Representantes
de distintos credos rezaron en el
Camarín de la Virgen por el fin de la pandemia
Durante la tarde del jueves
14 de mayo, el Camarín de la Virgen del Valle fue el recinto sagrado donde se
elevó la oración ecuménica, implorando a Dios el fin de la pandemia. Así, Catamarca
se unió a todo el mundo en la Jornada de Oración, Ayuno y Obras de Misericordia
por la Humanidad.
La ceremonia reunió a representantes
de la Iglesia Católica, la Comunidad Judía y la Iglesia Evangélica, y fue
seguida por los fieles a través de las redes sociales.
El Rector de la Catedral
Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, Pbro. José Antonio Díaz, explicó
el sentido de la convocatoria: “El Alto Comité de Fraternidad Humano lanzó un
mensaje a todo el mundo para efectuar
una Oración por la Humanidad ante la
difícil situación que atravesamos por la crisis sanitaria a raíz de la enfermedad
Covid 19, que ha dejado centenares de miles de muertos y millones de casos
diagnosticados en todo el planeta”.
El sacerdote dijo que “el
llamamiento está dirigido a todos los que creen en Dios y a la humanidad en todas
partes del mundo. Insta a suplicar a Dios a través de la oración, cada uno en
su lugar y de acuerdo con su religión o creencia, para que el Creador erradique
este terrible mal que nos acecha”.
“En Catamarca, hemos querido
unirnos a
este llamado, y por ello nos hemos reunido, para orar, referentes de
distintas religiones e iglesias con plena conciencia de la importancia que
tiene la oración, para alcanzar de Dios lo que necesitamos”, manifestó.
El Cántico de las Creaturas,
Dn 3, 57-88.56, interpretado por Tomás Rodríguez, abrió este momento de recogimiento,
que continuó con la súplica realizada por los
referentes de las confesiones religiosas
presentes. En primer lugar lo hizo el pastor Diego Hermoso, acompañado por los
pastores Pablo Díaz y Jaime Gonzaga, de la Iglesia Evangélica; seguidamente elevó
su plegaria, el Dr. Rubén Lejtman, de la Asociación Israelita en Catamarca; y
finalmente, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, de la Iglesia Católica en
Catamarca, quien agradeció a los presentes, “la posibilidad de orar juntos y
unirnos a tantos hermanos del mundo
entero”, ya que “la oración tiene un poder
extraordinario”, expresó.
Luego, todos juntos
realizaron la Oración Interreligiosa que dice:
“Dios todopoderoso y
eterno;
Padre bueno y
misericordioso;
Creador del cielo y de
la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles;
Dios de Abrahán, Dios de
Isaac, Dios de Jacob,
Rey y Señor del pasado,
del presente y del futuro;
único Juez de todos los
hombres, que recompensas
a tus fieles con la
gloria eterna.
Nosotros, miembros de
distintas Iglesias y Credos,
humildemente, nos
ponemos en tu presencia y
con confianza te pedimos
por nuestra humanidad,
para que pronto se vea libre
de la pandemia del Covid 19 que nos acecha.
Que hombres y mujeres
creyentes de distintas
religiones, naciones y
culturas podamos habitar la tierra,
nuestra casa común, con
plena salud, en paz y armonía.
Refuerza, en cada uno de
nosotros, la fe y la esperanza,
el respeto recíproco y
el amor sincero por todos nuestros
hermanos y hermanas,
cuidándonos mutuamente, respetando
las disposiciones
sanitarias y protegiendo a los más vulnerables.
Haz que, con valentía,
nos comprometamos a construir
la justicia social, con
solidaridad, compartiendo
nuestros bienes con los
que menos tienen.
Queremos ser hombres y
mujeres de buena voluntad,
llenos de comprensión
recíproca y de perdón,
pacientes artesanos de diálogo y de paz.
Que todos nuestros
pensamientos, palabras y obras
estén en armonía con tu
santa voluntad.
Que al finalizar este
doloroso tramo de nuestra historia
seamos mejores personas,
comprometidos con el cuidado
de la vida desde su
concepción hasta su término natural,
respetuosos del medio
ambiente y obedientes del orden natural,
que tan sabiamente
estableciste entre nosotros.
Todo sea para tu honor y
gloria, y para nuestra salvación.
A Ti sea la alabanza y
la gloria, por los siglos de los siglos,
Dios nuestro. Amén.
El canto del Salmo 137, cuya
antífona dice: “Te doy gracias, Señor,
por tu amor, no abandones la obra de tus manos. ¡Aleluia! ¡Aleluia!”,
concluyó la oración confiada a Dios, hecha por distintas confesiones religiosas
que conviven en Catamarca.