La comunidad franciscana celebró a su Santo Patrono
“Damos
gracias a Dios por regalarnos a este gran hombre, que marcó profundamente la
vida de sus contemporáneos y de todos los que vendrán después”, dijo el Obispo.
El miércoles 4 de octubre, la
comunidad franciscana de Catamarca celebró la fiesta en honor de su patrono San
Francisco de Asís, en el cierre del triduo rezado en el templo San Pedro de
Alcántara ubicado en calle Esquiú 550, ciudad capital.
En esta jornada, en que se reflexionó
sobre “Francisco de Asís, hermano de todos”, la Santa Misa fue presidida por el
obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por Fr. Julio Bunader,
Guardián del Convento franciscano. Se unieron a esta Eucaristía miembros de la Orden
Franciscana Seglar, autoridades y personal del Colegio Padre Ramón de la
Quintana y fieles en general.
Durante su homilía, Mons. Urbanč
destacó a San Francisco como “un gran hombre que tuvo la Iglesia” y que a “más
de 800 años de su peregrinar por este mundo, todavía su figura sigue diciendo
mucho en el mundo que nos toca transitar. Incluso el papa Francisco lleva el
nombre de él para emular la opción que hizo Francisco, quien siendo un hombre
de muy buen pasar, iluminado por la gracia, en determinado momento de su vida decide
abrazar la pobreza, despojarse de todo y tener como única riqueza a Jesús
pobre, humilde, a Jesús servidor de la humanidad”.
Asimismo, resaltó que “son
miles y miles las personas, tanto varones como mujeres, que han abrazado el
espíritu de Francisco a lo largo de estos 8 siglos, muchísimos de ellos, santos
ejemplares para el mundo”. También señaló que Francisco “recibió una gracia muy
especial de parte de Jesús, que es compartir las llagas de Cristo Crucificado.
Son pocas las personas a quienes Dios les otorgó la gracia de sufrir en la vida
los dolores de la Pasión”.
Tras afirmar que a Jesús le
tocó sufrir por causa de los pecados de la humanidad, reflexionó que “tenemos
que aprender a descubrir el valor redentor del sufrimiento” y “compartirlo con Jesús
por la salvación del mundo”.
En otro tramo de su predicación
manifestó que “estamos dando gracias a Dios, que nos ha regalado a este gran
hombre, que con los pocos años que vivió marcó profundamente la vida de sus
contemporáneos y de todos los que vendrán después. Quiera el Señor otorgar a la
Orden Franciscana, en sus tres ramas, muchas y santas vocaciones; al igual que
la vida contemplativa de las Clarisas, que siguen el mismo espíritu. Cuántos
hombres y mujeres necesitan en este mundo que sean testigos de esta opción
fundamental de dejarlo todo y ponerse con alegría al servicio de los demás”.
Más adelante invitó a que “abramos
la puerta del corazón para que Jesús entre, nos ilumine, nos haga percatarnos
de nuestros errores, de nuestras equivocaciones y mezquindades, para que
podamos descubrir la belleza de la sencillez, de la simpleza con la que Cristo
vivió entre nosotros”.
Gratitud
Antes la bendición final, Fr. Bunader
agradeció a Dios la posibilidad de celebrar a San Francisco de Asís, “padre de
una espiritualidad y un carisma que la Iglesia nos regaló a través de este
pequeño hombre de Asís, que sigue estando presente”, dijo, a la vez que
agradeció al Obispo por “la cercanía, presencia, fraternidad, amistad y disponibilidad
para compartir con nosotros”. También expresó su gratitud por todas las
expresiones del carisma, mencionando a la Orden Franciscana Seglar, cuyos
miembros “viven en la secularidad la experiencia de Francisco de Asís; los hermanos
de la Primera Orden Capuchinos, Conventuales y Menores que han tenido aquí, y
las Hermanas Clarisas; y aquí tiene el Colegio Quintana, que tiene el carisma
de Francisco, quien quiso vivir solamente el Evangelio en pobreza, humildad y
fraternidad”.
Al finalizar la celebración
eucarística, los presentes compartieron un momento fraterno.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / twitter @DiocesisCat