Emotivo inicio de las fiestas marianas con el regreso de la Virgen a su primera casa
“Aquí nos tienes, donde Tú te comenzaste a
manifestar a tus hijos y que después de tanto tiempo vuelves en tu sagrada
imagen”, dijo el Obispo dirigiéndose a la Virgen.
Una gran fiesta de la fe
mariana se vivió en la tarde del sábado 15 de abril, con la Bajada de la Madre
del Valle desde el Camarín hasta el Presbiterio, marcando el inicio al
Septenario, en el marco del 132° aniversario de la Coronación de la Sagrada
Imagen.
El obispo diocesano, Mons.
Luis Urbanč, presidió este emotivo momento acompañado por el obispo de
Concepción -Tucumán-, Mons. José Antonio Díaz, y el obispo de Cafayate, Mons.
Darío Quintana, junto con sacerdotes del clero catamarqueño y otros peregrinos.
Una gran cantidad de fieles y
devotos desbordó el templo para participar de esta tradicional ceremonia. Con
unción rezaron los misterios del Santo Rosario y luego acompañaron a la Madre,
llevada en brazos por Mons. Quintana, hasta la urna ubicada en el Paseo de la
Fe.
En un clima festivo y de mucha
emoción emprendió su regreso en caravana hasta su primera casa: la Gruta de
Choya, hoy totalmente remozada, como ofrenda por los 400 años de su presencia
en este rincón del Noroeste Argentino.
A lo largo del recorrido de
unos siete kilómetros, la Imagen cuatro veces centenaria fue saludada mientras
avanzaba hasta el lugar del hallazgo, donde la esperaba una gran cantidad de
devotos y peregrinos.
Allí, en medio del paisaje
montañoso donde Ella quiso quedarse, se celebró la Santa Misa de reapertura de
este espacio de oración y encuentro, que fue presidida por el obispo diocesano,
Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por Mons. José Antonio Díaz y Mons. Darío
Quintana, obispos de Concepción y de Cafayate, respectivamente, junto con sacerdotes
del clero catamarqueño, entre ellos el vicario general, P. Julio Murúa; el
rector de la Catedral Basílica y Santuario mariano, P. Gustavo Flores; el
responsable de la Animación Pastoral de la Gruta, P. Santiago Granillo, y otros
presbíteros visitantes, que llegaron a honrar a la Patrona del Noroeste
Argentino. En esta Eucaristía rindieron su homenaje los medios de comunicación
social.
Participaron de la celebración
litúrgica el gobernador, Lic. Raúl Jalil; el vicegobernador, Ing. Rubén Dusso;
el intendente de Capital, Dr. Gustavo Saadi, entre otras autoridades.
En su homilía, Mons. Urbanč
destacó que “es la primera vez que iniciamos el septenario, con el que
conmemoramos la coronación pontificia de la sagrada imagen, en este solar donde
se comenzó a manifestar con gracias especiales la Madre de Dios a sus hijos en
este Valle. Y para todos resulta ser muy novedoso e impactante pues ha cambiado
sustancialmente todo lo que rodea la oquedad que cobija la imagen cuatro veces
centenaria de nuestra querida Morena del Valle”.
Acerca del flamante Paseo
Cultural y Religioso Virgen de Valle, dijo que “hoy elevamos agradecidos a la
Providencia Divina que los trabajos de remodelación, pero sobre todo de
profundas mejoras, han llegado a término, posibilitándonos volver a este
entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y confiarle todos los secretos y
deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado para que sea un ámbito de
oración, encuentro, meditación, penitencia, santificación, celebración,
silencio y Gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que así sea por siempre!”.
Más adelante afirmó que “éste
es y será un lugar apropiado para los rezos, los agradecimientos y las súplicas
a Dios nuestro Señor por medio de la intercesión de la Virgen del Valle, en el
contacto con la naturaleza y el silencio que lo circunda”.
Hacia el final, invitó a que “roguemos
a la Virgen Santa que nos ayude a perseverar y crecer en nuestros compromisos
bautismales y en el ardor misionero, llevando a todos los ambientes la luz del
evangelio, con un verdadero estilo sinodal de ser la Iglesia de Jesús Resucitado”.
Dirigiéndose a la Madre del
Valle, expresó: “Aquí nos tienes, donde Tú te comenzaste a manifestar a tus
hijos y que después de tanto tiempo vuelves en tu sagrada imagen. Consigue de
parte de tu Hijo amado que, de ahora en más, lluevan gracias y bendiciones
sobre los que vengan a este rinconcito de cielo en la tierra, a suplicar
misericordia, conversión, salud física y espiritual, trabajo, unión, justicia y
paz”.
Al finalizar la celebración
eucarística, en la fría noche otoñal, entre vivas y profundos gestos de
devoción, la Madre Morena regresó a la Catedral Basílica y Santuario mariano,
desde donde presidirá el Septenario memorando los 132 años de su declaración
como Reina y Señora de este Valle.
TEXTO
COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos devotos y peregrinos:
Bienvenidos
a esta celebración y muchas gracias por participar. Ésta es la primera vez que
iniciamos el septenario, con el que conmemoramos la coronación pontificia de la
sagrada imagen, en este solar donde se comenzó a manifestar con gracias especiales
la Madre de Dios a sus hijos en este Valle. Y para todos resulta ser muy
novedoso e impactante pues ha cambiado sustancialmente todo lo que rodea la
oquedad que cobija la imagen cuatro veces centenaria de nuestra querida Morena
del Valle.
La
temática propuesta para este día nos propone vivir nuestra vocación bautismal
en una Iglesia sinodal. Y honran con su presencia hermanos y hermanas que
trabajan en los medios de comunicación social.
Hoy,
por tanto, elevamos agradecidos a la Providencia Divina que los trabajos de
remodelación, pero sobre todo de profundas mejoras, han llegado a término,
posibilitándonos volver a este entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y
confiarle todos los secretos y deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado
para que sea un ámbito de oración, encuentro, meditación, penitencia,
santificación, celebración, silencio y Gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que
así sea por siempre!
Aquí,
con el servicio de sacerdotes, religiosos/as y laicos se acogerá a devotos y peregrinos
para facilitarles el encuentro con la Virgen del Valle y con Jesucristo
Resucitado, Salvador del Mundo. Ellos cuidarán este lugar y animarán
espiritualmente para que todos podamos respirar aires de fe, esperanza y
caridad, como acabamos de escuchar en las lecturas bíblicas, que eleven
nuestros corazones hacia los bienes del cielo y con ellos impregnemos y
transformemos nuestras realidades terrenas con los valores del evangelio, tan
urgente en los tiempos que vivimos.
Amerita
que profundicemos en la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles,
2,42-47, que tipifica los constitutivos esenciales de la vida de la comunidad:
la enseñanza de los Apóstoles (τῇ διδαχῇ τῶν ἀποστόλων), la vida en común (τῇ
κοινωνίᾳ), la fracción del pan (τῇ κλάσει τοῦ ἄρτου) y las oraciones (ταῖς
προσευχαῖς).
La
enseñanza de los Apóstoles es muy importante, pues hace referencia al origen
mismo de la vida cristiana que, como la del antiguo Israel, comienza por la
escucha (shema´) de la Palabra que viene de Dios, pero que ahora es mediada por
los apóstoles, los cuales, siguiendo el mandato pascual de Jesús Resucitado,
deben anunciar la Buena Noticia de la Salvación a todo el mundo. Esta tarea se
deberá hacer aquí con particular dedicación, perseverancia, lucidez y generosidad.
En
cuanto a la vida en común se trata de expresar la fraternidad y la concordia
que es preciso alcanzar en la vida de la comunidad por medio de la comunión
concreta de bienes que brota y expresa la vivencia real de la fe recibida en el
Bautismo.
La
fracción del pan era uno de los nombres que recibía la celebración eucarística
en algunas comunidades primitivas. De hecho, la misma expresión "fracción
del pan" se utiliza con este sentido eucarístico en la narración de los
discípulos de Emaús: "Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en
el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan" (Lc 24,35).
Participemos frecuentemente de la Santa Misa.
En
cuanto a las oraciones o alabanzas a Dios, no les quepa la menor duda, que éste
es y será un lugar apropiado para los rezos, los agradecimientos y las súplicas
a Dios nuestro Señor por medio de la intercesión de la Virgen del Valle, en el
contacto con la naturaleza y el silencio que lo circunda.
Estas
4 características esenciales de la vida de la Iglesia plantean un ideal para la
comunidad que cree en la Resurrección, cuyo distintivo máximo deben ser la
caridad, el ocuparse de los más frágiles y la unidad, siendo conscientes que,
por la debilidad humana, siempre estará el peligro de perder el fervor de
hacerlo.
Por
tanto, hermanos, roguemos a la Virgen Santa que nos ayude a perseverar y crecer
en nuestros compromisos bautismales y en el ardor misionero, llevando a todos
los ambientes la luz del evangelio, con un verdadero estilo sinodal de ser la Iglesia
de Jesús Resucitado.
Querida
Madre del Valle, aquí nos tienes, donde Tú te comenzaste a manifestar a tus
hijos y que después de tanto tiempo vuelves en tu sagrada imagen. Consigue de
parte de tu Hijo amado que, de ahora en más, lluevan gracias y bendiciones
sobre los que vengan a este rinconcito de cielo en la tierra, a suplicar
misericordia, conversión, salud física y espiritual, trabajo, unión, justicia y
paz. Amén.
¡Viva la Virgen del Valle!
¡Vivan sus devotos y
peregrinos!
#VirgenDelValle
#FiestasMarianasCatamarca
#GrutaDeLaVirgenDelValle
Gratitud
por las obras en la Gruta
Emotivo
inicio de las fiestas marianas con
el
regreso de la Virgen a su primera casa
“Aquí nos tienes, donde Tú te comenzaste a
manifestar a tus hijos y que después de tanto tiempo vuelves en tu sagrada
imagen”, dijo el Obispo dirigiéndose a la Virgen.
Una gran fiesta de la fe
mariana se vivió en la tarde del sábado 15 de abril, con la Bajada de la Madre
del Valle desde el Camarín hasta el Presbiterio, marcando el inicio al
Septenario, en el marco del 132° aniversario de la Coronación de la Sagrada
Imagen.
El obispo diocesano, Mons.
Luis Urbanč, presidió este emotivo momento acompañado por el obispo de
Concepción -Tucumán-, Mons. José Antonio Díaz, y el obispo de Cafayate, Mons.
Darío Quintana, junto con sacerdotes del clero catamarqueño y otros peregrinos.
Una gran cantidad de fieles y
devotos desbordó el templo para participar de esta tradicional ceremonia. Con
unción rezaron los misterios del Santo Rosario y luego acompañaron a la Madre,
llevada en brazos por Mons. Quintana, hasta la urna ubicada en el Paseo de la
Fe.
En un clima festivo y de mucha
emoción emprendió su regreso en caravana hasta su primera casa: la Gruta de
Choya, hoy totalmente remozada, como ofrenda por los 400 años de su presencia
en este rincón del Noroeste Argentino.
A lo largo del recorrido de
unos siete kilómetros, la Imagen cuatro veces centenaria fue saludada mientras
avanzaba hasta el lugar del hallazgo, donde la esperaba una gran cantidad de
devotos y peregrinos.
Allí, en medio del paisaje
montañoso donde Ella quiso quedarse, se celebró la Santa Misa de reapertura de
este espacio de oración y encuentro, que fue presidida por el obispo diocesano,
Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por Mons. José Antonio Díaz y Mons. Darío
Quintana, obispos de Concepción y de Cafayate, respectivamente, junto con sacerdotes
del clero catamarqueño, entre ellos el vicario general, P. Julio Murúa; el
rector de la Catedral Basílica y Santuario mariano, P. Gustavo Flores; el
responsable de la Animación Pastoral de la Gruta, P. Santiago Granillo, y otros
presbíteros visitantes, que llegaron a honrar a la Patrona del Noroeste
Argentino. En esta Eucaristía rindieron su homenaje los medios de comunicación
social.
Participaron de la celebración
litúrgica el gobernador, Lic. Raúl Jalil; el vicegobernador, Ing. Rubén Dusso;
el intendente de Capital, Dr. Gustavo Saadi, entre otras autoridades.
En su homilía, Mons. Urbanč
destacó que “es la primera vez que iniciamos el septenario, con el que
conmemoramos la coronación pontificia de la sagrada imagen, en este solar donde
se comenzó a manifestar con gracias especiales la Madre de Dios a sus hijos en
este Valle. Y para todos resulta ser muy novedoso e impactante pues ha cambiado
sustancialmente todo lo que rodea la oquedad que cobija la imagen cuatro veces
centenaria de nuestra querida Morena del Valle”.
Acerca del flamante Paseo
Cultural y Religioso Virgen de Valle, dijo que “hoy elevamos agradecidos a la
Providencia Divina que los trabajos de remodelación, pero sobre todo de
profundas mejoras, han llegado a término, posibilitándonos volver a este
entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y confiarle todos los secretos y
deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado para que sea un ámbito de
oración, encuentro, meditación, penitencia, santificación, celebración,
silencio y Gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que así sea por siempre!”.
Más adelante afirmó que “éste
es y será un lugar apropiado para los rezos, los agradecimientos y las súplicas
a Dios nuestro Señor por medio de la intercesión de la Virgen del Valle, en el
contacto con la naturaleza y el silencio que lo circunda”.
Hacia el final, invitó a que “roguemos
a la Virgen Santa que nos ayude a perseverar y crecer en nuestros compromisos
bautismales y en el ardor misionero, llevando a todos los ambientes la luz del
evangelio, con un verdadero estilo sinodal de ser la Iglesia de Jesús Resucitado”.
Dirigiéndose a la Madre del
Valle, expresó: “Aquí nos tienes, donde Tú te comenzaste a manifestar a tus
hijos y que después de tanto tiempo vuelves en tu sagrada imagen. Consigue de
parte de tu Hijo amado que, de ahora en más, lluevan gracias y bendiciones
sobre los que vengan a este rinconcito de cielo en la tierra, a suplicar
misericordia, conversión, salud física y espiritual, trabajo, unión, justicia y
paz”.
Al finalizar la celebración
eucarística, en la fría noche otoñal, entre vivas y profundos gestos de
devoción, la Madre Morena regresó a la Catedral Basílica y Santuario mariano,
desde donde presidirá el Septenario memorando los 132 años de su declaración
como Reina y Señora de este Valle.
TEXTO
COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos devotos y peregrinos:
Bienvenidos
a esta celebración y muchas gracias por participar. Ésta es la primera vez que
iniciamos el septenario, con el que conmemoramos la coronación pontificia de la
sagrada imagen, en este solar donde se comenzó a manifestar con gracias especiales
la Madre de Dios a sus hijos en este Valle. Y para todos resulta ser muy
novedoso e impactante pues ha cambiado sustancialmente todo lo que rodea la
oquedad que cobija la imagen cuatro veces centenaria de nuestra querida Morena
del Valle.
La
temática propuesta para este día nos propone vivir nuestra vocación bautismal
en una Iglesia sinodal. Y honran con su presencia hermanos y hermanas que
trabajan en los medios de comunicación social.
Hoy,
por tanto, elevamos agradecidos a la Providencia Divina que los trabajos de
remodelación, pero sobre todo de profundas mejoras, han llegado a término,
posibilitándonos volver a este entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y
confiarle todos los secretos y deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado
para que sea un ámbito de oración, encuentro, meditación, penitencia,
santificación, celebración, silencio y Gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que
así sea por siempre!
Aquí,
con el servicio de sacerdotes, religiosos/as y laicos se acogerá a devotos y peregrinos
para facilitarles el encuentro con la Virgen del Valle y con Jesucristo
Resucitado, Salvador del Mundo. Ellos cuidarán este lugar y animarán
espiritualmente para que todos podamos respirar aires de fe, esperanza y
caridad, como acabamos de escuchar en las lecturas bíblicas, que eleven
nuestros corazones hacia los bienes del cielo y con ellos impregnemos y
transformemos nuestras realidades terrenas con los valores del evangelio, tan
urgente en los tiempos que vivimos.
Amerita
que profundicemos en la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles,
2,42-47, que tipifica los constitutivos esenciales de la vida de la comunidad:
la enseñanza de los Apóstoles (τῇ διδαχῇ τῶν ἀποστόλων), la vida en común (τῇ
κοινωνίᾳ), la fracción del pan (τῇ κλάσει τοῦ ἄρτου) y las oraciones (ταῖς
προσευχαῖς).
La
enseñanza de los Apóstoles es muy importante, pues hace referencia al origen
mismo de la vida cristiana que, como la del antiguo Israel, comienza por la
escucha (shema´) de la Palabra que viene de Dios, pero que ahora es mediada por
los apóstoles, los cuales, siguiendo el mandato pascual de Jesús Resucitado,
deben anunciar la Buena Noticia de la Salvación a todo el mundo. Esta tarea se
deberá hacer aquí con particular dedicación, perseverancia, lucidez y generosidad.
En
cuanto a la vida en común se trata de expresar la fraternidad y la concordia
que es preciso alcanzar en la vida de la comunidad por medio de la comunión
concreta de bienes que brota y expresa la vivencia real de la fe recibida en el
Bautismo.
La
fracción del pan era uno de los nombres que recibía la celebración eucarística
en algunas comunidades primitivas. De hecho, la misma expresión "fracción
del pan" se utiliza con este sentido eucarístico en la narración de los
discípulos de Emaús: "Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en
el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan" (Lc 24,35).
Participemos frecuentemente de la Santa Misa.
En
cuanto a las oraciones o alabanzas a Dios, no les quepa la menor duda, que éste
es y será un lugar apropiado para los rezos, los agradecimientos y las súplicas
a Dios nuestro Señor por medio de la intercesión de la Virgen del Valle, en el
contacto con la naturaleza y el silencio que lo circunda.
Estas
4 características esenciales de la vida de la Iglesia plantean un ideal para la
comunidad que cree en la Resurrección, cuyo distintivo máximo deben ser la
caridad, el ocuparse de los más frágiles y la unidad, siendo conscientes que,
por la debilidad humana, siempre estará el peligro de perder el fervor de
hacerlo.
Por
tanto, hermanos, roguemos a la Virgen Santa que nos ayude a perseverar y crecer
en nuestros compromisos bautismales y en el ardor misionero, llevando a todos
los ambientes la luz del evangelio, con un verdadero estilo sinodal de ser la Iglesia
de Jesús Resucitado.
Querida
Madre del Valle, aquí nos tienes, donde Tú te comenzaste a manifestar a tus
hijos y que después de tanto tiempo vuelves en tu sagrada imagen. Consigue de
parte de tu Hijo amado que, de ahora en más, lluevan gracias y bendiciones
sobre los que vengan a este rinconcito de cielo en la tierra, a suplicar
misericordia, conversión, salud física y espiritual, trabajo, unión, justicia y
paz. Amén.
¡Viva la Virgen del Valle!
¡Vivan sus devotos y
peregrinos!
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