Camino a la Beatificación

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21 septiembre 2010

Mons. Miani celebró sus 52 años de sacerdocio con una Misa en el Camarín

El lunes 20 se setiembre, el Obispo Emérito de Catamarca, Mons. Elmer Osmar Miani, festejó los 52 años de su ordenación sacerdotal, con Santa Misa de acción de gracias, presidida por él y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el Vicario para la Pastoral Diocesana, Pbro. José Antonio Díaz, y sacerdotes del clero catamarqueño. El oficio religioso se llevó a cabo a las 10.00, en el Camarín de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle, que se vio colmado de fieles.
En su homilía, partiendo de la afirmación que Jesús es la luz del mundo, Mons. Miani hizo referencia al llamado a iluminar hoy, y “podríamos pensar en la necesidad de la intensidad de esa luz en un proceso diocesano bien concreto, que todavía está viviendo su Centenario. Quizás nos podríamos preguntar en este momento qué luces han aparecido o dónde hay que encender luces dentro del esquema de nuestro Centenario”.
Asimismo, reflexionó: “Hoy, ante esta exigencia de Jesús, se produce un llamado muy significativo para todos nosotros. Me parece que no deberíamos quedarnos tan tranquilamente reconociendo que hemos celebrado los 100 años como si no hubiese espacios donde fuese necesario iluminar, donde sea necesario que lleguen los discípulos misioneros. Y aún aquellos que creemos que estamos encendidos en el espíritu quizás debiéramos preguntarnos si a veces no nos tiramos debajo de la cama para que nuestra luz no aparezca”.
Por último, pidió “que Jesús, Luz del mundo, ponga su luz en nuestros corazones, en nuestras vidas, en nuestros trabajos, y que El con su misericordia encienda todas las lámparas que hagan falta en este universo nuevo de una Iglesia que ya ha comenzado a recorrer su segundo centenario, pero donde deberá mostrar cada vez más el misterio de la salvación que Jesús nos trae. Hagamos esto en unión con María, la Madre de Jesús, la dulce Madre del Valle, que ama a cada uno como a hijo, y que quiere que cada hijo se comporte en su familia como un verdadero hermano de Jesús”.