, elevando la oración de los
fieles y presentando las ofrendas.
El
Padre Vizcarra enfatizó el mensaje esperanzador de la Asunción de la Virgen, que
intercede siempre por nosotros, sus hijos, y nos muestra el camino para llegar
a Dios. “Actualmente, se habla mucho del destino como algo fatal, pero nuestro
destino es el bien, la santidad y hacia allí debemos ir con nuestras acciones”,
expresó, agregando que “María está junto al Señor en cuerpo y alma, toda su
humanidad ha sido redimida. La que no tenía pecado no debía pagarlo con la
muerte, cuando terminaron sus días en la tierra fue llevada en cuerpo y alma al
Cielo. Lo que Ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que Ella posee nos
sirve de esperanza”.
Luego
de la homilía, un matrimonio que participó de la Jornada Mundial de la Juventud
en Brasil compartió su experiencia con un breve y emotivo testimonio. “En Río
todo era oración, todo el tiempo se sentía la oración, sin importar el idioma o
la nacionalidad se vivía la fraternidad”, contaron. Asimismo, destacaron el
maravilloso trato de las familias que recibieron a los peregrinos en sus
hogares, y la emoción con la que tuvieron que despedirse. “Tanto tiempo
esperándolos, preparándonos para recibirlos para que se vayan tan pronto”, les
dijeron en el momento de la partida.
Antes
de finalizar la celebración eucarística, en un hermoso gesto, todos los jóvenes
se sentaron a los pies del altar y recibieron a la Imagen de la Madre del Valle
que se ubicó en medio de ellos. Su presencia llenó los corazones de los
presentes y con palabras de amor, como un hijo a su madre, se consagraron a Ella
para siempre.