Mons. Urbanc presidió el Encuentro Nacional de la Pastoral de la Salud
“En
los hospitales y en las clínicas, la capilla es el corazón palpitante en el que
Jesús se ofrece intensamente al Padre celestial por la vida de la humanidad”,
dijo el obispo.
Entre el viernes 22 y el
domingo 24 de julio se realizó en Alta Gracia, Córdoba, el Encuentro Nacional
de la Pastoral de la Salud, que contó con la participación de casi 60 agentes
de la Pastoral de la Salud de diversas diócesis del país, la mayor parte de
ellos, capellanes hospitalarios y delegados diocesanos para la Pastoral de la
Salud.
El encuentro fue presidido
por Mons. Luis Urbanc, presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de
la Salud, junto con Mons. Luis Collazuol y Mons. Hugo Santiago, miembros de
dicha Comisión.
Algunas de las temáticas
abordadas fueron: La Sinodalidad en la Iglesia y en la Pastoral de la Salud; Los enfermos y ancianos misioneros, protagonistas de la
Pastoral de la Salud, La Sinodalidad en los hospitales, La organización sinodal
de la Pastoral de la Salud, El beato Artémides Zatti como modelo para los
enfermeros y agentes de Pastoral de la Salud, Algunas nociones sobre la
bioética al final de la vida, Los cuidados Paliativos, El acompañamiento de las
personas en el final de la Vida como
capellanes y como voluntarios.
También hubo espacio para
compartir cómo afectó la pandemia y mucho de lo que se está haciendo
actualmente en la Pastoral de la Salud en las distintas diócesis del país.
“Pudimos constatar que hay
en nuestro país numerosos Capellanes y Agentes de Pastoral de la Salud que
visitan a los enfermos en los hospitales, hogares o residencias, y en sus
propios domicilios. Llevan los sacramentos, la Palabra, pero sobre todo una
presencia amigable que se vuelve como un sacramento de Jesús, el Buen
Samaritano. También se realiza mucho acompañamiento a las familias. Y, además, se está trabajando bastante con
médicos, enfermeras, y otros actores involucrados en la humanización del mundo
de la salud”, comentó el padre Tomás Barbero, secretario de la Comisión
Episcopal para la Pastoral de la Salud y actual vicario de la parroquia San
Francisco de Asís, departamento Andalgalá, Catamarca.
“Somos conscientes que queda
mucho por hacer. La realidad cambiante nos exige adaptarnos, formarnos, ser
creativos, asomarnos a nuevas problemáticas e intentar dar respuestas”,
manifestó, apuntando que “alimentados con la fuerza de la Eucaristía,
afianzados en nuestra fraternidad, nos despedimos con la sensación de haber
tenido un encuentro muy provechoso y enriquecedor, y dispuestos a retomar
nuestras tareas con un renovado entusiasmo”.
El sacerdote también destacó
parte de las reflexiones de Mons. Urbanc, quien decía en su ponencia: “En los
hospitales y en las clínicas, la capilla es el corazón palpitante en el que
Jesús se ofrece intensamente al Padre celestial por la vida de la humanidad. La
Eucaristía, distribuida con dignidad y con espíritu de oración a los enfermos,
es savia vital que los consuela e infunde en su espíritu luz interior para
vivir con fe y con esperanza la coyuntura de enfermedad y de sufrimiento”.
“Caminar juntos es el camino
constitutivo de la Iglesia; la figura que nos permite interpretar la realidad
con los ojos y el corazón de Dios; la condición para seguir al Señor Jesús y
ser siervos de la vida en este tiempo herido. Respiración y paso sinodal
revelan lo que somos y el dinamismo de comunión que anima nuestras decisiones”,
afirmó el obispo catamarqueño, agregando que “solo en este horizonte podemos
renovar realmente nuestra pastoral y adecuarla a la misión de la Iglesia en el
mundo de hoy; solo así podemos afrontar la complejidad de este tiempo,
agradecidos por el recorrido realizado y decididos a continuarlo con parresía”.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca