siguenos en facebook Canal de youtube siguenos en facebook

08 junio 2023

Periodistas celebraron su día a los pies de la Madre del Valle

“Que Dios los aliente a ser servidores de la fraternidad, el amor y la justicia en esta tarea fundamental de la construcción social”, dijo el Obispo.

 

Durante la noche del miércoles 7 de junio, se celebró la Misa por el Día del Periodista, que fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Pbro. Gustavo Flores, rector de la Catedral Basílica y Santuario del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora del Valle.

Profesionales del periodismo de medios gráficos, televisivos, radiales y digitales se unieron a  la acción de gracias a los pies de la Madre Morena, en tanto que otros participaron de manera virtual a través de la transmisión por las redes sociales de la Catedral y del Obispado.

Participaron de la liturgia guiando, proclamando la Palabra de Dios, elevando las súplicas al Padre Celestial y acercando al altar las ofrendas del pan y del vino.

También se sumaron a esta acción de gracias, los fieles en general y miembros de los Comunicadores de María que prestan su servicio en el Santuario, quienes prepararon con esmero el lugar donde se ubicaron los alumbrantes.

En su homilía, Mons. Urbanč aludió a la razón por la que se instituyó  al 7 de junio como el Día del Periodista y rescató algunos conceptos de Mariano Moreno, quien creó la Gazeta de Buenos Ayres, el 7 de junio de 1810. Este abogado, periodista, político, y partícipe de la Revolución de Mayo, decía que “el pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal".

En este contexto, manifestó que “una de las dimensiones más importantes de la vida cristiana es la de la comunicación. De hecho, la fe no crece si no se comunica, y la fe nace a partir de un acontecimiento que es Dios, comunicándose con la creatura humana. En la vida cristiana lo llamamos revelación: Dios se comunica al hombre, y al comunicarse, nos muestra y enseña la intimidad de su corazón, que está lleno de un amor misericordioso”.

“La fe, sobre todo, se comunica con la vida misma, con el testimonio de haber sido tocados por el corazón de Dios, en un encuentro con Él”, señaló, agregando que “Jesús es el gran comunicador del corazón del Padre. Él es quien nos revela al Padre, y no sólo con su palabra, sino ante todo con su testimonio y con su entrega de amor”.

Asimismo, aseveró que “para comunicar hay que saber escuchar; y toda escucha debe partir de una adhesión por la verdad y la justicia, que hacen del diálogo y de la comunicación una herramienta para construir la fraternidad universal”.

“Estén convencidos que deben ser servidores de la verdad, amigos de la verdad, están llamados por naturaleza a presentar la verdad de las cosas, hablar la verdad, presentar la verdad, pero con caridad. Una tarea difícil, que requiere unidad, fraternidad y solidaridad entre los periodistas”, enfatizó, exhortando a que “no compitan, compartan”.

En otro tramo de su mensaje dijo que “el periodismo, lo aplaudan, lo reconozcan o no lo reconozcan, va adelante, porque su servicio es fundamental para la humanidad, y por supuesto para la democracia en un estado de derecho”.

Y pidió a Dios “que los aliente a ser servidores de la fraternidad, el amor y la justicia, que es propio de aquellos que tienen la intención y el deseo de escuchar para dialogar y comunicar, en esta tarea fundamental de la construcción social”.

Continuando con la celebración, periodistas presentaron sus peticiones a Dios en la Oración de los Fieles y acercaron el Pan y el Vino hasta la mesa eucarística.

Antes de la bendición final, realizaron la Oración del Periodista, poniéndose en las manos de la Virgen María para desempeñar su profesión siendo servidores del bien común.

Previamente se rezó la oración pidiendo a Dios por la pronta canonización del Beato Mamerto Esquiú, quien supo ejercer el periodismo en su tiempo, allá por el siglo XIX.

Después de la ceremonia litúrgica, los periodistas compartieron un brindis fraterno junto al Obispo, en un clima cordial.

 

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos hermanos:

Hoy nos honran con su presencia algunos periodistas puesto que celebran su día. Bienvenidos a esta celebración.

Para todos es bueno que recordemos la génesis de este día.

El primer periódico nacional de la etapa independentista de la Argentina fue la Gazeta de Buenos Ayres, fundada por Mariano Moreno el 7 de junio de 1810.

En 1938 durante el Primer Congreso Nacional de Periodistas, celebrado en la provincia de Córdoba, se estableció esta fecha para celebrar el Día del Periodista.

Afirmaba Mariano Moreno, abogado, periodista, político, y partícipe de la Revolución de Mayo: “Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía”.

Y se preguntaba en una de sus editoriales en La Gazeta: “¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo el nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península? Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal”.

Habían transcurrido siete días desde el memorable 25 de Mayo de 1810. El primero de junio la Junta dictó el decreto que disponía: “salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires”. Así se hizo y el 7 de junio ya estaba en la calle.

La Gazeta de Buenos Ayres nació para ser un órgano de difusión de las ideas de la Primera Junta de Gobierno. Fue un periódico impreso en Buenos Aires hasta 1821, y en él escribieron personalidades destacadas como Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

Días después de la fundación, el 21 de junio, Moreno publicó un artículo “Sobre la libertad de escribir”. “Si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.

El 13 de septiembre de 1810, Moreno anunciaba la creación de un nuevo órgano destinado a la difusión y democratización de las ideas, los pensamientos y el conocimiento: la Biblioteca Nacional. “Ha resuelto la Junta formar una biblioteca pública, en que se facilite a los amantes de las letras un recurso seguro para aumentar sus conocimientos...”. “Por fortuna tenemos libros bastantes para dar principio a una obra que crecerá en proporción del sucesivo engrandecimiento de este pueblo”.

También supo afirmar el creador de la Gazeta: "El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Ayres".

Creo que por todos es aceptado que una de las dimensiones más importantes de la vida cristiana es la de la comunicación. De hecho, la fe no crece si no se comunica, y la fe nace a partir de un acontecimiento que es Dios, comunicándose con la creatura humana. En la vida cristiana lo llamamos revelación: Dios se comunica al hombre, y al comunicarse, nos muestra y enseña la intimidad de su corazón, que está lleno de un amor misericordioso. Así, también, la fe se transmite comunicándola.

La fe, sobre todo, se comunica con la vida misma, con el testimonio de haber sido tocados por el corazón de Dios, en un encuentro con Él

Jesús es el gran comunicador del corazón del Padre. Él es quien nos revela al Padre, y no sólo con su palabra, sino ante todo con su testimonio y con su entrega de amor.

Para comunicar hay que saber escuchar; y toda escucha debe partir de una adhesión por la verdad y la justicia, que hacen del diálogo y de la comunicación una herramienta para construir la fraternidad universal.

Estén convencidos que deben ser servidores de la verdad, amigos de la verdad, están llamado por naturaleza a presentar la verdad de las cosas, hablar la verdad, presentar la verdad, pero con caridad. Una tarea difícil, que requiere unidad, fraternidad y solidaridad entre los periodistas. Por favor, no compitan, compartan. Qué lamentable es el hecho de que algunos medios con algunos de sus periodistas hacen negociados con gobiernos de turno o empresas o corporaciones internacionales por millones y dan la espalda a la ética. Luchen por un periodismo libre, sabio, animado por la caridad e independiente, que responda a la ética, a la verdad y no a la corrupción.

Que el Señor les conceda fuerza, perseverancia y de manera particular espiritualidad. La espiritualidad significa que uno trabaja porque cree en la verdad, porque cree que difundir la verdad es bueno y edificante y eso no requiere reconocimientos, no requiere aplausos. El periodismo, lo aplaudan, lo reconozcan o no lo reconozcan, va adelante, porque su servicio es fundamental para la humanidad, y por supuesto para la democracia en un estado de derecho.

Por tanto, queridos periodistas, en su día, pido a Dios que los aliente a ser servidores de la fraternidad, el amor y la justicia, que es propio de aquellos que tienen la intención y el deseo de escuchar para dialogar y comunicar, en esta tarea fundamental de la construcción social.

Por último, me referiré a los textos bíblicos proclamados:

La primera lectura fue tomada del libro Tobías y hoy la palabra clave es la confianza. Tobías toma por esposa a Sara, él es el familiar más cercano y tiene esa obligación según la ley, a pesar de la maldición que parece que pesaba sobre Sara, Tobías confía en el mensajero que Dios le mandó y logran vencer la maldición. Al final los dos esposos elevan un canto al Dios de la Vida. ¡Qué  importante virtud en la vida del periodista!

El evangelio nos muestra en el diálogo entre el escriba y Jesús, que la ley del amor a Dios y al prójimo está en la raíz de la ley del pueblo de Israel y la Alianza. Quien es capaz de reconocer esta unidad no está lejos del Reino de Dios, como le dice Jesús al escriba. Éste es el centro de la predicación de Jesús, y lo expresa existencialmente a los largo de todo su ministerio público, pero, sobre todo, por su entrega en la cruz.

El Domingo celebraremos la fiesta del Corpus Christi, la entrega de Jesucristo expresada en el memorial de la Eucaristía. Pero, también, que esa entrega es entrega concreta a toda la humanidad, especialmente a los más pobres y sufrientes. El amor a Dios es inseparable del amor al prójimo, los dos son la misma cosa, porque el amor cristiano no tiene límites, no tiene barreras, se extiende más allá de toda razonabilidad humana, y llega incluso a los enemigos.

Esta radicalidad sólo es posible si confiamos, como Tobías y Sara, en el mensajero que nos invita en entregarnos, a darnos radicalmente, sin guardarnos nada para nosotros, sin miedos, confiando en la Palabra de Jesús que nos dice "quien pierda su vida por mí y por evangelio, ése la salvará". Somos, y existiremos en plenitud, en la medida en que nos demos sin reservas al prójimo como respuesta al Dios Padre que nos ama.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca