Camino a la Beatificación

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27 junio 2019

Mons. Mario Cargnello celebró sus Bodas de Plata episcopales a los pies de la Virgen del Valle


El miércoles 26 de junio, el Arzobispo de Salta, Mons. Mario Cargnello, celebró los 25 años de su consagración episcopal a los pies de la Madre del Valle. En horas del mediodía presidió la Misa de acción de gracias en el Camarín de la Virgen, que fue concelebrada por el Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, y sacerdotes del clero catamarqueño.
Fue una emotiva ceremonia, que  contó con la participación de familiares, amigos y fieles en general, quienes se dieron cita en el Santuario Mariano para acompañarlo en este momento especial de su vida de
consagrado, que decidió vivir en esta Iglesia particular a la que sirvió durante varios años desde su ministerio sacerdotal.
Durante su mensaje, Mons. Cargnello  reflexionó acerca de la amistad y valoró la posibilidad de estar “con mi familia, con los amigos de siempre, con los que se han ido incorporando, eso es lo que queda. No por nada Cristo se hizo amigo nuestro, y el Concilio va a decir que Dios busca al hombre como un amigo busca a un amigo, hablando de la revelación, y Pablo VI quiso mostrar eso de la amistad para plantear a la Iglesia como comunidad del diálogo. Por eso le agradezco a Dios todo esto”.

Luego se refirió a la figura de Abraham,  quien supo “mirar lejos”, porque creyó y se apoyó en el Señor; “y en ese mirar lejos, un signo de que Dios nos acompaña son los amigos. Jesús dice: ‘Ya no los llamo siervos sino amigos’. Confiar en el Señor, mirar lejos, ponerse en movimiento, es lo que nos da la certeza de que no podemos hacer otra cosa que dar gracias a Dios que nos ha dado mucho, aún el dolor; entonces no seamos mezquinos de confiar en Dios aun cuando nos toquen desiertos, y en el seguir caminando, en el levantarnos, en el apostar a la comunión y a la amistad”, afirmó.
Al dirigirse a sus hermanos en el sacerdocio manifestó que “hay una experiencia que estoy viviendo en estos días y es el vínculo profundo que existe entre nosotros sacerdotes -vale para todo cristiano- y la Eucaristía. La Eucaristía vivida como presencia del Señor, como sacrificio que se renueva, como mandato de una entrega, que te sostiene cada día. Eso no lo dejemos, lo necesita, lo pide la gente, y es lo que a nosotros nos llena el alma”.

“Es un don para nuestro clero”
Antes de la bendición final, el Pbro. Oscar
Tapia dijo que este momento “tiene el sabor de la amistad, que puede hacer grandes las cosas pequeñas”, y destacó que estos 25 años de obispo de Mons. Cargnello “son muy importantes para nuestro clero, que ha nacido siempre bajo el signo de la Virgen. Dios nos ha dado la posibilidad de que un hermano nuestro sirva a la Iglesia, sobre todo en el NOA, ha servido en la Conferencia Episcopal, en Latinoamérica, y eso es un don para nuestro clero, porque es de nuestro clero, nuestra historia comienza acá y debe terminar junto a la Virgen”.
“La fe nos desarraiga y él está integrado allá -Salta-, pero ésta es su tierra, ésta es su
casa, y por eso esto tiene el sabor de las cosas de Dios, grande en lo pequeño, así de profundo, estar junto a la Virgen, el clero, los amigos, y celebrar, esto es enorme, y es nuestra historia”, manifestó.
También definió a Mons. Cargnello como “un hombre de Dios, un hombre de oración y fiel a la Iglesia, obediente, adonde lo mandan sirve a Dios con esa fe profunda”, y resaltó que “en esta etapa de la vida venga a celebrar los 25 años acá, a los pies de la Virgen, donde nuestra vida adquiere sentido”. 

Al concluir la celebración eucarística, todos juntos elevaron la Oración del Año Mariano Nacional ante la Imagen cuatro veces centenaria de Madre Morena del Valle.