“Los pobres no son imágenes para conmover, sino personas que exigen dignidad”
Afirma
el Santo Padre en su mensaje con motivo de la VII Jornada Mundial de los Pobres
convocada para este domingo 19 de noviembre.
En coincidencia con la jornada
electoral en nuestro país, este domingo 19 de noviembre, se celebra la VII Jornada
Mundial de los Pobres, sobre el tema "No apartes tu rostro del
pobre".
En su mensaje para este día,
el Papa Francisco exhorta a no apartar la mirada de los que están en
dificultad, de los niños que viven en zonas de guerra, de los que no llegan a
fin de mes, de los que son explotados en el trabajo y de los jóvenes
prisioneros de una cultura que les hace sentirse fracasados: todos son nuestros
prójimos, necesitamos un compromiso social, político y legislativo serio y
eficaz.
La mirada de un pobre cambia
el rumbo de la vida de quien se cruza en su camino, pero hay que tener el valor
de quedarse en esos ojos y luego actuar ayudando, no según nuestras necesidades
o nuestro deseo de librarnos de lo superfluo, sino según lo que el otro
necesita. Este es el concepto que se desprende del Mensaje del Pontífice para
la VII Jornada Mundial de los Pobres, este domingo 19 de noviembre.
"No apartes tu rostro
del pobre", hace referencia al Libro de Tobías sobre el cual hace una
profunda reflexión. El Papa ofrece una interpretación de la realidad que parte
de reconocer en los más frágiles "el rostro del Señor Jesús", más
allá del color de la piel, de la condición social y del origen.
Recordando el párrafo 6 de
la encíclica Pacem in Terris del Papa san Juan XXIII, escrita hace 60 años,
Francisco recuerda que aún queda mucho trabajo por hacer para asegurar una vida
digna a tantos seres humanos, para que aquellas palabras del Papa Roncalli se
hagan realidad, "por medio de un serio y eficaz compromiso político y
legislativo".
El Santo Padre espera el
desarrollo de "la solidaridad y la subsidiariedad de tantos ciudadanos que
creen en el valor del compromiso voluntario de entrega a los pobres, no
obstante los límites y en ocasiones las deficiencias de la política en ver y
servir al bien común".
En definitiva, el Papa pide
no quedarse de brazos cruzados. “Los pobres no son imágenes para conmover, sino
personas que exigen dignidad”, sostiene y exhorta: "Quienes viven en
condiciones de pobreza también han de ser implicados y acompañados en un
proceso de cambio y responsabilidad”.