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23 junio 2023

Peregrinación mariana a los Nevados de Aconquija

Un grupo de veinte devotos de la Virgen del Valle acompañados por el padre Tomás Barbero, vicario parroquial de San Francisco de Asís, en Andalgalá, participaron de la primera peregrinación mariana a los Nevados de Aconquija.

Esta travesía de fe se inició el sábado 17 y concluyó el jueves 22 de junio en horas del mediodía, abarcando cuatro días de ascenso y dos de descenso.

El objetivo era llegar hasta la Virgen del Valle colocada en la pequeña gruta construida el año pasado en el Cerro Overo, a 4.400 metros de altura por integrantes del Grupo Kuntur de la Policía de la Provincia. La sagrada imagen fue trasladada hasta allí durante uno de los cursos de supervivencia de alta montaña de este grupo especial de la fuerza de seguridad provincial, como un gesto de gratitud por su protección en las misiones extremas.

La idea de esta caminata se gestó en ese entonces y llevó un año de preparación, con el apoyo de mucha gente que acompañó con su oración.

En aquella ocasión, el padre Barbero bendijo la imagen antes de que fuera trasladada al cerro; y ahora bendijo la gruta emplazada entre rocas con vista hacia Andalgalá, El Manchao y la Cordillera. Los peregrinos -cinco integrantes del Grupo Kuntur que ascendió el año pasado, adultos y jóvenes como también aficionados al montañismo, junto con el sacerdote- también le llevaron un vestido, un manto y un ponchito a la Virgen, y pusieron en sus manos las intenciones nacidas en sus corazones.

El sacerdote comentó que “fue una hermosa experiencia, en la que estuvo muy presente la fe, siempre nos consideramos peregrinos con todo el simbolismo que tiene peregrinar hacia un lugar sagrado. Lo vivimos con ese espíritu, con mucho deseo de llegar. Debimos sortear muchos obstáculos, pero sintiéndonos cuidados por Dios y por María”.

“Nos sentimos muy unidos haciendo esta experiencia. Como son varios días, uno se cansa y había que ayudar a llevar la mochila, cruzar el río, haciendo una experiencia de Iglesia sinodal que camina junta”, manifestó. En este sentido, compartió que “celebramos juntos la Eucaristía todos los días alrededor de un fogón, a veces guarecidos entre las rocas, hasta que llegamos a la gruta. La Creación era un marco imponente que nos ayudaba a estar en contacto con el Creador. Fue una experiencia de fe en fraternidad y comunión, unidos al Dios trascendente que nos acompañaba y que nos rodeaba por todos lados”.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca