Camino a la Beatificación

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09 julio 2021

CAMINO A LA BEATIFICACIÓN

El célebre Sermón del Padre Esquiú y su servicio al país

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En el día de la Independencia de nuestra Patria, mientras transitamos el camino hacia la beatificación de nuestro amado fraile franciscano Mamerto de la Ascensión Esquiú, hacemos memoria de aquel célebre sermón que pronunció el 9 de julio de 1853, desde la Iglesia Matriz de Catamarca, con ocasión de la jura de la Constitución Nacional.

El Prof. Mario Daniel Vera, estudioso de la vida de Esquiú, nos ofrece su aporte acerca de aquel trascendente acontecimiento, realzado por el joven sacerdote franciscano que por esta exhortación suya recibió el título de “Orador de la Constitución”. A continuación, la reseña del historiador.

 

Venero de purísimo oro


En la ciudad de Paraná, por entonces Capital de la Confederación Argentina, el vicepresidente doctor Salvador María del Carril tiene sobre su escritorio una docena de sermones patrióticos provenientes de las provincias argentinas, los que fueron pronunciados cumpliendo con lo solicitado por el Presidente Justo José de Urquiza: jurar fidelidad a la Constitución Nacional. Pero al leer el sermón de la Provincia de Catamarca, quedó asombrado. El sermón pronunciado por Fray Mamerto Esquiú en la Iglesia Matriz de Catamarca, el 9 de julio de 1853, fue de tanta profundidad y sabiduría que al llegar a manos del doctor del Carril éste se sintió

conmovido y tomó una gran decisión.

“Para que la enseñanza del respeto, de la sumisión y de la obediencia se perpetuara en la memoria de los pueblos y se encarnara en el corazón de los individuos, el Vicepresidente expidió el siguiente decreto: Paraná, 2 de mayo de 1854. “…Considerando que importa al crédito moral y literario de las Provincias Argentinas, que las revelaciones de la doctrina del Padre Esquiú alcancen una grande circulación con el objeto de uniformar las creencias políticas y religiosas de un país, que debe tantas desgracias al error. Ha


acordado y decreta: Art. 1° - Hágase con esmerada corrección y limpieza una impresión separada del discurso y remítanse en números suficientes al autor y a todas las autoridades civiles y eclesiásticas de la Confederación.  … 3°- Solicítese igualmente del gobierno de Catamarca una noticia autobiográfica del R. P. Fray Mamerto Esquiú y felicítele por el venero de purísimo oro, descubierto en la potente inteligencia de un miembro ignorado del humilde claustro de San Francisco en aquella provincia; porque el Gobierno como la Confederación pueden decir también con este motivo: Laetamur de gloria vestra. 4° - Comuníquese, publíquese y dese al Registro

Nacional”. Firman este decreto el doctor Salvador María del Carril y el doctor José Benjamín Gorostiaga, Ministro del Interior” -extraído de la Reseña biográfica de Fray M. Esquiú, de Fray Mamerto González-.

Al respecto, y reconociendo el enorme aporte realizado por el Padre Esquiú, Gorostiaga dijo: “Fue tan dolorosa aquella declaración (se refiere a la libertad de cultos) que casi bastó por sí solo a esterilizar los esfuerzos del patriotismo de aquella Convención. La Constitución fue resistida por todos los pueblos, que no tenían otro refugio que su Religión contra la bárbara tiranía de Rosas, y a pesar del inmenso prestigio de Urquiza, la protesta armada se preparaba, cuando vino el famoso discurso del Padre Esquiú a salvar el conflicto, llamando a los espíritus a la calma y a la obediencia. Fue éste el más grande servicio que puede haberse hecho al país en aquellos momentos” -de la obra ¿Quién es el Padre Esquiú?, de Antonio S. C. Córdoba-. 

Foto: Púlpito desde donde Esquiú pronunció el Sermón de la Constitución.