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30 noviembre 2024

Los medios de comunicación social iniciaron los homenajes a la Virgen

“Los comunicadores sociales tienen un rol muy valioso, instando a los destinatarios e interlocutores a abrir sus mentes y corazones al amor misericordioso de Dios”, dijo el Obispo, en torno al Año Jubilar como tiempo de gracia para nuestra conversión.

 

En la noche del viernes 29 de noviembre, primer día de la Novena en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, rindieron su homenaje los medios de comunicación social estatales, privados y eclesiales, y la Pastoral de Comunicación Social.

La Santa Misa fue presidida por el obispo diocesano Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el rector y el capellán del Santuario Catedral, padres Gustavo Flores y Ramón Carabajal, respectivamente; y el párroco de San Isidro Labrador, padre Javier Grosso.  

Como ocurre en cada fiesta mariana, los comunicadores sociales participaron en los distintos momentos de la Liturgia, guiando la celebración, proclamando la Palabra de Dios, elevando las plegarias en las que se pidió por la Iglesia, el Papa Francisco, nuestro Obispo Luis y sacerdotes, y de manera particular por quienes trabajan en el ámbito de la Comunicación Social, por quienes están sin trabajo y los que pasan necesidad, por los que están enfermos o se sienten solos, y por aquellos que ya partieron de nuestro lado. En el momento de la preparación de la mesa eucarística acercaron las ofrendas consistentes en elementos para la atención de los peregrinos, otros simbólicos que representan la tarea que realizan y el pan y el vino.

 

“Que la Virgen Santa escuche las plegarias y deseos de sus corazones”

En el inicio de su homilía, Mons. Urbanč dio la bienvenida a los alumbrantes y pidió “que la Virgen Santa escuche las plegarias y deseos de sus corazones”.

Al reflexionar sobre el tema de esta primera jornada que “nos lleva a considerar el Año Jubilar como un tiempo de especial gracia para nuestra conversión”, invitó a que “tratemos de disponernos bien a este don divino para que, cada uno y todos juntos, nos acerquemos más a Dios, de manera que la fe cristiana se expanda a más gente que se vea atraída por Cristo por lo que aprecie en nosotros de coherencia entre fe y vida”.

“En esto -continuó-, ustedes, los comunicadores sociales, tendrán un rol muy valioso, a fin de que insten a los destinatarios e interlocutores a abrir sus mentes y corazones al amor misericordioso de Dios. Su tarea será más fecunda si primero ustedes hacen ese acercamiento humilde y sincero a Dios, fuente de todo Bien, Verdad y Libertad. El secreto de la eficacia está en ser testigos de una experiencia vivida con antelación”.

Tomando la Palabra de Dios proclamada, afirmó: “Hoy, Jesús nos invita a ver las señales que se muestran en nuestro tiempo, quizás más parecidas a lo indescifrable de la lectura del Apocalipsis, que a lo más obvio del Evangelio, y, a reconocer en ellas la cercanía del Reino de Dios. La invitación es para que fijemos nuestra mirada en la higuera u otros árboles (cf. Lc 21,29) y percibir lo que sucede en ellos: «saben que el verano está cerca» (Lc 21,30)”.

Tras profundizar en su reflexión citando a Benedicto XVI, santa Teresa de Jesús y San Juan Pablo II, pidió: “Querida Madre del Valle, ayúdanos a interpretar las señales que nos depara la vida presente y que, con esperanza, cooperemos con el Reino de Dios que ya obra y seguirá obrando en el mundo. Que seamos instrumentos de paz, diálogo y reconciliación. Que tengamos una mirada y corazón puros. Que nuestras almas se consuman y anhelen los atrios del Señor, y nuestros corazones se gocen en el Dios vivo; y que nos sintamos dichosos de vivir en la Casa del Señor, alabándolo siempre, encontrando en Él nuestro baluarte y nuestra fuerza”.

Antes de la bendición final, el Obispo bendijo los elementos de trabajo con los que desempeñan sus tareas los comunicadores, y luego todos juntos alabaron a la Madre Santísima con el canto en esta jornada de gracia junto a Ella.

 

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos devotos y peregrinos:

Nos hemos congregado para iniciar la Novena en honor a nuestra Madre Morena del Valle, la Pura y Limpia Concepción.

Desde hace dos horas su Sagrada Imagen ocupa su lugar de honor en este presbiterio para escuchar más de cerca las súplicas de sus hijos e hijas, como también las sentidas acciones de gracias por favores recibidos.

¡Cuántas lágrimas de dolor y alegría tendrá que enjugar en estos días, y presentarlas cual verdaderas perlas ante su Hijo Jesús! Esta es la riqueza de un pueblo creyente que ora, alaba y canta a Dios.

Hoy rinden su homenaje operadores de los medios estatales, privados y eclesiales de comunicación, también la Pastoral diocesana de Comunicación Social. Bienvenidos a esta celebración, que la Virgen Santa escuche las plegarias y deseos de sus corazones.

El tema de esta primera jornada nos lleva a considerar el Año Jubilar como un tiempo de especial gracia para nuestra conversión. Tratemos de disponernos bien a este don divino para que, cada uno y todos juntos, nos acerquemos más a Dios, de manera que la fe cristiana se expanda a más gente que se vea atraída por Cristo por lo que aprecie en nosotros de coherencia entre fe y vida.

En esto, ustedes los comunicadores sociales, tendrán un rol muy valioso, a fin de que insten a los destinatarios e interlocutores a abrir sus mentes y corazones al amor misericordioso de Dios. Su tarea será más fecunda si primero ustedes hacen ese acercamiento humilde y sincero a Dios, fuente de todo Bien, Verdad y Libertad. El secreto de la eficacia está en ser testigos de una experiencia vivida con antelación.

Hoy, Jesús nos invita a ver las señales que se muestran en nuestro tiempo, quizás más parecidas a lo indescifrable de la lectura del Apocalipsis, que a lo más obvio del Evangelio, y, a reconocer en ellas la cercanía del Reino de Dios. La invitación es para que fijemos nuestra mirada en la higuera u otros árboles (cf. Lc 21,29) y percibir lo que sucede en ellos: «saben que el verano está cerca» (Lc 21,30).

Según Benedicto XVI, «la Palabra de Dios nos impulsa a cambiar nuestro concepto de realismo». En efecto, «realista es quien reconoce en el Verbo de Dios el fundamento de todo». Esa Palabra viva que nos muestra el verano como señal de proximidad y de exuberancia de la luminosidad, que es propio de la Luz: «Cuando vean que sucede esto, sepan que el Reino de Dios está cerca» (Lc 21,31). En ese sentido, «ahora, la Palabra no sólo se puede oír, no sólo tiene una voz, sino que tiene un rostro que podemos ver: Jesús de Nazaret».

La comunicación de Jesús con el Padre fue perfecta; y todo lo que Él recibió del Padre, nos lo dio a conocer, lo compartió. De este modo, la cercanía del Reino de Dios, que manifiesta la libre iniciativa de Dios que viene a nuestro encuentro, debe movernos a reconocer la proximidad del Reino, para que también nosotros nos comuniquemos con el Padre por medio de la Palabra del Señor, reconociendo en todo ello la realización de las promesas del Padre, en Cristo Jesús.

Decía santa Teresa de Jesús: «La verdad padece, pero no perece». Y el Papa Francisco: «El tiempo no es una realidad ajena a Dios. El tiempo ha sido “tocado” por Cristo, el Hijo de Dios y de María, y ha recibido de Él significados nuevos y sorprendentes: se ha convertido en el “tiempo salvífico”, es decir, el tiempo definitivo de salvación y de gracia». Y el Cat. de la Iglesia Católica, nº 2.816: «El Reino de Dios está ante nosotros. Se aproxima en el Verbo encarnado, se anuncia a través de todo el Evangelio y llega en la Muerte y la Resurrección de Cristo.

Si hablara como los profetas, les diría que estamos a punto de contemplar un gran brote en la Iglesia, sino vean los signos de los tiempos (cf. Mt 16,3). Pronto ocurrirán cosas muy importantes. No tengan miedo. Permanezcan en su sitio. Siembren con entusiasmo. Después podrán recoger hermosas gavillas (cf. Sal 126,6). Es verdad que el enemigo continuará sembrando cizaña. El mal no quedará separado hasta el fin de los tiempos (cf. Mt 13,30). Pero el Reino de Dios ya está entre nosotros. Y se abre paso con mucho esfuerzo (cf. Mt 11,12).

El Papa San Juan Pablo II nos lo decía al inicio del tercer milenio: «Duc in altum» (cf. Lc 5,4). A veces tenemos la sensación de no hacer nada provechoso, o incluso de retroceder. Pero estas impresiones pesimistas proceden de cálculos demasiado humanos, o de la mala imagen que malévolamente difunden de nosotros algunos medios de comunicación. La realidad escondida, que no hace ruido, es el trabajo constante realizado por todos con la fuerza que nos da el Espíritu Santo.

Por eso concluyo con las esperanzadoras palabras de Ap 21,1-2: “vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo”.

Querida Madre del Valle, ayúdanos a interpretar las señales que nos depara la vida presente y que, con esperanza, cooperemos con el Reino de Dios que ya obra y seguirá obrando en el mundo. Que seamos instrumentos de paz, diálogo y reconciliación. Que tengamos una mirada y corazón puros. Que nuestras almas se consuman y anhelen los atrios del Señor, y nuestros corazones se gocen en el Dios vivo; y que nos sintamos dichosos de vivir en la Casa del Señor, alabándolo siempre, encontrando en Él nuestro baluarte y nuestra fuerza. Amén.

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  Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat