Camino a la Beatificación

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15 mayo 2020

Catamarca se unió a la oración de creyentes de todo el mundo


Representantes de distintos credos rezaron en el Camarín de la Virgen por el fin de la pandemia

Durante la tarde del jueves 14 de mayo, el Camarín de la Virgen del Valle fue el recinto sagrado donde se elevó la oración ecuménica, implorando a Dios el fin de la pandemia. Así, Catamarca se unió a todo el mundo en la Jornada de Oración, Ayuno y Obras de Misericordia por la Humanidad.
La ceremonia reunió a representantes de la Iglesia Católica, la Comunidad Judía y la Iglesia Evangélica, y fue seguida por los fieles a través de las redes sociales.  
El Rector de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, Pbro. José Antonio Díaz, explicó el sentido de la convocatoria: “El Alto Comité de Fraternidad Humano lanzó un mensaje a todo el mundo para efectuar
una Oración por la Humanidad ante la difícil situación que atravesamos por la crisis sanitaria a raíz de la enfermedad Covid 19, que ha dejado centenares de miles de muertos y millones de casos diagnosticados en todo el planeta”.
El sacerdote dijo que “el llamamiento está dirigido a todos los que creen en Dios y a la humanidad en todas partes del mundo. Insta a suplicar a Dios a través de la oración, cada uno en su lugar y de acuerdo con su religión o creencia, para que el Creador erradique este terrible mal que nos acecha”.
“En Catamarca, hemos querido unirnos a
este llamado, y por ello nos hemos reunido, para orar, referentes de distintas religiones e iglesias con plena conciencia de la importancia que tiene la oración, para alcanzar de Dios lo que necesitamos”, manifestó.
El Cántico de las Creaturas, Dn 3, 57-88.56, interpretado por Tomás Rodríguez, abrió este momento de recogimiento, que continuó con la súplica realizada por los
referentes de las confesiones religiosas presentes. En primer lugar lo hizo el pastor Diego Hermoso, acompañado por los pastores Pablo Díaz y Jaime Gonzaga, de la Iglesia Evangélica; seguidamente elevó su plegaria, el Dr. Rubén Lejtman, de la Asociación Israelita en Catamarca; y finalmente, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, de la Iglesia Católica en Catamarca, quien agradeció a los presentes, “la posibilidad de orar juntos y unirnos a tantos hermanos del mundo
entero”, ya que “la oración tiene un poder extraordinario”, expresó.
Luego, todos juntos realizaron la Oración Interreligiosa que dice:
“Dios todopoderoso y eterno;
Padre bueno y misericordioso;
Creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles;
Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob,
Rey y Señor del pasado, del presente y del futuro;
único Juez de todos los hombres, que recompensas

a tus fieles con la gloria eterna.
Nosotros, miembros de distintas Iglesias y Credos,
humildemente, nos ponemos en tu presencia y
con confianza te pedimos por nuestra humanidad,
para que pronto se vea libre de la pandemia del Covid 19 que nos acecha.
Que hombres y mujeres creyentes de distintas
religiones, naciones y culturas podamos habitar la tierra,
nuestra casa común, con plena salud, en paz y armonía.
Refuerza, en cada uno de nosotros, la fe y la esperanza,
el respeto recíproco y el amor sincero por todos nuestros
hermanos y hermanas, cuidándonos mutuamente, respetando
las disposiciones sanitarias y protegiendo a los más vulnerables.
Haz que, con valentía, nos comprometamos a construir
la justicia social, con solidaridad, compartiendo
nuestros bienes con los que menos tienen.
Queremos ser hombres y mujeres de buena voluntad,
llenos de comprensión recíproca y de perdón,
 pacientes artesanos de diálogo y de paz.
Que todos nuestros pensamientos, palabras y obras
estén en armonía con tu santa voluntad.

Que al finalizar este doloroso tramo de nuestra historia
seamos mejores personas, comprometidos con el cuidado
de la vida desde su concepción hasta su término natural,
respetuosos del medio ambiente y obedientes del orden natural,
que tan sabiamente estableciste entre nosotros.
Todo sea para tu honor y gloria, y para nuestra salvación.
A Ti sea la alabanza y la gloria, por los siglos de los siglos,
Dios nuestro. Amén.
El canto del Salmo 137, cuya antífona dice: “Te doy gracias, Señor, por tu amor, no abandones la obra de tus manos. ¡Aleluia! ¡Aleluia!”, concluyó la oración confiada a Dios, hecha por distintas confesiones religiosas que conviven en Catamarca.