Cientos de fieles peregrinaron a la Gruta de la Virgen dando inicio a la Semana Santa
El Obispo pidió por la paz en el
mundo. “Seamos verdaderos artesanos de la paz. En primer lugar, busquemos la paz
dentro del corazón, y así vamos a tener paz en nuestras familias y en nuestra
sociedad”, dijo.
Bajo
el lema "Velen y oren", durante la tarde de este sábado 23 de marzo,
vísperas del Domingo de Ramos, se realizó la tradicional Peregrinación del
Pueblo de Dios, enmarcada en el Año de la Oración preparando el Jubileo de 2025,
con la cual dio inicio la Semana Santa en la diócesis catamarqueña.
Desafiando
el intenso viento de la jornada, cientos de fieles de las comunidades parroquiales
del Decanato Capital junto con Cadetes de la Policía de la Provincia, se dieron
cita en la Plaza de Choya desde donde emprendieron el peregrinaje hacia el
Santuario de la Gruta de la Virgen del Valle.
Durante
el recorrido rezaron las estaciones del Vía Crucis contemplando el misterio de
la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, intercaladas con cantos
penitenciales y reflexiones, algunas tomadas de la Carta Pastoral del Obispo
sobre la Oración, tema central de este 2024.
A
medida que avanzaba la caminata, el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč y los
sacerdotes participantes atendieron a quienes se acercaron a recibir el
Sacramento de la Reconciliación o Confesión.
En
la explanada de la Gruta, el Obispo bendijo los ramos de olivo y junto con los
fieles se desplazó en procesión, emulando la entrada triunfal de Jesús en
Jerusalén, hasta el altar donde presidió la Eucaristía, que fue concelebrada
por el vicario general, padre Julio Murúa; y sacerdotes del Decanato Capital,
entre ellos los rectores del Santuario y Catedral Basílica y Santuario de la Gruta,
padres Gustavo Flores y Santiago Granillo, respectivamente.
En
su homilía, Mons. Urbanč manifestó: “En esta tarde hemos peregrinado junto con
todo el pueblo de Dios, porque en nosotros han estado representados todos los
bautizados de nuestra querida diócesis. Y nos convoca este solar, donde la
Virgen María se dejó encontrar hace más de 400 años, para iniciar la Semana
Santa. Es un lugar sagrado, y gracias a Dios que lo hemos podido poner en valor
con la ayuda de fondos para esta obra, para tener un espacio como lo quiere la Virgen,
un espacio de oración, de silencio, de meditación, de conversión, de
celebración de los sacramentos como la Reconciliación y la Eucaristía”.
Reflexionando
sobre la Palabra de Dios, dijo que “la frase fundamental de todo lo que hemos
escuchado es el acto de fe que ha dado al pie de la Cruz, el final del
Evangelio, el soldado romano, un pagano. Él relata que cuando Jesús muere, como
lo habían preanunciado los profetas, el velo del templo se rasgó por el medio.
Es decir, que aquello había terminado y empieza una nueva historia, habrá un
nuevo templo. Ese templo somos todos nosotros. Este soldado afirma: ‘Verdaderamente
este hombre era Hijo de Dios”, el gran acto de fe. Y Jesús llega a ser
verdaderamente Hijo de Dios porque obedeció a su Padre hasta la muerte, y
muerte de cruz. San Pablo en la Carta a los Romanos lo llama la obediencia de
la fe”.
Continuando
con su predicación indicó que “nosotros vamos a llegar a ser hijos de Dios
cuando estemos dispuestos a morir desde la fe por los demás. Y esa muerte es la
muerte a los propios caprichos, a esos puntos de vista mezquinos”.
Luego
pidió a Dios y a la Virgen “que nos ayuden en esta Semana Santa a todos los
catamarqueños bautizados a hacer la voluntad de Dios, para que así lleguemos a
ser de verdad hijos e hijas de Dios”.
Por la paz
También
confió que “realmente estoy muy azorado, muy desolado interiormente por la
violencia que hay en el mundo, las guerras que tenemos, tremendo. Tenemos que
pedir que aquellos que en el mundo manejan el negocio de las armas no las hagan”.
Frente
a esta realidad, expresó: “Tenemos que pedirle al Señor, quien vino a traer la
paz, que vino a reconciliarnos con nuestro Padre Dios, que nos otorgue esa paz.
Y que todos seamos verdaderos artesanos de la paz, trabajemos por la paz. En
primer lugar, busquemos la paz dentro del corazón. Sáquense el odio, la bronca,
los rencores, esa sed de venganza, no sirve. Eso es como tener un arsenal de
armas adentro. Hay que tener paz en el corazón y así vamos a poder tener paz en
nuestras familias y en nuestra sociedad”.
Solidaridad
Durante
el acto penitencial, Cáritas recibió la donación de alimentos no perecederos, que
luego serán destinados a los hermanos más necesitados, en los puestos dispuesto
a tal fin.
Las
personas que no pudieron participar de manera presencial, particularmente los
ancianos, enfermos y privados de la libertad, pudieron sumarse a la oración a
través de la transmisión en vivo por el 104.3 de radio Valle Viejo, que adhirió
a esta piadosa manifestación en el comienzo de la Semana Santa, que nos prepara
para vivir renovados la Pascua de Resurrección.
#VivamosJuntosLaSemanaSanta
#SemanaSantaCatamarca
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat