Este sábado 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, se recuerda la llegada del Beato Mamerto Esquiú a la ciudad de Recreo, departamento La Paz, en el año 1882.
Este acontecimiento se
celebrará hoy en el templo parroquial de San Roque, con el rezo del Santo
Rosario a las 20.30 y a las 21.00, la celebración de la Santa Misa rogando por
la pronta canonización del Beato Mamerto Esquiú.
Compartimos el aporte que nos
hizo llegar el Prof. Roque Morales sobre este hecho:
Fray
Mamerto Esquiú: su último viaje terreno
En su corta labor como Obispo
de Córdoba, no había tenido oportunidad de visitar La Rioja, y a fines del año
188 surgió un problema con la jurisdicción del nuevo cementerio municipal y el
Obispo Esquiú se había comprometido con el gobernador de La Rioja, Francisco
Vicente Bustos, a bendecir el nuevo cementerio.
Fray Mamerto consideraba que
el problema, que tuvo un largo entredicho, se había solucionado de modo
satisfactorio para la Iglesia.
Partida
en tren, desde Córdoba hasta Recreo
Era día jueves, aquel 28 de
diciembre del año 1882, cuando a las 7.00 emprendió el viaje en tren a la
estación El Recreo, en coche de segunda la clase.
Había desestimado la
invitación del jefe de la Estación de Alta Córdoba para viajar en coche de primera.
“No puedo gastar en lujos, porque la plata que tengo no es mía. Es de los
pobres”, le dijo Esquiú a su secretario Anglada que lo acompañó en este viaje.
A poco de partir el tren,
rezaron el Itinerarum Clericorum y entre el pasaje de segunda clase, repartió
la comida que le habían regalado los frailes, monjas y Hermanas de la Caridad,
antes de salir de Córdoba.
Repartió él en persona, la
comida y el vino, y sólo comió las migajas que quedaron.
En la Estación Avellaneda,
pagó el almuerzo a tres jesuitas que iban de misión a Santiago del Estero.
Por la tarde noche, llegaron a
la estación El Recreo, hoy ciudad de Recreo, provincia de Catamarca, donde el
Obispo de Córdoba Fray Mamerto Esquiú y su secretario Pedro Anglada durmieron.
Rumbo
a La Rioja en La Mensajería
El viernes 29 de diciembre de
1882, Fray Mamerto Esquiú, desde Recreo, tomó La Mensajería a las 7.00, rumbo a
la ciudad de La Rioja. El transporte era una galera, tirada por dos yuntas de
caballos y tres a veces. El viaje duraba tres días. Mientras cruzó por
territorio catamarqueño no llevó el pectoral: “No tengo jurisdicción aquí,
aunque es mi provincia natal”, le dijo a su secretario. En esa época, en el
camino de La Mensajería funcionaban las postas, para cambiar los caballos y
refresco de los pasajeros.
Era mes de diciembre y las
lluvias escaseaban, así pasaron por El Suncho, La Horqueta, el carril de La
Guardia para llegar a Casa de Piedra, en el extremo sur del cerro Ancasti. A su
paso, los paisanos le pedían a Esquiú que rece por la lluvia; así, se internaba
en la agreste vegetación de los llanos catamarqueños, a orar de rodillas y con
los brazos en cruz. La lluvia no tardó en llegar.