Camino a la Beatificación

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05 diciembre 2022

El arzobispo y el obispo auxiliar a los pies de la Virgen del Valle

La Iglesia de Tucumán se puso en las manos de la Patrona del NOA en sus 125 años

 

En la noche del domingo 4 de diciembre, sexto día del novenario en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, la Santa Misa de las 21.00 fue presidida por el arzobispo de Tucumán, Mons. Carlos Sánchez, y concelebrada por su obispo auxiliar, Mons. Roberto Ferrari, sacerdotes del clero catamarqueño y tucumano.

Durante esta celebración, Mons. Sánchez puso en las manos de la Patrona del NOA, la Virgen del Valle, a toda la Iglesia Diocesana de Tucumán, que celebra gozosa el Año Jubilar por los 125 años de su creación como diócesis.

También rindieron su homenaje los Servidores y Colaboradores del Santuario Catedral: Sacerdotes, Seminaristas, Damas de la Virgen, Ministros Extraordinarios de la Comunión, Equipo de Liturgia, Comunicadores de María, Sacristanes, Guardianes de la Virgen, Colectores, Florería, Secretaría, Hospedaje del Peregrino, Sala de Promesas, Servidores Marianos, Voluntarios de María Solidaria, Consagrados de María,  Servidores de la Salud (Cadena de la Virgen),  Equipo de Historia y Redacción de la Revista Stella,  Museo de la Virgen, Músicos y Coros, Archivo, Grupos de Oración del Santo Rosario, Santería Madre Morena, Custodios y Protocolo, Federación Gaucha, Servidores y Voluntarios de la Gruta y Vicaría Diocesana de Asuntos Económicos.

“Qué alegría tenemos de estar una vez más a los pies de nuestra Madre del Valle, de la Madre de Dios y de todos. Hemos querido venir acá cerquita como peregrinos. Porque es un signo de la vida el peregrinar, aunque sea una distancia corta”, expresó Mons. Ferrari al comenzar la homilía y agregó: “Tenemos la alegría de ser recibidos por la Madre, pero también por tantos servidores del Santuario que nos ayudan a nuestro encuentro con la Madre, que prestan un servicio silencioso, por eso les damos un fuerte aplauso a todos los servidores del Santuario”.

Luego se refirió al tiempo del Adviento que estamos viviendo, preparándonos para el nacimiento del Hijo de Dios, igual a nosotros menos en el pecado. Entonces habló de la Madre de este Hijo. “María del Valle, la Madre de Dios, la Madre del NOA, también lo encarna de la misma manera, en su mirada, en sus manitos, así (imitando las manos juntas de la venerada imagen), en su color, en su corazón, ha encarnado nuestros rostros, los rostros del NOA, de sus hijos. Se ha hecho una de nosotros, ha querido parecerse a nosotros, tomar el color de nuestra tierra, de nuestras raíces, de lo profundo de nuestro corazón. Por eso cuando hemos venido entrando aquí a ponernos bajo su presencia nos ha conocido, nos ha identificado a cada uno de nosotros. Porque sabe quiénes somos cada uno, cada uno”, repitió. “Por eso qué valioso que es cada gesto que hemos tenido al llegar. Quien ha venido de lejos, caminando, en su bicicleta, en su vehículo, alguien en silla de ruedas, quien ha entrado de rodillas hasta aquí y se ha postrado delante de la Imagen. Aquel que ha venido y la ha mirado, nada más. Aquel que le ha tirado un beso. Aquel que ha venido con su hijito en brazos. Sobre todo cuando venimos a expresarle todo lo que traemos en el corazón, porque la sentimos y la sabemos Madre”.

Más adelante, sobre las lecturas proclamadas, Mons. Ferrari manifestó que “Ella también se preparó para recibirlo al Mesías; con qué alegría habrá leído la lectura del Profeta Isaías que hoy hemos escuchado. Habrá dicho, qué tiempo hermoso va a ser ése”. Más adelante dijo que “hoy nosotros también lo esperamos, y el último de los profetas es quien aparece también: San Juan Bautista…”, de quien  “la palabra de Dios dice que es la voz que grita en el desierto. No solamente la voz de las palabras, toda su vida grita que hay que prepararse: sus vestiduras de piel de camello, lo que comía, todo grita, preparemos el corazón porque viene el Mesías, porque viene el Hijo de Dios, y por eso invita a la conversión”.

Hacia el final señaló: “Todos tenemos algo de lo cual convertirnos, algo de qué arrepentirnos, algo que cambiar. Que esta hermosa Madre que tenemos, que nos conoce porque nos identifica a cada uno, esta Madre que nos mira con ternura, con misericordia, que nos conoce, nos ayude. Pongamos en el huequito de sus manos, este deseo de la conversión. Pero también hoy depositemos todo lo que traemos en el corazón. Es Madre, nos conoce, nos entienden, nos cuida, nos ama”.

 

“Nos ponemos en las manos de Nuestra Madre del Valle”

Antes de la bendición final, el arzobispo de Tucumán, Mons. Carlos Sánchez, expresó su gratitud porque “como Iglesia Diocesana de Tucumán estamos cumpliendo 125 años, estamos en un Año Jubilar”, y “queremos agradecer al padre Luis (Urbanč), obispo de esta Iglesia vecina de Catamarca, por habernos recibido en el Santuario de Nuestra Madre”.

“Para nosotros es una dicha compartir esta Eucaristía, que es una forma de crecer en comunión honrando a la Madre y Patrona del NOA, la Virgen del Valle. Nosotros, con el padre Roberto (Ferrari) y todo el presbiterio de Tucumán nos ponemos en las manos tiernas de Nuestra Madre, y también a toda la Iglesia, a los consagrados, las consagradas, los laicos, los agentes de pastoral, nuestros enfermos, nuestro ancianos, los que más sufren, nuestros jóvenes, nuestros niños, las vocaciones, el Seminario, todo lo ponemos en las manos de Ella”.

 

Bendición de los ciclistas

Al concluir la celebración eucarística, los obispos impartieron la bendición a los ciclistas que participaron de la 12° edición de la biciperegrinación denominada Bajo Tu Manto Pedaleamos, organizada por el grupo Bikers Maniakos, Ciclistas Aficionados Catamarca. La misma había partido en horas de la tarde desde el ingreso a la localidad de Santa Cruz, en el departamento Valle Viejo y en su recorrido unió lugares de devoción mariana como la Ermita de San Isidro, la Gruta de Choya, el paseo General Navarro, más conocido como La Alameda, pasando por el lugar donde está ubicada la Corona gigantesca que recuerda la coronación de la Sagrada Imagen, culminando en la Catedral y Santuario mariano.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca