Camino a la Beatificación

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11 mayo 2023

Mons. Urbanč en el 197º aniversario de su natalicio en Piedra Blanca

“Imitemos al Beato Esquiú en la práctica de la fraternidad y la concordia, poniéndonos al servicio de los demás”

 

A tono con el año electoral, dijo: “Muchos de ustedes están pensando en ponerse al servicio de la Patria, por favor, hágalo con desinterés, siempre buscando el mayor bien de la Patria, procurando el servicio al bien común”.

 

En la mañana de este jueves 11 de mayo, fiesta litúrgica del Beato Mamerto Esquiú, se llevaron a cabo las celebraciones con ocasión del 197º aniversario de su natalicio, en Piedra Blanca, la tierra que lo vio nacer.

El atrio del histórico templo de San José fue el escenario donde se desarrolló la Santa Misa presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Vicepostulador de la Causa, Fray Marcelo Méndez; y numerosos sacerdotes del clero catamarqueño tanto de Capital como de interior diocesano, entre ellos el vicario general, Pbro. Julio Murúa, y el párroco anfitrión, Pbro. Carlos Robledo.   

En un entorno natural rodeado de montañas, la ceremonia litúrgica contó con la participación de autoridades provinciales, encabezadas por el vicegobernador, Ing. Rubén Dusso, municipales, legislativas locales, provinciales y nacionales, y de las fuerzas de seguridad; miembros de diferentes instituciones, gauchos y fieles en general, en los cuales se pudo observar a niños vestidos con el hábito franciscano.

En el inicio de su homilía, Mons. Urbanč afirmó: “Una vez más nos congrega en este solar la figura del Beato Mamerto Esquiú, un hijo de este suelo. Acá tenemos la casa paterna donde él nació y creció, pocas veces se da ese entorno para poder celebrar la fiesta de un santo”.

Luego señaló que “nos hemos congregado como creyentes y no como practicantes de la fe”. En este sentido, destacó que “la figura del Beato Mamerto Esquiú nos está motivando permanentemente a que seamos creyentes. Un creyente es un hijo, una hija de Dios que da testimonio de ese Dios y lo hace presente. Eso hizo el Beato Mamerto Esquiú, fue siempre creyente. Le tocó trabajar en la cosa pública, era un muchacho joven de 27 años cuando le tocó hacer una reflexión, un sermón, en la Iglesia Matriz, para animar a los contemporáneos a atarse a la ley, a ser fieles a la ley”.

“Lo han ninguneado, lo han perseguido, se han burlado de él, porque el creyente es aquel que sirve únicamente a Dios, fuente de toda razón y justicia, como dice nuestra Constitución… Ése es el sentido de esta celebración, venimos a honrar a Fray Mamerto Esquiú, alguien que valió la pena tenerlo entre nosotros, porque nos motiva a ser coherentes entre la fe y la vida”, manifestó, agregando que “si algo me impacta de los escritos, que nos llegan de la propia mano del Beato, es que no se le cae de su boca y de su corazón a Jesucristo, lo menciona siempre, donde esté, en el ámbito civil, eclesial, social”.

El Obispo llamó a que “imitemos al Beato en la práctica de la fraternidad y la concordia”, mencionando luego al apóstol San Pablo, quien “nos dice cómo tenemos que vivir nuestra fe, siempre poniéndonos al servicio de los demás. Dios nos da a algunos el don de curar, a otros el don de predicar, a mucho les da el don de gobernar, todo eso puesto al servicio del bien común. Y en la medida en que seamos coherentes con esa tarea de anunciar el Reino, de hacer presente el Reino de Dios en medio de nosotros, es como el mundo se irá transformando. Y así podremos ofrecer a Dios ese Reino que ha instaurado por medio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, un Reino de amor, de justicia, de verdad, de paz, de unidad. Tenemos que trabajar mancomunadamente. Eso nos enseñó Fray Mamerto, porque era un sacerdote en esos tiempos difíciles en que había que acompañar al pueblo a ser verdaderamente creyente”.

Más adelante, refiriéndose al contexto actual, apuntó: “Estamos también en un año electoral, muchos de ustedes están prestando ese servicio a la Patria, y muchos están pensando en ponerse al servicio de ella. Por favor, hágalo con desinterés, siempre buscando el mayor bien de la Patria, procurando el servicio al bien común. El servidor es el que desaparece para que aparezca el otro; el gozo del servidor es ver que el otro crece, que está mejor. Eso es lo que nos enseña la figura del Beato”.

En otro tramo exhortó a que “seamos coherentes con esta Constitución, con la cual en su tiempo Fray Mamerto no estaba del todo de acuerdo en algunas cosas, pero era importante el conjunto, una referencia igual para todos. Y al final de ese sermón les dice a los católicos: ‘Señores, obedezcan’, ustedes también tienen que obedecer, porque si todos obedecemos esta ley podemos vivir juntos, podremos entendernos, si no, seguirá habiendo desmanes, atropellos, tiranías”.

También destacó la necesidad de dejarse pastorear por Dios, “que tiene que ser la fuerza conductora de nuestra Patria”, ese “Dios personal, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos lleva a vivir en la comunión y en una gran fraternidad. Ése es el Dios revelado por Nuestro Señor Jesucristo, que fue invocado por aquellos constituyentes, representantes de distintos puntos de nuestra Patria. Lo han reflexionado, le han pedido que los ilumine, han puesto ante él ese trabajo, esa búsqueda de consenso, de remar juntos los distintos derroteros de nuestra Patria. Eso es lo que el Beato recibe en su corazón como un desafío con sus 27 años de decirle a sus contemporáneos: ‘Señores, pongámonos bajo la dirección de Dios, que nos quiere conducir’; y eso han dispuesto nuestros hermanos”.

“Que Dios y nuestro querido amigo el Beato Mamerto Esquiú nos ayuden a ser mujeres y hombres que caminan por este suelo amando, obedeciendo, dejándose iluminar por ese Buen Padre Dios; que creamos todos los días de nuestra vida y le abramos nuestro corazón para que nos ayude a hacer todo aquello que va dignificando la vida de cada ser humano”.

Los cantos litúrgicos fueron interpretados por el Coro Cantus Nova, dirigido por el Prof. Ariel Escobal.

Luego de la celebración eucarística se llevó a cabo la procesión desde el templo de San José hasta la Casa Natal, portando la imagen del Beato Mamerto Esquiú, entre reflexiones y cantos de alabanza.

Como corolario, de la fiesta se realizó el desfile con la participación de instituciones civiles y de las fuerzas de seguridad, en un clima festivo.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca