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30 noviembre 2022

Mons. Urbanc en el homenaje de los comunicadores sociales

“Necesitamos de verdaderos y apasionados artesanos de las comunicaciones”

 

Respecto del proceso sinodal que está viviendo la Iglesia, les señaló que a ellos también les compete promover un estilo de vida sinodal que no es privativo de un sector religioso, sino que es patrimonio de la humanidad.

 

La primera jornada de homenajes a la Madre del Valle en el marco de las fiestas de la Inmaculada Concepción correspondió a los comunicadores sociales, quienes durante la noche del martes 29 de noviembre llegaron a participar de la Santa Misa de las 21.00, presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por sacerdotes del clero diocesano.

Como es habitual en cada festividad, representantes de distintos medios de comunicación social participaron del servicio litúrgico guiando la celebración eucarística, proclamando la Palabra de Dios, elevando las peticiones en la Oración de  los Fieles y acercando al altar los dones del pan y del vino.

Al comenzar su homilía, el obispo diocesano dio la bienvenida a los comunicadores sociales. “Que la Madre celestial los siga cuidando y motivando a hacer sólo el bien”, les dijo.

Después, refiriéndose al proceso sinodal que está viviendo la Iglesia, les señaló que a ellos también les compete promover un estilo de vida sinodal que no es privativo de un sector religioso, sino que es patrimonio de la humanidad. “¡Cuánto bien pueden hacer, si captan la sustancia de la sinodalidad!”, expresó.

Manifestó que las redes sociales, en su pureza, en su esencia, son expresión de sinodalidad, aunque tengan mucho que destruye. “Por lo que necesitamos de verdaderos y apasionados artesanos de las comunicaciones, que estén llenos de sabiduría, fortaleza y piedad”, sostuvo y los exhortó: “Ustedes sean aliados de Dios. Sean sus testigos, testigos de su Amor, de su Verdad, de su Vida, de su Plenitud”.

Después pasó a reflexionar sobre las lecturas proclamadas. En referencia a la del profeta Isaías, pidió: “No juzguen por apariencias ni de oídas… Hagan que la justicia y la lealtad sean el ceñidor de sus cinturasTrabajen para que cesen los daños y estragos y que el mundo se llene del conocimiento del Señor”.

En cuanto al Evangelio de Lucas en el pasaje que habla de la alegría de Jesús cuando vuelven sus discípulos de misionar, se preguntó: “¿Qué es lo que provoca una alegría tan pura y elemental en Jesús? No me cabe duda que es el éxito misionero de los discípulos. Él había enviado a los discípulos en misión, y ellos regresan y narran cómo la gente recibió la buena noticia de la conversión y el arrepentimiento”, sostuvo.

A modo de conclusión, en relación con las lecturas bíblicas, pidió: “Entre todos hagamos que florezca la justicia y la paz, que los pobres y afligidos reciban amor, que los descartados y abandonados sean acogidos, que los enfermos y encarcelados experimenten cercanía y comprensión, y que Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea conocido, amado y servido por todos, a fin de que se superen tantas desigualdades y reine una auténtica y amistosa fraternidad”.

 

Pedido por la lluvia

Hacia el final rogó: “Querida Madre del Valle, durante el rito de la Solemne Bajada de tu Sagrada Imagen, te pedía por la urgente lluvia que necesitan los campos de la patria: te lo vuelvo a recordar. También te pido que nos libres de los virus que no dejan de amenazarnos e intranquilizarnos”.

Y agregó después: “Concédenos percatarnos de nuestros pecados, ofensas e ingratitudes con el Buen Dios, y que sintamos dolor por el mal que hacemos, procurando un sincero y duradero arrepentimiento, para que cooperemos eficazmente en la restauración de nuestra sociedad civil y eclesial, en la que reines Tú y Dios”.

Por último, pidió: “Acompáñanos a lo largo de estos días, ponte a caminar con tantos peregrinos, cuidándolos y disponiéndolos a un renovado encuentro con Jesús, tu Hijo amado; y fecunda los esfuerzos que toda la Iglesia está haciendo para que seamos más sinodales, para que caminemos juntos como hermanos y hermanas, sin envidias ni rivalidades, sino dejándonos amar por Dios y arriesgándonos a amarnos como Jesús nos ama, perdonándonos siempre y cuidándonos los unos a los otros”.

Hacia el final de la Santa Misa, todos los presentes y quienes participaron a través de las redes sociales, honraron a la Madre Morena con la oración y el canto.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca