El fortalecimiento de
nuestra Nación
En el inicio de un nuevo
período de nuestra democracia, por la cual hemos optado de manera irreversible,
queremos caminar con los argentinos para consolidarla cada día más.
Pedimos a Dios que nos ayude para que la senda democrática
se traduzca en vida digna, desarrollo integral, trabajo para todos, acceso a la
salud y educación de calidad. Reconociendo la inmensa dignidad de cada persona
podemos decir que las mayores hipotecas del país siguen siendo la pobreza, la
exclusión y la desigualdad.
La Patria requiere de todos
un renovado esfuerzo de diálogo sincero y búsqueda de consensos en orden a
generar síntesis superadoras. La grandeza de nuestra dirigencia se manifestará
en este intento si sabe incorporar también los esfuerzos y las búsquedas de los
más pobres.
Nos permitimos recordar que
“la nueva cuestión social abarca tanto las situaciones de exclusión económica
como las vidas humanas que no encuentran sentido y ya no pueden reconocer la
belleza de la existencia.”
El delito de la corrupción
nos tienta a todos de distintas maneras y no será posible un real
fortalecimiento de nuestra democracia, sin una firme opción ética en los
distintos niveles de la vida social, sin una real división de los poderes del
Estado y una participación cotidiana y
generosa de cada argentino.
Como ciudadanos responsables
estamos llamados a formar un pueblo que, más allá de las discrepancias,
sostenga referencias estables que conformen un proyecto común. Esto supone un renovado esfuerzo por superar
las distintas formas de violencia y por construir la amistad social.
Jesucristo Señor de la
historia, te necesitamos. Virgen de Luján, ponemos a tus pies nuestro futuro.
Los Obispos de Argentina
118ª Asamblea Plenaria
Pilar, 6 de noviembre de
2019