Manteniendo fresca en la
mente y el corazón la emotiva y multitudinaria celebración del primer sacerdote
beato argentino, muchos son los hechos que comenzamos a conocer de su intensa
vida pastoral. Datos históricos permiten afirmar que el beato José Gabriel del
Rosario Brochero estuvo en tierra catamarqueña para visitar a la Virgen del
Valle. En el libro "Corazón de tierra, latido del cielo", el Padre
Mario Oscar Llanos, quien a su vez es sobrino del sexto Obispo de Catamarca, Mons. Pedro Alfonso Torres
Farías, menciona este hecho.
En un contacto vía e-mail con
el sacerdote, quien actualmente se encuentra en Roma, comentó que “efectivamente
existe una referencia directa a la presencia del Beato José Gabriel del Rosario
Brochero en Catamarca para el cumplimiento de una promesa suya por la salud de
Zoraida Viera, casada con Erasmo Recalde. Ambos eran íntimos amigos del Cura
Gaucho”.
Asimismo, explicita que “el
testimonio del hecho es de la hija de Eramo y Zoraida, Zoraida Recalde de
Recalde. Ella refiere que, estando enferma su madre, el Pastor serrano, ‘hizo
juntamente con la familia Recalde una
promesa a la Santísima Virgen del Valle, en Catamarca; una vez obtenida la
gracia fue con el matrimonio de referencia al santuario de Catamarca para
cumplir lo prometido’. [Cfr. Mario Oscar Llanos, Corazón de tierra, latido de
cielo. Testamento pastoral del Cura Brochero, Rosario, Didascalia, 2011, pág.
123. El testimonio proviene del Sumarium - proceso rogatorio di Cruz del Eje,
parágrafo 329.]”.
Este singular hecho de la
presencia del Beato Cura José Gabriel del Rosario Brochero en Catamarca, más
aún en el santuario, junto a la Madre del Valle, nos alegra y enriquece. Habla
nuevamente de la devoción de Brochero a la Purísima y de su confianza en esta
advocación del Valle. Podemos imaginarnos hoy su caminar por la Catedral y
seguramente habrá celebrado la santísima Eucaristía. Que este testimonio de fe,
que reconfortó al Beato, nos aliente y nos fortalezca para seguir también
nosotros una vida cristiana y santa.