Los datos de pobreza e indigencia de
hogares y personas proporcionados recientemente por la Encuesta Permanente de Hogares,
realizada por el INDEC y correspondiente al segundo semestre del 2022, indica
objetivamente el incremento de la pobreza material en los diferentes conglomerados
urbanos de nuestro país, en la región NOA y particularmente en el Gran
Catamarca (Capital-Fray Mamerto Esquiú-Valle Viejo). La confirmación del
Organismo Oficial, a través de cifras concretas de la pobreza, consecuencia del
deterioro del poder adquisitivo y de la calidad de vida de la población, puso un
marco de realidad sobre la percepción creciente de nuevos expulsados del
sistema socioeconómico.
El incremento de la pobreza y permanencia
de la indigencia en la población viene desde largo tiempo, bajo distintos gobiernos
y políticas económicas, sin éxito en su control y remisión, con expulsión de
millones de hermanos argentinos y miles de catamarqueños a formar parte de lo
que el Papa Francisco denomina los descartados de la sociedad.
El aumento de la pobreza tiene
aristas multicausales, entre otras las erráticas políticas económicas, la elevada
inflación, la desocupación, el trabajo en negro, la puja por los recursos de los
sectores de poder económico, financiero, productivo, formadores de precios,
gremios, y en algunas franjas sociales carentes de solidaridad. Nadie cede en
sus intereses particulares, pareciera que el incremento de la pobreza no
interesa, que nos es indiferente.
¿Dónde está el problema o los
problemas que nos han llevado a esta alarmante e insostenible situación?
¿Cuáles son las cuestiones medulares que impiden que se aborde y encuentren
soluciones a la pobreza estructural y coyuntural de nuestro país y en Catamarca?
¿Políticas? ¿Económicas? ¿Factores de Poder? ¿Avaricia y egoísmo? ¿Moral?
¿Impericia dirigencial? ¿Indiferencia?
Tal vez se debiera comenzar con que
los diferentes actores políticos y sociales con responsabilidad ejecutiva,
legislativa y ciudadana muestren una genuina preocupación y ocupación plena por
resolver la problemática de la pobreza, una superadora actitud de diálogo y
acuerdos mínimos para elaborar planes y proyectos tendientes a detener y
disminuir la pobreza.
El 44,3 % de pobreza en la población
del Gran Catamarca, que equivale a 101.572 hermanos comprovincianos pobres, y
que si proyectamos aquel porcentaje de la EPH a toda la población de nuestra
provincia de 429.556 habitantes, según el censo nacional de población 2022,
alcanza a 190.000 habitantes que poseen rostros y nombres concretos situados
por debajo de la línea de pobreza. Estas conmovedoras cifras de pobres nos
deben interpelar seriamente a todos los catamarqueños en la búsqueda de
soluciones urgentes, para incorporarlos nuevamente a vivir una vida digna como
corresponde a toda persona humana, a una sociedad donde prime el Bien Común
sobre los intereses particulares, la solidaridad sobre el egoísmo, en una
sociedad donde la pobreza no sea ocultada ni nos sea indiferente.
Que en esta Pascua de Resurrección que
vamos a celebrar en pocos días más, nos permita descubrir en cada uno de los
pobres e indigentes de Catamarca el rostro sufriente de Jesús, y nos ilumine
para encontrar los caminos adecuados para resolver la cuestión social de la
pobreza.
A Nuestra Madre del Valle y al Beato
Mamerto Esquiú les pedimos que nos ayuden con su intercesión.
Equipo de Pastoral
Social
de la Diócesis de
Catamarca
Semana Santa de 2023