Durante la noche del viernes 20 de diciembre, a 5 días de la Navidad, se llevó a cabo la bendición de la Capilla del Santísimo Sacramento en el templo parroquial de San José Obrero, ubicado en el barrio La Tablada, zona sur de la ciudad capital.
La ceremonia se hizo en el
marco de la Santa Misa presidida por el obispo diocesano Mons. Luis Urbanč y
concelebrada por el padre Dardo Olivera, párroco del lugar e impulsor de esta
hermosa obra llevada adelante con el apoyo de los fieles.
En su homilía, el Obispo se
refirió a este acontecimiento importante para la comunidad parroquial,
indicando que “este día será para ustedes un momento trascendental porque se
está concretado un hermoso proyecto, que es la Capilla del Santísimo Sacramento.
Y he venido a bendecir este espacio para que puedan tener un lugar de intimidad
para estar con Jesús, que inició el padre Dardo con la ayuda de ustedes”.
Dijo que “todos los que vayan
a rezar allí se llevarán una especial bendición de Jesús, pues a los adoradores
los bendice de uno modo particular”.
“Navidad
tiene que ser un tiempo de profunda renovación”
Tras reflexionar sobre la
Palabra de Dios propuesta para esta jornada en la que se meditó sobre el
Evangelio de Lucas, en el pasaje referido al anuncio de que ‘La Virgen está
embarazada y dará a luz un Hijo y le pondrán por nombre Emmanuel’, dijo que
“nos estamos preparando para contemplar el misterio del nacimiento de Jesús”.
En este sentido afirmó que “este
tiempo de Navidad tiene que ser un tiempo de profunda renovación”, por eso
animó a que “estos últimos días antes de celebrar el misterio de la Navidad,
preparémonos convenientemente con un corazón puro”, porque “Jesús quiere nacer
en un corazón puro, que se deja amar y ama; en un corazón lleno de luz, de
ternura, que no tenga nada de odios, de rencores. Esto quiere Jesús para cada
uno de nosotros en esta Navidad”.
Más adelante manifestó que “con
ocasión de la bendición de esta Capilla del Santísimo, vamos a prometerle al
Señor que no lo vamos a dejar solo, que cuando vengamos a este templo a orar, inmediatamente
vayamos a verlo a Él en su casita. Antes estaba en el Presbiterio, en el
Sagrario, ahora tiene un espacio para la intimidad con nosotros”.
“Desde la humildad de su
nacimiento en esa cueva de Belén, que también nosotros lo encontremos en esta otra
humildad silenciosa del Sagrario en esta capilla, para abrirle nuestro corazón,
entregarle nuestras preocupaciones, angustias y miedos. Todo lo vamos a
depositar en Él, que nos va a dar la paz que necesita nuestro corazón, Él va a
bendecir este esfuerzo que se hizo con todos ustedes”, señaló.
Asimismo, pidió a los papás, a
los abuelos, que “lleven a sus niños a Jesús, hagan que ellos perciban que
Jesús está ahí, y ése va a ser un modo de evangelizar, de renovar la fe, de
poder ser discípulos misioneros de Jesús en el mundo en el que nos toca vivir”.
Por último, rogó que “recemos
mucho por la salud del padre Dardo, le pidamos a la Virgen del Valle, al Beato
Mamerto Esquiú, a San José, patrono de esta parroquia, ya que él ha puesto
tanto empeño, tanta ilusión en esto. Que el Señor también lo fortalezca con el
don precioso de la salud, para que pueda seguir sirviendo como sacerdote a sus
hermanos”.
Después de la Comunión, el
Obispo realizó la oración de bendición y roció con agua bendita la Capilla, luego
de lo cual llevó en procesión a Jesús Sacramentado por el interior del templo
hasta el nuevo lugar acondicionado y bendecido, donde quedó reservado para la
adoración de los fieles.
Una
obra de fe hecha con amor
La Capilla del Santísimo
Sacramento es fruto del esfuerzo de toda la comunidad, con la ayuda de Dios y
el impulso del párroco padre Dardo Olivera. Se realizaron beneficios y se buscaron
donaciones para hacer realidad este lugar de encuentro con Jesús Eucaristía.
Está ubicada al final del ala
lateral oeste, lugar que antes fue utilizado como depósito y ahora se remodeló usando
muebles reciclados del antiguo templo de calle Ayacucho.
El pórtico de entrada está
pensado en el Pesebre de Belén donde nació nuestro Redentor. Fue confeccionado
con maderas de más de 100 años lijadas por los propios fieles.
En la parte superior de la
puerta se destaca la imagen de unas manos que invitan a visitar a Jesús
Sacramentado y no dejarlo solo. También son signo de acogida, de oración, de
dar y recibir.
La iluminación también es
importante. El Sagrario está enfocado con una luz especial, significando los
rayos del Espíritu Santo.
El uso de la madera es una
impronta tanto en este espacio como en otros sectores del templo, ya que San
José, patrono de la parroquia, fue carpintero.
Un detalle importante es que
las sillas y los reclinatorios fueron confeccionados por internos de la cárcel
de varones, quienes se sumaron a la larga lista de personas que pusieron su
talento y su trabajo para la concreción de esta obra de fe hecha con amor.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat