Profesión perpetua de dos laicas consagradas
El sábado 4 de marzo,
realizaron la profesión perpetua las Hnas. Ana María Bravo Lencina y Beatriz
Inés Toledo Sierralta, pertenecientes al Instituto de Vida Consagrada Amigos y
Amigas en el Señor Jesús, basado en la espiritualidad ignaciana renovada,
abrazando un estilo de vida semicontemplativa.
La ceremonia litúrgica fue presidida
por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el párroco,
presbítero Héctor Miguel Moreno, con la presencia de la Superiora General Hna.
Lilian Tapia Donoso. La misma tuvo lugar en la comunidad Nuestra Señora del
Valle, de La Higuera, departamento Paclín, jurisdicción de la parroquia Nuestra
Señora del Rosario.
Integrantes del Instituto y
fieles de la comunidad parroquial de Paclín y de otros lugares participaron con
mucha alegría de esta consagración definitiva al Señor de Ana María y Beatriz
Inés.
En parte de su homilía,
Mons. Urbanč manifestó que en “esta hermosa celebración, Ana María y Beatriz
Inés van a realizar los votos perpetuos consagrándose totalmente a Jesús. Han
hecho un camino de discernimiento y se dieron cuenta de que Jesús es todo en
sus vidas” y “decidieron dejar todo para servirlo”.
En este sentido dijo que “hay
personas que se esmeran y profundizan con la oración, el estudio y la
meditación, este conocimiento, esta intimidad con Jesús, y lo empiezan a vivir
acá en la tierra mostrándonos para dónde se orienta la vida”.
“Nos van ayudando a que
todos podamos llegar al Cielo, por eso es un regalo de Dios para toda la
comunidad”, continuó, agregando que “son como un pararrayos en la comunidad,
porque la Iglesia está bendecida por estas hermanas que rezan” y “como se
apoyan mucho en el Señor tendrán siempre una esperanza alegre, verdadera, no
estarán angustiadas frente al dolor, la enfermedad y las dificultades”.
Al dirigirse a las hermanas,
expresó: “Les tenemos que agradecer mucho a ustedes que han aceptado este desafío
de querer estar más con Jesús, para que nosotros también podamos estar con
Jesús”.
Durante la celebración
eucarística, Ana María y Beatriz Inés realizaron su profesión de consagración
definitiva a Dios ante la presencia del Obispo, la Superiora del Instituto y de
toda la asamblea congregada en torno al altar.
Los miembros de los
Institutos de Vida Consagrada son mujeres y varones católicos, solteros o
viudos, que son llamados interiormente por Dios a buscar una vida de caridad
perfecta a través de la consagración por voto privado de castidad vivido en el
celibato, eligiendo un amor preferencial por Dios y por su gloria, al servicio
de su Reino.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca