Hoy, 26 de julio, celebramos
a Santa Ana y San Joaquín, los padres de la Santísima Virgen María y abuelos de
Nuestro Señor Jesucristo. Y por ellos celebramos el Día de los Abuelos.
¡Feliz día de Santa Ana y
San Joaquín!
¡Feliz día de los abuelos!
San Joaquín y Santa Ana
El protoevangelio de
Santiago cuenta que los vecinos de Joaquín se burlaban de él porque no tenía
hijos. Entonces, el santo se retiró cuarenta días al desierto a orar y ayunar,
en tanto que Ana (cuyo nombre significa Gracia) "se quejaba en dos quejas
y se lamentaba en dos lamentaciones". Un ángel se le apareció y le dijo:
"Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del
fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo". A su debido tiempo nació
María, quien sería la Madre de Dios. Esta narración se parece mucho a la de la
concepción y el nacimiento de Samuel, cuya madre se llamaba también Ana ( I
Reyes, I ). Los primeros Padres de la Iglesia oriental veían en ello un
paralelismo. En realidad, se puede hablar de paralelismo entre la narración de
la concepción de Samuel y la de Juan Bautista, pero en el caso presente la
semejanza es tal, que se trata claramente de una imitación.
San Joaquín
Joaquín (significa Yahweh
prepara).
Una antigua tradición, que
arranca del siglo II, atribuye los nombres San Joaquín y Santa Ana a los padres
de la Santísima Virgen María. El culto a santa Ana se introdujo ya en la
Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X; el culto
a san Joaquín es más reciente.
No conocemos de Joaquín y
Ana con certeza mas que sus nombres y el hecho de que fueron los santos padres
de la Madre de Dios. Lo que relatan sobre ellos los libros apócrifos no es todo
confiable y es difícil distinguir lo cierto de la leyenda.
San Joaquín era venerado por
los griegos desde muy temprano. Es el santo patrón de numerosos pueblos en
Hispanoamérica, España y las Filipinas. Su festividad, junto a la de su esposa
Santa Ana, se celebra el 26 de julio, tras la reforma del calendario litúrgico.
Ellos son los patrones de los abuelos.
Santa Ana
Grande es la dignidad de
Santa Ana por ser la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la
eternidad para ser Madre de Dios, la santificada desde su concepción, Virgen
sin mancilla y mediadora de todas las gracias. Nieto de Santa Ana fue el hijo
de Dios hecho hombre, el Mesías, el Deseado de las naciones. María es el
fundamento de la gloria y poder de Santa Ana a la vez que es gloria y corona de
su madre.
La santidad de Santa Ana es
tan grande por las muchas gracias que Dios le concedió. Su nombre significa
"gracia". Dios la preparó con magníficos dones y gracias. Como las
obras de Dios son perfectas, era lógico que Él la hiciese madre digna de la
criatura más pura, superior en santidad a toda criatura e inferior solo a Dios.
Santa Ana tenía celo por
hacer obras buenas y esforzarse en la virtud. Amaba a Dios sinceramente y se
sometió a su santa voluntad en todos los sufrimientos, como fue su esterilidad
por veinte años, según cuenta la tradición. Esposa y madre fue fiel cumplidora
de sus deberes para con el esposo y su encantadora hija María.
Muy grande es el poder
intercesor de Santa Ana. Ciertamente santa amiga de Dios, distinguida sobre
todo por ser la abuela de Jesús en cuanto Hombre.
La Santísima Trinidad le
concederá sus peticiones: el Padre, para quien ella gestó, cuidó y educó a su
hija predilecta; el Hijo, a quien le dió madre; el Espíritu Santo, cuya esposa
educó con tan gran solicitud.
Esta Santa privilegiada
sobresale en mérito y gloria, cercana al Verbo encarnado y a sus Santísima
Madre. Sin duda que Santa Ana tiene mucho poder ante Dios. La madre de la Reina
del Cielo, que es poderosa por su intercesión y Madre de misericordia, es
también llena de poder y de misericordia.
Tenemos muchos motivos para
escoger a Santa Ana como nuestra intercesora ante Dios. Como abuela de
Jesucristo, nuestro hermano según la carne, es también nuestra abuela y nos ama
a nosotros sus nietos. Nos ama mucho porque su nieto Jesús murió por nuestra salvación
y María, su hija, fue proclamada Madre nuestra bajo la Cruz. Nos ama de verdad
en atención a las dos Personas que ella amó más en esta vida: a Jesús y a
María. Si su amor es tan grande su intercesión no será menos. Debemos, por
tanto acudir a ella con tal confianza en nuestras necesidades. No hay la menor
duda de que esto agrada a Jesús y a María, quienes la amaron tan profundamente.
Se celebra la fiesta de Santa Ana el 26 de julio.