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07 abril 2023

Misa de la Última Cena en la Catedral

“Jesús quiere una Iglesia servidora, que esté al servicio de la humanidad toda”, expresó el Obispo.

 

En la noche del Jueves Santo -6 de abril-, el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, presidió la Misa de la Última Cena del Señor, dando inicio solemnemente al Triduo Pascual a los pies de la Madre del Valle.

En esta jornada, la Iglesia conmemoró la Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio; y se realizó el Lavatorio de los Pies, tal como lo hizo Jesús con sus discípulos antes de ser condenado a morir en la Cruz.

A los fieles que colmaron el templo para participar de la celebración se unieron otros tantos a través de la transmisión las redes sociales.

Luego de la proclamación de la Palabra de Dios, Mons. Urbanč dijo que “en esta Misa, como Iglesia, cuerpo místico de Cristo, damos gracias porque Jesús instituyó la Eucaristía, que es el memorial de su Pasión, Muerte y Resurrección. Es el testamento que quiso dejarnos. Los sacerdotes celebramos la Misa todos los días porque hay que perpetuar hasta el fin de los tiempos esta acción salvífica de Jesús”.

Al reflexionar sobre los textos bíblicos proclamados, mencionó que la Pascua judía se celebraba en familia, no en los templos, tal como lo hizo Jesús con los apóstoles, que eran su familia. “La Iglesia hoy es la familia de Jesús, por eso nos reunimos a celebrar la Pascua, y qué bueno que también se celebre en cada uno de sus hogares”, expresó.

Más adelante afirmó que “la Iglesia sin la Eucaristía se muere, el cuerpo sin alimento se muere, entonces todos necesitamos la Eucaristía”. Por eso otro tramo de su predicación invitó a los fieles a “acercarse a la Eucaristía, a no estar sólo como espectadores”.

“El otro mensaje que nos deja la liturgia de hoy es algo que de Jesús han descripto los profetas, especialmente Isaías”, alguien que “viene a servir y no a ser servido, el que se va a sacrificar por el pueblo, eso se dice en los cánticos”, expresó.

 También se refirió al lavado de los pies que hace Jesús a los apóstoles, indicando que “entre los judíos era una costumbre de hospitalidad, cuando alguien venía a su tienda, el dueño de casa le lavaba los pies a sus visitas”.

En el caso de Jesús, señaló que “él está lavando los corazones y también quiere lavar nuestros corazones. No se trata de lavar los pies o las manos, el corazón es el que tenemos sucio, saquémoslo para que el Señor lo lave, lo purifique, lo sane. Esto es sólo un signo de algo profundo que Jesús va a hacer en la cruz, donde muere para liberarnos del pecado. Ese pecado que se lo genera en el corazón porque es la sede del amor, y el pecado es no amar”. Por eso invitó a limpiar nuestro corazón y “hacerlo semejante al de Jesús”.

También aseveró que la característica del cristiana es el servicio, “Jesús quiere una Iglesia servidora, que esté al servicio de la humanidad toda. Esa es nuestra misión: servir al pueblo de Dios. El servicio de Jesús fue muy importante con la palabra, la enseñanza y también atendiendo a las necesidades de la gente”.

 

Adoración al Santísimo Sacramento

Después de la Comunión, el Obispo llevó en procesión la reserva del Santísimo Sacramento por la nave central hasta el altar de la nave lateral sur, donde quedó expuesto para la adoración de los fieles.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca