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02 marzo 2025

Asumió el nuevo párroco en Tinogasta

Durante la noche del sábado 1 de marzo, se llevó a cabo la ceremonia de asunción del padre Gustavo Flores como nuevo párroco de la parroquia San Juan Bautista, con sede en la ciudad de Tinogasta. Recordamos que el sacerdote viene de brindar su servicio pastoral como rector de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle, en la ciudad capital.

La Santa Misa fue presidida por el obispo diocesano Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el párroco saliente, P. Martín Melo; el capellán de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, padre Ramón Carabajal; los párrocos de San Roque de La Chacarita, P. Carlos Figueroa Arteaga; San Antonio de Padua, P. Ángel Nieva (Capital); San Roque de Recreo (La Paz), P. Humberto Carrizo; Nuestra Señora de Fátima de Fiambalá (Tinogasta), P. Javier Cisternas; el vicario parroquial de Nuestra Señora de Belén, P. Leandro Roldán; y el P. Dardo Olivera.

Participaron de este acontecimiento autoridades municipales, representantes del colegio parroquial Sor Pierina y del anexo del Instituto Superior Fray Mamerto Esquiú, miembros de instituciones y grupos eclesiales y fieles de las distintas comunidades que conforman la jurisdicción parroquial.

Luego de la lectura del decreto de designación del nuevo párroco, el Obispo procedió a la bendición del agua con la que el padre Flores roció a los presentes; le y además le hizo entrega del Libro de la Palabra de Dios que deberá meditar, anunciar y testimoniar.

En su homilía, Mons. Urbanč agradeció al padre Melo por su servicio pastoral durante estos años en la parroquia donde se venera a San Juan Bautista Niño. Teniendo en cuenta esta “característica muy especial de esta parroquia”, dijo, encomendó al padre Flores que trabaje en la pastoral con los niños, “te dejo como tarea que siempre te ocupes de la niñez, que puedas hacer acá una linda prolongación de la Pastoral de la Niñez que vamos cultivando en la Diócesis de Catamarca”, expresó.

“Acompañar a los niños es acompañar a la familia; las familias tienen que cuidar esa vida incipiente, marcarla con los valores de la vida cristiana”, afirmó, a la vez que invitó a que “los adultos, los que están más comprometidos en la vida de la parroquia, acompañen esta pastoral, este cuidado de nuestros niños, porque a partir del testimonio de una fe coherente, cuando ellos sean adultos van a sostener la vida cristiana y la van a transmitir a las próximas generaciones”.

Tomando la figura del árbol que se menciona en el Libro del Eclesiástico, se dirigió al nuevo párroco indicando que “también vos serás como un árbol acá, en la comunidad, a través de tus frutos, la vida de oración, las celebraciones eucarísticas, del cuidado de los fieles, así se va manifestando la calidad de personas que somos, también con las palabras, que expresan lo que hay en el corazón”.

En otro tramo manifestó que “no hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos. Entonces ustedes tienen que pedir para nosotros, los sacerdotes, y nosotros para ustedes, que produzcamos frutos acordes con nuestra condición de hijos e hijas de Dios, que seamos coherentes, que los frutos sean de acuerdo a la fe que hemos recibido”.

En torno al Evangelio, dijo que en “el texto de San Lucas, hoy Jesús pregunta: ‘¿Puede un ciego guiar a otro ciego?’. Si estoy ciego no puedo guiar a otro ciego, los dos vamos a caer en el pozo. Entonces, el sacerdote, ese hombre puesto en medio de la comunidad, tiene que tener la certeza de que ve con los ojos de Dios y ayuda a sus hermanos a guiarlos por el camino correcto, por el camino de la verdad, la libertad, el amor, la justicia, el servicio”.

También señaló que “el sacerdote es ese discípulo cercano a Jesús que enseña a otros a seguirlo, a poner en práctica sus enseñanzas; el discípulo aprende del maestro y enseña con la autoridad del maestro a sus hermanos. Los sacerdotes somos hermanos de ustedes, pero hermanos puestos en un servicio especial, el servicio de ser otro Cristo para la comunidad”.

Más adelante dijo que “tenemos que analizar qué tenemos en el corazón, siempre rezar y pedir al Espíritu Santo que nos ilumine, para que lo que guardamos en el corazón sea el mismísimo Jesús… Tenemos que llenar nuestro corazón con la Palabra de Dios, con las enseñanzas que nos brinda su palabra, con las enseñanzas que nos deja la sabiduría de siglos de la Iglesia, vivir eso y transmitirlo a otros”.

En este plano, exhortó al padre Flores a “que siga transmitiendo los valores del Reino en esa sucesión de sacerdotes que han pasado por esta parroquia, que han dejado su vida, que han anunciado el Evangelio, que han alimentado y sostenido la esperanza de tantos hermanos y hermanas que han vivido en esta jurisdicción parroquial”.

Finalmente, hizo alusión al “Año Jubilar, en el que tenemos que mirar el Nacimiento de Jesús, quien ha venido hace 2025 años a este mundo, ha estado con nosotros, nos ha enseñado, nos ha revelado los misterios que custodiamos por nuestra fe y los vivimos; y culminó este ministerio ofreciendo su vida en la Cruz por nuestra redención, y resucitando. Por tanto, el padre Gustavo los irá acompañando en este camino”.

“El lema que nos propuso el Papa es ‘Peregrinos de la esperanza’, ésa es nuestra tarea como sacerdotes, sostener la esperanza del pueblo que camina a la Casa del Padre, de donde hemos salido y a la que volvemos. El sacerdote se pone a caminar con su pueblo, acompañando, sanando, fortaleciendo, para que podamos llegar a esa Casa y a ese abrazo definitivo con el Padre del Cielo”, manifestó.

Asimismo, llamó a que “aprovechen este tiempo, porque se van a ir organizando peregrinaciones, ustedes tienen como centro de peregrinación el Santuario de la Virgen de Belén, que es para todo el Decanato Oeste”. Este lugar “será centro de peregrinación, de iluminación, para alimentar esa esperanza y purificarnos de las penas merecidas por nuestros pecados”.

Animó a que “seamos peregrinos que buscan día a día la conversión, porque lo que va a dar alegría es que arreglé las cuentas con Dios, somos pecadores y Cristo vino al mundo para liberarnos del pecado”.

“El padre Gustavo, con sus catequesis, con sus homilías, los irá animando en este camino penitencial que tenemos que hacer a lo largo de este año, porque el objetivo es la conversión del corazón, la apertura al amor, a la misericordia de Dios”, concluyó.

Continuando con la celebración, el padre Flores hizo la profesión de fe y renovó sus promesas sacerdotales ante el Obispo, quien además depositó en sus manos los óleos sagrados, el cáliz, la patena y finalmente las llaves del Sagrario.

Antes de la bendición final, se escucharon palabras de agradecimiento al párroco saliente y de bienvenida al nuevo párroco, quienes luego se dirigieron a la comunidad.

Al finalizar la ceremonia litúrgica, se compartió un brindis fraterno.

Fotos y video: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat