Venidos desde distintas
localidades de Belén y departamentos vecinos, como también de otras provincias
del país, peregrinos y devotos de la Virgen de Belén y el Señor del Milagro, participaron
de la misa y tradicional procesión, que este año fue presidida por el Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, en la culminación de las fiestas patronales llevadas
a cabo en el Santuario ubicado en la ciudad de Belén.
La jornada del domingo 6 de
enero se inició muy temprano con el rezo del Santo Rosario y la celebración de
la Misa Solemne de la Virgen, mientras que por la tarde los actos se
concretaron con el traslado de las imágenes de Nuestra Señora de Belén y
Nuestro Señor del Milagro desde el Santuario hasta la rotonda de la avenida
Virgen de Belén, donde alrededor de las 20.00 se celebró la Santa Misa, presidida
por Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Cura Párroco, Pbro. Pablo
Batallán, y sacerdotes del clero catamarqueño, especialmente del Decanato Oeste.
Tras la celebración
eucarística se concretó la procesión, que se desplazó por la avenida Virgen de
Belén, General Paz, Coronel Daza, San Martín, Belgrano y Lavalle, llegando al
Santuario. Como homenaje a la Patria se entonaron las estrofas del Himno
Nacional Argentino y el Himno a la Virgen, y luego se izó el Pabellón Nacional.
Profundas muestras de
devoción se vivieron a lo largo de todo el trayecto de la marcha de fe mariana,
en el que se observaron los misachicos, típicas expresiones de devoción popular
de la zona.
Tras las palabras del Señor
Obispo, Mons. Luis Urbanc, quien presidió todos los actos litúrgicos
desarrollados durante el novenario, y del Cura Párroco, Pbro. Pablo Batallán,
se concretó la bendición solemne y la emotiva despedida de la Sagrada Imagen,
que fue llevada hasta el Camarín, para cerrar estos nueve días de gracia
vividos en el Año de la Fe y el Año Diocesano de los Jóvenes.