“Doy gracias al Señor por estos años de formación, y estoy muy feliz de recibir el ministerio del Diaconado”
Este viernes 24 de marzo, el
obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, ordenará diácono al joven Ramón Leandro
Roldán, durante la Santa Misa, que presidirá a las 20.00, en la Catedral
Basílica y Santuario del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora del Valle,
con transmisión a través de las redes sociales.
Ramón Leandro es oriundo de
Capital y su parroquia de origen es Santa Rosa de Lima. Completó sus estudios
en el Seminario Mayor de la Arquidiócesis de Tucumán y actualmente viene
realizando su experiencia pastoral en la parroquia Santa Rosa de Lima, con sede
en Bañado de Ovanta, departamento Santa Rosa, perteneciente al Decanato Este de
la Diócesis de Catamarca.
En la jornada previa a esta
importante celebración, quiso compartir “cómo nace y la manera como el Señor me
invitó a conocerlo y a seguirlo más de cerca”. Luego narró que “la llamada a
este camino de especial consagración nace cuando era niño. Recuerdo aquellos
primeros acercamientos a la vida de la fe, a través de mi mamá y mi abuela cuando
me llevaban a la Catedral a visitar a Nuestra Madre del Valle”.
Luego hizo alusión a sus
primeros pasos en la parroquia Santa Rosa de Lima (Capital) de la mano de su
párroco, el padre Santiago Sonzini, cuando se estaba preparando para recibir
los sacramentos. “Una tarde -contó-, en la que asistí a participar de la novena
del Niño Dios, por invitación de mi catequista, estaba en un banco del templo,
cercano adonde confesaba el padre Santiago Sonzini; él me vio y me preguntó si
quería ser su monaguillo. ¡Allí comenzó mi acercamiento a Jesús y a su Iglesia!
Porque a partir de ese momento comencé a frecuentar la celebración de la Misa,
ayudando todos los días como monaguillo”.
Y también porque “el padre
Sonzini tenía algo muy especial y me entusiasmaba a vivir la vida en Dios”,
afirmó, a la vez que describió cuando el sacerdote le pidió que lo acompañara
al Seminario, “que en ese tiempo estaba en la casa de retiros espirituales
Emaús, en la ciudad -recordó-, donde celebramos la Misa y después nos invitaron
a cenar. Allí pude conocer y aprender cómo vivían los seminaristas” y “de
regreso a mi casa, le conté al padre Santiago lo bien que me había sentido
compartir esa tarde en el Seminario. En los años siguientes pude tener alguna
experiencia de vida, viviendo como seminarista menor”.
En los últimos años de los
estudios secundarios, mientras “me preguntaba qué carrera iba a seguir y hacia
dónde direccionaría mi vida, decido seguir los pasos de Jesús en el sacerdocio. Así, en el año 2003 tuve un paso
fugaz por el Seminario Mayor Arquidiocesano de Tucumán, porque a fines de ese
año y después de charlar y discernir con los sacerdotes formadores, decidí no
continuar la formación en el Seminario”, dijo.
Estudió y se recibió de
profesor de Música, ejerció la docencia
y formó parte de la Banda de Música de la Policía de la Provincia. “Fue
experiencia laboral hermosa, en la cual
pude comunicar y transmitir valores desde el
arte”, señaló.
A pesar de este rumbo que
iba tomando su vida, confesó que “en todos esos años, después de mi salida del Seminario,
nunca dejó de resonar en mi interior la llamada del Señor a seguirlo de cerca;
pero al mismo tiempo deseaba y tenía el proyecto de formar una familia. De
hecho, tuve experiencia en el noviazgo, la cual fue una etapa linda de mi vida
en la que aprendí mucho”.
En 2014 mientras trabajaba
en su parroquia cantando en las celebraciones y ayudando en la catequesis para
los niños, manifestó que tuvo “un encuentro casual con el padre Armengol
Acevedo, quien era mi párroco en ese entonces, en el que me dice: ‘¿Qué
esperas, le quieres entregar los huesos al Señor?’. Esas palabras me hicieron
pensar y reflexionar, que era Dios quien me las estaba diciendo”, confió.
De esta manera, “en el 2015
comencé a formar parte de las Acampadas Policiales y en uno de esos retiros, en
un momento de oración personal con Jesús, sentí que me invitaba a seguirlo más de
cerca. Al final del retiro, en un diálogo con el Obispo -quien había ido a
celebrar la Misa de clausura- también salió el tema del Seminario. Fue entonces
que los deseos de volver al camino de
discernimiento al sacerdocio comenzaron a resonar nuevamente en mi interior. Y
llegó el día de decirle ‘Sí’ al Señor, con
mi reingreso al Seminario, el 5 de marzo del año 2016”.
En las vísperas de su
ordenación diaconal, Ramón Leandro cerró su testimonio agradeciendo a Dios y encomendándose
a la Virgen María con estas palabras: “Hoy doy gracias al Señor por estos años
de formación, en los que me ha ido mostrando su voluntad para mi vida. Es por
eso que estoy muy feliz de poder recibir el ministerio del Diaconado que la
Iglesia me quiere encomendar. Me amparo en las manos maternales de Nuestra
Madre del Valle, que Ella me cuide y me proteja”.
Acompañemos con nuestra
oración a Ramón Leandro en este paso previo a la consagración definitiva a Dios
y al servicio de la Iglesia a través del sacerdocio.
Recordamos que el Diácono
representa a Cristo servidor, quien no vino a ser servido sino a servir.
Colabora en la Liturgia de la Palabra, da la Comunión y puede bendecir a los
fieles, aunque no puede consagrar la Eucaristía ni administrar el Sacramento de
la Reconciliación.
Transmisión
por las redes sociales
La transmisión de la Santa
Misa se podrá seguir en vivo por las redes sociales de la Catedral y del
Obispado, a través de los siguientes links:
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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca