El equipo organizador del 6° Congreso Misionero Nacional dio a conocer la imagen que identificará este evento eclesial, a realizarse en octubre de este año en San Luis.
El isologotipo está
compuesto por los siguientes signos:
a) “Recibirán la fuerza del
Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes”: La
llama, imagen del Espíritu Santo.
b) “Y serán mis testigos”: La Cruz, la Eucaristía, las manos.
c) “Hasta los confines de la
tierra”: Los colores del rosario
misionero.
El
signo de la Cruz: Jesús, la noche de Pascua, abre la mente de
los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: “Ustedes son
testigos de todo esto”.
Los Apóstoles, que vieron
con los propios ojos al Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia,
el grano de trigo murió y dio mucho fruto. Él se había mostrado para que la
verdad de su Resurrección llegara a todos mediante su testimonio.
El
signo de las manos: la Iglesia tiene la tarea de prolongar en
el tiempo esta misión; todo bautizado está llamado a dar testimonio, con las
palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente
en medio de nosotros (círculo amarillo en la unión de las manos: signo de la Eucaristía).
El
signo de la llama de fuego: fue después de la venida del Espíritu
Santo sobre los discípulos cuando por primera vez se dio testimonio de Cristo
muerto y resucitado con un anuncio kerigmático.
Así los discípulos de Jesús,
dieron inicio al periodo de la evangelización del mundo. El Espíritu Santo los fortaleció
para testimoniar a Cristo delante de todos.
Todo discípulo misionero de
Cristo está llamado a reconocer la importancia fundamental de la acción del Espíritu,
a vivir con Él en lo cotidiano y recibir constantemente su fuerza e
inspiración.
Los
colores: Sinodalidad, inculturación del Evangelio.
Los colores de las manos, son los que tradicionalmente se atribuyen a los cinco
continentes: rojo para América, verde para África, blanco para Europa, amarillo
para Asia y azul para Oceanía.
No puede haber sinodalidad
sin interculturalidad, sin tomar en cuenta la riqueza de las culturas que hay entre
nosotros.
“Es imperiosa la necesidad
de evangelizar las culturas para inculturar el Evangelio” (EG 69)
Si la sinodalidad es caminar
juntos, y los que queremos caminar juntos somos diferentes, son necesarios los
procesos de auténtica escucha y valoración del otro, siempre teniendo como
punto central de referencia a Jesús, Camino, Verdad y Vida.
La
presencia de María Reina de las Misiones: Las manos en oración y el
globo entre sus manos: María, Madre de Dios y de la Iglesia, que «reunía a los
discípulos para invocar al Espíritu Santo (Hch1,14), hizo posible la fuerza
misionera que se produjo en Pentecostés, que ella acompañe la peregrinación
sinodal del Pueblo de Dios en Argentina, indicando la meta y enseñando el modo
bello, tierno y fuerte de esta nueva etapa de la evangelización.
Imagen: facebook Prensa Iglesia Catamarca