Queridos
Docentes:
En nombre del Divino Maestro, Jesucristo,
del que soy servidor, me es grato saludarlos en este día, y rogar a la Virgen
del Valle que los colme de dones y bendiciones celestiales para que puedan ejercer
su servicio con competencia, alegría, satisfacción y patriotismo.
Brevemente, juzgo oportuno
compartirles el gozo y admiración que tengo por ustedes a partir de las visitas
que vengo haciendo por las distintas escuelas rurales y urbanas con ocasión de
las ‘visitas pastorales’, ya que puedo comprobar que se esmeran por motivar a
los niños y sus padres para internalizar la fe que hemos recibido de Dios y de
nuestros predecesores y ancestros.
En todas las escuelas el obispo ha sido cordialmente
recibido, los actos muy bien preparados y los niños entusiasmados para que el
encuentro sea fecundo.
Es mi deseo, y él de los abajo
firmantes, que, con ocasión de celebrar su día, renueven su vocación docente y
sigan apostando por una educación de calidad, inclusiva, adecuada e integral, a
fin de que su noble tarea y consecuente entrega de la vida sea un verdadero
apostolado a ejemplo de Jesús, José, María y los grandes santos pedagogos de
nuestra historia cristiana.
Con responsabilidad y conciencia los
tengo en mi oración, a la vez que confío en la de ustedes… ¡Gracias!...
¡Gracias!... ¡Que Jesús nos siga ayudando a ser fieles y felices!
*Mons.
Luis Urbanč, 8°
Obispo de Catamarca
*Pbro. Juan Ramón Cabrera, Vicario
Episcopal de Educación
*Junta Diocesana de
Educación Católica