Camino a la Beatificación

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06 diciembre 2022

Mons. Urbanč en el homenaje a la Virgen

“En el deporte pueden encontrar desarrollo las verdaderas y fuertes virtudes cristianas”

 

Durante la Santa Misa de las 21.00 del lunes 5 de diciembre, séptimo día del novenario en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, rindió su homenaje el ámbito del Deporte estatal y privado, clubes, asociaciones, círculos y federaciones deportivas.

En esta celebración presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, también se pidió por el eterno descanso del alma del ministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Rojas, quien falleció recientemente.

Participaron autoridades del sector, encabezadas por el ministro de Cultura, Turismo y Deportes, Roberto Brunello, entre otras.  

Mons. Urbanč tuvo presente en su homilía la cantidad de personas que se pusieron en camino estos días para llegar a los pies de la Madre, destacando el tema de reflexión propuesto para esta jornada: “La fe requiere salir a caminar como peregrinos de la vida”.

 “¿Cuánto de esto no nos hace pensar en el ámbito del deporte como recreación del espíritu y salud corporal y psíquica?”, se preguntó entonces.

«El deporte es símbolo de una realidad espiritual aunque escondida, que constituye la trama de nuestra vida. La vida es un esfuerzo, la vida es una competencia, la vida es un riesgo, la vida es una carrera; la vida es una esperanza hacia la meta final, una meta que trasciende la escena de la experiencia común, y que el alma entrevé y la religión nos presenta», expresó el obispo citando al Papa San Pablo VI, para hablarles a los alumbrantes de esta Misa.

“Pero el texto por excelencia -indicó el obispo, aludiendo a un pasaje de la primera carta a los Corintios- es en el que, del campo físico pasa al espiritual: «¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen. Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible…»”.

Luego señaló otros aspectos saludables de la práctica deportiva y más adelante lamentó que en muchos casos se busque el triunfo a cualquier precio, hasta llegar a cometer infracciones y engaños. En esta dirección, anheló que “todas las organizaciones de este ámbito y la industria deportiva deberían trabajar por la meta de recuperar el valor social del deporte y contribuir a que los campos de batalla se transformen en palestras y que al odio suceda el amor…”.

En otro tramo de su predicación señaló: “Otro aspecto que debería contar con mayor apoyo por parte de la industria deportiva es el carácter formativo del deporte: *el aprendizaje de la derrota, *la búsqueda del perfeccionamiento, *el trabajo en equipo, *la perseverancia, *el rigor de los entrenamientos, etc... Además de ser un fenómeno popular a nivel mundial, el deporte es una actividad que influye en los procesos de socialización y expresa distintos valores. Tiene el poder de unir a personas de cualquier edad, etnia, origen social y clase económica. Por este motivo, la industria deportiva debería reflexionar acerca del uso que le da a esta actividad y aprovechar sus ventajas para el desarrollo y bienestar de la sociedad”.

“También en el deporte -agregó más adelante-, pueden encontrar desarrollo las verdaderas y fuertes virtudes cristianas, que la gracia de Dios hace, luego, estables y fructuosas: en el espíritu de disciplina se aprenden y se practican la obediencia, la humildad, la renuncia; en las relaciones de equipos y de competencias: la caridad, el amor de fraternidad, el respeto recíproco, la magnanimidad y, por qué no, el perdón; en las firmes leyes del rendimiento físico: la castidad, la modestia, la templanza y la prudencia”.

“Por último, quiero subrayar algo del precioso texto del evangelio que hemos escuchado. Ante Jesús colocan un paralítico, que representa a cada ser humano, que no sólo es un enfermo del cuerpo, sino un pecador, un enfermo terminal del alma. De allí que Jesús, viendo la fe de ésos que traen al paralítico, va a decirle: «Hombre, tus pecados están perdonados». Y, como muestra de que esto sucede, lo cura de la parálisis. Así demuestra que es Dios, porque quien puede lo más, puede lo menos. No olvidemos que sólo puede perdonar el que es ofendido. Y el pecado es una ofensa a Dios, por tanto, sólo Él puede perdonar. En este caso Jesús deja en claro que es Dios, primero porque perdona y luego porque cura”.

Así, concluyó su prédica orando: “Querida Madre del Valle, ayúdanos a reconocernos pecadores y necesitados de la misericordia de Dios. Condúcenos al médico de nuestros cuerpos y almas, tu Hijo Jesús. Que no tengamos miedo de entrenarnos en el saludable deporte espiritual de la conversión permanente y que concurramos al saludable gimnasio de la sinodalidad para que empecemos a ser una Iglesia en salida que siempre escucha el clamor de los más débiles, socorriéndolos con amor, delicadeza y paciencia”.

 

Testimonio de vida

Antes de la bendición final, el obispo invitó a jóvenes de la Comunidad Cenáculo, que se recuperan de las adicciones en la casa ubicada en el ingreso a El Rodeo, departamento Ambato, a dar su testimonio.

Mons. Urbanč destacó que el método en que buscan superar esta situación está basado en un trípode que lo conforman la oración, el trabajo y la vida en común, que ellos llaman amistad.

 

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos devotos y peregrinos:

En este séptimo día de la novena rinde su homenaje a la Virgen del Valle el mundo del deporte. Bienvenidos a esta celebración y que reciban de Dios las gracias que necesitan.

Durante esta jornada se nos propuso la siguiente temática: “La fe requiere salir a caminar como peregrinos de la vida”.

En estos días cuántos hermanos/as que se pusieron en camino: caminando, corriendo, en sulkis, silla de ruedas, bicicletas, motos, autos, ómnibus y aviones. ¿Cuánto de esto no nos hace pensar en el ámbito del deporte como recreación del espíritu y salud corporal y psíquica?

Voy a comenzar enmarcando mi reflexión con unas palabras del san Pablo VI cuando habló a ciclistas del ‘Giro d’Italia’, respondiendo a la pregunta: ¿por qué los deportistas quieren ver el Papa?... Aquí, en Catamarca, suele suceder lo mismo, ¿verdad?… “Porque el deporte es símbolo de una realidad espiritual aunque escondida, que constituye la trama de nuestra vida. La vida es un esfuerzo, la vida es una competencia, la vida es un riesgo, la vida es una carrera; la vida es una esperanza hacia la meta final, una meta que trasciende la escena de la experiencia común, y que el alma entrevé y la religión nos presenta”.

¡Qué hermosas y verdaderas son estas palabras del Papa! La vida realmente es un esfuerzo. Y el deporte nos ayuda a vivir mejor este esfuerzo. Muchos Papas han subrayado el aspecto ascético del deporte, a la luz de las palabras del San Pablo: “He peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que Dios me dará, pero no solo a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su Manifestación” (2 Tim 4,7-8).

Pero el texto por excelencia es 1 Cor 9,24-27, en el que, del campo físico pasa al espiritual: “¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen. Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. Así, yo corro, pero no sin saber adónde; peleo, no como el que da golpes en el aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo tengo sometido, no sea que, después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado”.

Sí, queridos peregrinos y devotos de María del Valle, las cosas fuertes, grandes, bellas y perfectas ¡son difíciles! Y exigen renuncia, esfuerzo, compromiso, paciencia y sacrificio.

Además de aportar múltiples beneficios físicos, psicológicos y espirituales, el deporte es una potente herramienta de transformación social y una actividad formadora. El deporte desempeña un papel importante como promotor de la integración social y el desarrollo en diferentes contextos geográficos, culturales, económicos y políticos. Es una herramienta poderosa para fortalecer los lazos y relaciones sociales, y para promover los ideales de paz, fraternidad, solidaridad, tolerancia y justicia.

Sin embargo, estas capacidades han ido perdiendo fuerza debido a la actual obsesión de los clubes y algunos deportistas de únicamente lograr resultados positivos, a cualquier precio. Incluso cuando ello los motiva a cometer infracciones y engaños; por ejemplo, el caso del dopaje. Esto ha llevado a la desvalorización del desarrollo de la práctica deportiva.

Ante esta situación, todas las organizaciones de este ámbito y la industria deportiva deberían trabajar por la meta de recuperar el valor social del deporte y contribuir a que los campos de batalla se transformen en palestras y que al odio suceda el amor. Para ello, se necesitan medidas que hagan énfasis en los efectos que puede ocasionar el deporte en la vida humana, así como su impacto cultural y su rol como instrumento de educación para la paz, condición imprescindible para el desarrollo.

Considero que muchos aceptan que el deporte facilita las relaciones sociales, estimula la sensibilidad y la creatividad; y, no solo canaliza sino que educa las pulsiones de confrontación y agresividad, ofreciendo una contribución a la mejora del clima social, fomentando la participación social, rompiendo con las barreras de clase y operando como herramienta de integración social, cuando permite que personas con discapacidad física y sensorial puedan participar en competencias de alto nivel.

Otro aspecto que debería contar con mayor apoyo por parte de la industria deportiva es el carácter formativo del deporte: *el aprendizaje de la derrota, *la búsqueda del perfeccionamiento, *el trabajo en equipo, *la perseverancia, *el rigor de los entrenamientos, etc. Éstos son factores estrictamente educativos que se hallan en el deporte y que necesitan ser transferidos a la vida social cotidiana.

Además de ser un fenómeno popular a nivel mundial, el deporte es una actividad que influye en los procesos de socialización y expresa distintos valores. Tiene el poder de unir a personas de cualquier edad, etnia, origen social y clase económica. Por este motivo, la industria deportiva debería reflexionar acerca del uso que le da a esta actividad y aprovechar sus ventajas para el desarrollo y bienestar de la sociedad.

En un mundo donde crece la obesidad y las enfermedades físicas, por diversas razones, el deporte y la sana recreación física son  actividades saludables  para el cuerpo, la psiquis, el espíritu y el cuerpo social.

El Papa Pío XII, en su discurso a un congreso italiano sobre la educación física, delineaba cuatro fines que tiene el deporte: 1) un fin próximo, el de educar, desarrollar, y fortalecer el cuerpo; 2) un fin remoto, porque el deporte sirve para predisponer el cuerpo al servicio del alma y de la persona; 3) un fin más profundo todavía: el de contribuir a la perfección del hombre; y 4) un fin último, el de acercar el hombre a Dios.

Por tanto, el deporte, bien cultivado, desarrolla el carácter, hace del hombre una persona valerosa, que pierde con generosidad y vence sin presunción; ello afina los sentidos, clarifica e ilumina la mente, y forja una voluntad de hierro para perseverar. No es solamente desarrollo físico. El deporte correctamente entendido tiene en cuenta al hombre entero.

También en el deporte, pueden encontrar desarrollo las verdaderas y fuertes virtudes cristianas, que la gracia de Dios hace, luego, estables y fructuosas: en el espíritu de disciplina se aprenden y se practican la obediencia, la humildad, la renuncia; en las relaciones de equipos y de competencias: la caridad, el amor de fraternidad, el respeto recíproco, la magnanimidad y, por qué no, el perdón; en las firmes leyes del rendimiento físico: la castidad, la modestia, la templanza y la prudencia.

Sin duda, ésta es un área donde la Iglesia, puede y debe a través de sus escuelas, parroquias y asociaciones deportivas, cultivar y cosechar buenos frutos. ¡Cuánto tiempo pasan los jóvenes cada semana con un entrenador deportivo, comparado con las pocas horas que pasan los jóvenes en una lección de catequesis! Hay mucha oportunidad aquí para aprovechar la potencialidad “formativa” de estas actividades deportivas.

Estas competencias deportivas y los motivos que congregan e inspiran estas grandes masas de jóvenes proclaman a la faz del mundo, no solo el honor rendido a los valores físicos y a la armonía de los miembros del cuerpo, sino también el servicio que estos valores físicos pueden y deben rendir a las más altas aspiraciones del hombre hacia la perfección y la belleza interior, hacia la ayuda mutua y hacia la fraternidad universal.

Aquí se abre, además del nivel individual y personal, un nivel comunitario del deporte, ya que la extensión alcanzada por el deporte y la prensa deportiva ocupa un puesto de primer plano y constituye uno de los fenómenos más vivos e interesantes de la cultura contemporánea.

Por último, quiero subrayar algo del precioso texto del evangelio que hemos escuchado.

Ante Jesús colocan un paralítico, que representa a cada ser humano, que no sólo es un enfermo del cuerpo, sino un pecador, un enfermo terminal del alma. De allí que Jesús, viendo la fe de ésos que traen al paralítico, va a decirle: «Hombre, tus pecados están perdonados» (Lc 5,20). Y, como muestra de que esto sucede, lo cura de la parálisis. Así demuestra que es Dios, porque quien puede lo más, puede lo menos. No olvidemos que sólo puede perdonar el que es ofendido. Y el pecado es una ofensa a Dios, por tanto, sólo Él puede perdonar. En este caso Jesús deja en claro que es Dios, primero porque perdona y luego porque cura.

Querida Madre del Valle, ayúdanos a reconocernos pecadores y necesitados de la misericordia de Dios. Condúcenos al médico de nuestros cuerpos y almas, tu Hijo Jesús. Que no tengamos miedo de entrenarnos en el saludable deporte espiritual de la conversión permanente y que concurramos al saludable gimnasio de la sinodalidad para que empecemos a ser una iglesia en salida que siempre escucha el clamor de los más débiles, socorriéndolos con amor, delicadeza y paciencia. Amén.

¡¡¡Viva la Virgen del Valle!!!

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca