Un Verdadero Cambio
para el Mundo
Extraído originalmente de una homilía que Cardenal Van Thuan
dio en Milán, durante la misa de conmemoración del aniversario de la muerte del
antiguo primer ministro Amaintore Fanfani.
Él quería que su “espiritualidad política”, la parte más
difícilmente comprensible de su espiritualidad, se convirtiera en parte del
núcleo de su mensaje.
Bienaventurado el dirigente político que entiende su papel
en el mundo.
Bienaventurado el dirigente político que ejemplifica
personalmente la credibilidad.
Bienaventurado el dirigente político que trabaja por el bien
común y no por intereses personales.
Bienaventurado el dirigente político que es sincero consigo
mismo, con su fe y con sus promesas electorales.
Bienaventurado el dirigente político que trabaja por la
unidad y hace de Jesús el fulcro de su defensa.
Bienaventurado el dirigente político que trabaja por el
cambio radical, se niega llamar bueno lo que es malo y utiliza el Evangelio
como guía.
Bienaventurado el dirigente político que escucha al pueblo
antes, durante y después de la elecciones y que siempre escucha a Dios en la
oración.
Bienaventurado el dirigente político que no tiene miedo de
la verdad ni de los medios de comunicación, porque en el momento del juicio
responderá sólo ante Dios, no ante los medios de comunicación.
“Thuan creía que cuando Dios está presente en decisiones
políticas y cuando la voluntad de Dios sostiene a los esfuerzos políticos de
una nación, el resultado son grandes beneficios para esa nación y sus
ciudadanos” (Andre Nguyen Van Chau, amigo de toda la vida y biógrafo de
Cardenal Van Thuan).