Camino a la Beatificación

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25 julio 2020

Asumió el nuevo párroco de San Pío X

El viernes 24 de julio, el Pbro. Héctor Salas tomó posesión de la parroquia de San Pío X, con sede en el barrio Libertador II, que abarca un amplio sector del sudoeste de la ciudad capital.

La ceremonia fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Decano de Capital, Pbro. Víctor Hugo Vizcarra; el nuevo párroco y el saliente, Pbros. Héctor Salas y Sergio Chumbita, respectivamente.

El templo albergó a fieles de las distintas comunidades que conforman la jurisdicción

parroquial, como también de la comunidad de San Nicolás de Bari, en el barrio La Viñita, donde el Padre Salas ejerció su ministerio sacerdotal durante varios años.

Al inicio de la celebración litúrgica, el Padre Víctor Vizcarra leyó el decreto de designación del flamante párroco, tras lo cual se escucharon afectuosas palabras de bienvenida al Padre Salas, y de emoción para despedir al Padre Chumbita, a quien le agradecieron su paso por la comunidad.

Seguidamente, el nuevo párroco roció a los presentes con el agua bendecida previamente por el Obispo, quien antes de la proclamación del Evangelio puso en sus manos el Libro Sagrado.

Durante su homilía, Mons. Urbanc mencionó que “hoy, en

Argentina, celebramos la memoria de San Francisco Solano, un gran santo del siglo XVII de nuestra era cristiana, quien vino de España, llegó a Lima, desde donde bajó hasta La Rioja. Seguramente ingresó por el Paso que se llama San Francisco por él, y después volvió a Lima, donde murió a los 51 años, dejando una huella en todos los lugares donde evangelizó”.

Celebró que la asunción del nuevo párroco de San Pío X se realice en este día, por lo cual “vamos a ponerlo bajo la protección de este gran misionero”, manifestó, apuntando que “todos tenemos que ser discípulos misioneros, una Iglesia en salida, yendo al encuentro de

los demás. Esta tarea de anunciar a Jesús la va a tener que realizar el Padre Héctor entre ustedes, como lo hizo antes el Padre Sergio”.

Tomando el texto del Evangelio de San Lucas, que habla del pastor que va a buscar la oveja perdida, dijo que “Iglesia en salida significa ir a buscar esas ovejas, abrazarlas con la ternura, con la misericordia de Dios”, y llamó a “descubrir esa misericordia, porque cuando uno experimenta que ha sido salvado hace un click adentro, cambia. Por eso tenemos que hacer que otros sientan esa experiencia de haber sido salvados”.

En el tramo final de su reflexión, le pidió “a San Pío X, a Nuestra M

adre del Valle y a San Francisco Solano, que nos den la gracia de renovar nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor, y querer ser verdaderamente discípulos misioneros de Jesucristo, para que muchos puedan encontrarse con el abrazo misericordioso de nuestro Padre Dios”.

Continuando la  liturgia, el Padre Salas hizo su profesión de fe y el juramento de fidelidad,

mientras que en otro momento recibió los óleos para la administración de los Sacramentos; los dones del pan y del vino; y finalmente la llave del Sagrario, donde se reserva el Santísimo Sacramento.

Antes de la bendición final, el flamante párroco agradeció a Dios por su ministerio sacerdotal y se comprometió a trabajar junto a la comunidad parroquial para “ir a buscar a aquellos hermanos que están distantes, con simplicidad, porque Cristo vino para todos. Esa es la misión y los sacerdotes estamos para servirlos y acompañarlos”.

También expresó su gratitud a los fieles de la parroquia de San Nicolás de Bari y de Bañado

de Ovanta, su primera parroquia, y recordó “al Padre Aldo Nieva, gracias a quien soy cura”, señaló, cerrando: “Bienvenidos a mi corazón, déjenme que los quiera, porque donde uno llega y pasa va dejando pedazos del corazón. Y esta es mi sexta parroquia”.

Al concluir sus palabras, integrantes del Grupo Scout San José Gabriel del Rosario Brochero, de San Nicolás de Bari, le hicieron entrega de un presente.

El Padre Chumbita agradeció a Dios, al Obispo por su consideración, al Padre Salas por su disposición, y cada uno de los miembros de la comunidad por su acompañamiento en estos seis años. También, en un gesto de humildad, pidió “perdón porque quizás no he cumplido las expectativas de ustedes. Gracias por todo”.

“Como decía el Padre Salas, dejamos una parte de nuestro corazón en cada lugar donde nos toca estar. No es fácil despedirse porque uno camina con ustedes y se lleva muchas cosas de cada uno; siempre siendo consciente de que uno es instrumento, puede hacer poco, pero Dios lo hace mucho”, aseveró.