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21 marzo 2024

Mons. Urbanč en la Misa exequial del P. Juan Carlos San Nicolás

“Estamos despidiendo a un hermano que quiso vivir su fe y abrazó la vocación sacerdotal”

 

Durante la tarde de este jueves 21 de marzo, la Iglesia que peregrina en Catamarca le dio el último adiós al padre Juan Carlos San Nicolás, durante la Misa de exequias que fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el vicario general, padre Julio Murúa; el secretario canciller, padre Diego Manzaraz; el rector de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, padre Gustavo Flores; y numerosos sacerdotes de Capital y algunos llegados del interior catamarqueño.

La ceremonia litúrgica tuvo lugar en el templo del Inmaculado Corazón de María, donde se dieron cita familiares y amigos del sacerdote, miembros de instituciones y movimientos eclesiales como también fieles provenientes de la comunidad de Santa Lucía, provincia de Tucumán, donde el padre San Nicolás brindó su servicio pastoral en sus primeros años de sacerdocio.

En su homilía, el Obispo expresó “el dolor de separarnos de un hermano sacerdote, sacerdote que en su ministerio celebra la Eucaristía. Pero también damos gracias a Dios por el ser sacerdotal del padre Juan Carlos, quien se gastó y se desgastó por la Iglesia de Catamarca y en los primeros años en la Diócesis de Tucumán”.

También recordó las conversaciones que mantenía con el padre San Nicolás, “siempre con su sonrisa, esperanzador, siempre dispuesto a prestar un servicio en medio de sus limitaciones. Y qué bueno que podamos decir con el texto del Apocalipsis: ‘Padre Juan Carlos, queremos que descanses en paz’. Él decía: ‘El mejor momento va a ser cuando el Señor me venga a buscar, voy a poder descansar’”. Y tenía la confianza plena de que Dios le tenía preparado un lugar. “Es un hombre de fe, un hombre creyente que tiene la certeza de que Jesús no se olvida de nosotros”, afirmó.

 

El sufrimiento redentor

Más adelante el pastor diocesano trajo a la memoria “la conversación de cómo participamos nosotros en la cruz de Jesús, y me decía: ‘A mí me toca de esta manera, con mis limitaciones y enfermedades así participo de la cruz de Jesús, desde la cual nos salva. El Señor acepta mi sufrimiento porque de esa manera yo aporto mi granito de arena por la salvación del mundo’. Ésa es la conciencia del sacerdote que se une al sufrimiento de Jesús y participa de esos sufrimientos que son sufrimientos redentores. Por eso Jesús llama a algunos para que estén muy cerca de Él para que podamos entrar en su corazón, un corazón misericordioso, siempre abierto a todos, para amar y dar la vida por todos”.

 

Vivir la fe hasta sus últimas consecuencias

“Hoy estamos despidiendo a un hermano que quiso vivir su fe y abrazó la vocación sacerdotal. De esa manera ha vivido la fe hasta las últimas consecuencias, que es dar todo por el Señor, por el Reino de Dios. Nos alegramos por eso, y que eso nos ayude a nosotros a rezar por más vocaciones porque las necesitamos mucho; que haya muchos que puedan abrazar como abrazó el padre Juan Carlos el ser y el quehacer sacerdotal, porque con el ser ya es mucho y cuánto más el Señor nos invita a que participemos de su obra en favor de los hermanos”, manifestó.

Continuando con su reflexión le pidió a Dios “que reciba a su humilde servidor junto a Él, que lo libere de las penas por los pecados cometidos como fruto de la oración de la Iglesia, que hoy agradecida despide los restos mortales del padre Juan Carlos. Que así también él desde el Cielo nos siga ayudando como lo hacía acá en la tierra con su oración, con un ejemplo, una conversación o cuando administraba el Sacramento de la Reconciliación hasta el último, con el Ministerio de la Palabra con sus homilías. Que él nos siga ayudando y acompañando desde el Cielo, para que un día podamos encontrarnos con todos los santos junto a Dios Nuestro Padre en la alabanza que le tributan todos los bienaventurados en la gloria”.

Antes de la bendición final, Mons. Urbanč rezó ante el cuerpo mortal del padre San Nicolás y lo bendijo elevando la oración confiada al Buen Dios por el eterno descanso de su alma.

Luego fue llevado hasta el cementerio municipal de la ciudad capital.

Gracias, padre Juan Carlos San Nicolás, por su testimonio de fe y su servicio sacerdotal.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat